(1)
Resulta común que un periodista abocado al trabajo de análisis político pierda la perspectiva profunda sobre la realidad, que sí otorgan las ciencias sociales: terreno conspicuo de historiadores, antropólogos, politólogos, sociólogos…
Al mismo tiempo podemos ver a intelectuales alejados del dato puntual, diario, duro, sobre hechos noticiosos; terreno del cual se alimentan los reporteros especializados en la fuente política y los analistas, creadores desde el diarismo.
Los intelectuales se nutren -a menudo- de la información generada por los reporteros y éstos, de no estar debidamente preparados, pueden transmitir información sesgada, manipulada…
Existen reporteros preparados y confiables; a quienes respaldará el prestigio…
Lo recomendable para todo ciudadano interesado en el entorno del poder desde la superficie hasta lo profundo, es culturizarse con los intelectuales dar seguimiento a los analistas y seguir de cerca el trabajo de reporteros profesionales y con ética.
La referencia es a un mar de información difícil de atender salvo de manera parcial: nadie cuenta con una perspectiva completa de lo social; ni el intelectual, ni el analista, ni el reportero…ni el político.
(2)
Para abrevar con relativa eficiencia de un panorama político determinado el lector -o escucha o televidente o usuario de redes sociales- requiere un sentido crítico particularmente filoso que permita distinguir entre el analista y el opinólogo, vendedor de adivinanzas…
Separar al intelectual del analista; al político del universo mediático; al universo mediático del espacio de toma de decisiones, es decir el Estado.
(3)
El 18 de marzo pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó un discurso donde hizo alusión a la sucesión presidencial de 1940 impulsada por el general Lázaro Cárdenas.
Los intelectuales nos explican por qué Cárdenas optó por Manuel Ávila Camacho y no por Francisco Múgica.
Los analistas del 2023 opinan mayoritariamente que AMLO anunció una decisión: la de no equivocarse a la hora de su respectiva sucesión el año próximo.
El presidente desnudó el empeño de entregar el poder a su “Múgica” y no al “Ávila Camacho” que sus enemigos le exigen.
Por su parte, los opinólogos asumen el papel de adivinos y gritan a coro: “Es Claudia, es Claudia”.
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De analistas y opinólogos, recojo la idea -con la cual coincido- de un dedo elector, el de AMLO, responsable de definir la candidatura presidencial de MORENA en el 2024.
Las encuestas a realizarse durante el segundo semestre del 2023 con las corcholatas nombradas extraoficialmente por el presidente, serán mera parafernalia, un show…
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Fuera máscaras, ha dicho AMLO frente a López Obrador con Andrés Manuel como testigo, para dejar muy clara su vocación antidemocrática y su ADN priista: al sucesor o sucesora los pondrá él y punto.
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La afirmación de “Es Claudia” conlleva varias lecturas:
- El presidente ya decidió y Sheinbaum es su “Francisco Múgica”
- La actual jefa de gobierno de la ciudad de México será candidata de MORENA por orden de AMLO y será presidenta por determinación de un electorado controlado por el aparato oficial -ya no sólo es un partido político- denominado MORENA
- “Es Claudia” aparece en bardas, postes, redes sociales de todo el país para cimentar la propaganda del aparato de Estado, aun cuando se viola ley…
Se le promueve para evitar desaguisados como el eventual desconocimiento de la marca Sheinbaum entre el pueblo sabio…
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¿Y sí? ¿Es Claudia?
¿Así, de plano?
¿Está de más organizar las elecciones porque ya sabemos quién será candidata y próxima presidenta?
¿Todo está planchado porque AMLO resucitó el rostro más funesto del PRI y su capacidad de corromper todo indicio democrático?
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Va mi opinión: No. Aun no hay nada definido.
Todavía no se puede afirmar que es Claudia por aspectos como éstos:
- No, porque no es un tema de adivinanza sino de análisis basado en el recuento de la historia y en la revisión a fondo de la coyuntura histórica en el México del 2023; un país democrático a pesar de AMLO y a pesar de quienes optan por decirle Sí a todo lo que López Obrador pide u ordena así sea sacrificar la democracia que -oh paradoja- lo llevó al poder.
- No, porque el México del 2023 está muy lejos de ser semejante al México de 1939 y el 2024 será un año muy distinto a 1940.
Va un aspecto de dicha diferencia: Los generales Lázaro Cárdenas y Francisco Múgica participaron en una revolución armada y luego tomaron parte del proceso de institucionalización de ese proceso de lucha civil; AMLO y las corcholatas han vivido, surgieron y trabajan en un México ensangrentado, pero no por una lucha revolucionaria sino por elementos de Estado paralelo construidos desde el crimen organizado y el narcotráfico…
Ese Estado paralelo controla cada vez más espacios territoriales en nuestro país; lo cual implica su influencia y/o determinación del rumbo político en esos municipios, regiones, zonas, distritos… - No, porque la sociedad civil ha crecido en participación y conciencia política; lo está demostrando con marchas masivas; le ha quitado a Andrés Manuel López Obrador el protagonismo de las calles y aguarda por el surgimiento de un liderazgo para exigir su derecho a un país en paz y democrático.
El presidente decidirá el nombre del candidato o candidata de MORENA a sucederlo en el poder…
Pero no, aún no lo decide…
Y su decisión no será el único elemento en juego para disputar las urnas el 2024; ese factor será influyente, pero habrá otros…
Es decir, la corcholata enviada por AMLO a la contienda no necesariamente tiene el triunfo en la bolsa.
Dicho triunfo o derrota dependerán de quién será la corcholata, de la unidad o rompimiento interno en MORENA, del hallazgo o fracaso en la búsqueda de un liderazgo y candidatura fuerte en la oposición…
Que haya una lucha cerrada o no haya una lucha cerrada en los comicios federales del próximo año, dependerá de circunstancias, acuerdos, coyunturas, liderazgos cuyo desarrollo resulta imposible visualizar en su totalidad…
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– En lo económico, veremos el desarrollo de las mega obras de la 4T: si se concluyen todas y cuáles son sus resultados hacia el final del sexenio…
– El nombre de la candidata triunfante en la elección del Estado de México el próximo 4 de junio…
– El escalamiento, o distensión, de la relación bilateral de México con Estados Unidos…
– Los índices de inseguridad…
He aquí, por citar algunos, cuatro factores de influencia en la decisión de AMLO, a conocerse dentro de unos meses…