+ Un gato en la historia de AMLO.
Y «Alito» tumbó al «Chino»
–Chopenjawer
Este jueves amanecimos con dos tristes noticias que tienen qué ver mucho con Minatitlán: los lamentables fallecimientos de Don Luis Zapata Reyes y Don Faustino Lugo Ángeles.
El primero, un empresario visionario. El segundo, un respetado editor periodístico.
Don Luis Zapata perteneció a esa generación de empresarios del siglo pasado que, sin ser nativos de Mina, apostaron mucho por la ciudad, especialmente en el ramo hotelero y restaurantero.
Son los que sostuvieron a Mina más allá del ámbito petrolero y dieron relevancia al sector de empresarios bien organizados, de donde dependen (o dependían, porque algunos comercios ya desaparecieron) muchas familias que no trabajaban para Pemex.
Para los que no saben: Minatitlán depende casi en su totalidad de la industria petrolera.
Don Luis fue propietario del Hotel Plaza, que fue por años una referencia obligada en Mina con su restaurante «Da Vinci», que daba una de las mejores vistas en las alturas.
Otra empresa de él muy conocida fue «Regalos y Novedades», que era una tienda de muebles finos ubicada a un costado del monumento a Lázaro Cárdenas, en la avenida Justo Sierra.
Fue también presidente del patronato de Casa de Cultura y presidente de la Canaco en Minatitlán.
Don Luis siempre fue conocido como una persona amable y muy tratable. Descanse en paz.
LUTO EN «EL MENSAJE DE SURESTE»
Por décadas, uno de los periódicos impresos más conocidos y con mucha influencia en Minatitlán ha sido «El Mensaje del Sureste».
Se trata de un semanario particularmente llamativo por su diseño y contenido netamente policiaco. También tiene columnas políticas de mucho interés.
Sus páginas eran a blanco y negro, pero con bordes naranjas, aunque hace poco dejó de hacer la versión impresa para pasarse al formato digital.
Sus notas de nota roja van regularmente encabezadas con titulares jocosos, con mucha picardía. Uno de los que más recuerdo era «Los agarró a mierdadas», y se refería al caso de un detenido por la Policía Municipal que, para evitar el encarcelamiento, metió la mano en el trasero y agarró pedazos de excremento recién creados para lanzarlos a los gendarmes… Sobra decir cómo quedó la Inspección de Policía.
Hace unos días supe que su editor Faustino Lugo Ángeles estaba enfermo e internado en Xalapa, pero que ya había sido trasladado a su domicilio para su recuperación.
Semanas antes, me invitaron a publicar la columna en el semanario. En agradecimiento, pude hablar por teléfono con Don Faustino, y platicamos sobre viejos personajes muy reconocidos como Don César Vázquez Chagoya (abrazote al cielo, patrón) y el buen Heriberto «Pecho de Jaiba», uno de los grandes reporteros poco recordados de la época de esplendor del periodismo impreso.
Anoche nos enteramos del sensible fallecimiento de Don Faustino. Descanse en paz.
ÚNICA NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Se sabe que el presidente de México estuvo muy contento en recientes días por un video que dio a conocer el gran fotoperiodista y caricaturista Alberto Morales … Y es que, acucioso como es el «Betogato», cuando inició la cuarentena por la pandemia se puso a revisar su archivo personal de fotografías y encontró aquellas donde documentó el «Éxodo por la Democracia», la marcha que emprendió en 1991 un tabasqueño poco conocido llamado Andrés Manuel López Obrador desde las tierras de Carlos Pellicer y Leandro Rovirosa —pasando por Veracruz, con rumbo a la Ciudad de México— en protesta por irregularidades en la elección a la gubernatura de Tabasco… «Betogato» hizo hace poco un video con esas fotografías que compartió en Twitter arrobando al presidente, y éste retransmitió el material en su propia cuenta… Y es que a AMLO, nostálgico de corazón y amante de la historia, le conmovieron tanto ver las imágenes que decidió compartirlas en sus redes sociales y ya se imaginará que acá en Xalapa la banda de inmediato estuvo mandando mensajes y hablando a «Betogato» para decirle: «Beso mano, Don Gatone; deme su bendición, Don Albertone»… El mismo «Cat» recordaba ayer en la sobremesa: «Los únicos que estábamos ahí en la marcha éramos Regina (Martínez) y yo… y el presidente lo sabe».