jueves, noviembre 7, 2024

Eurípides en el Mes Internacional del Teatro (III)

“Las troyanas.”

Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

Entre más leemos a los autores clásicos griegos, más clara nos queda la idea de que su cultura es inagotable e inabarcable. E incluso, lo anterior sucede con un tema o con un mismo personaje, un ejemplo de ello se encuentra en que los protagonistas de la guerra de Troya tienen distintos finales según los autores que los aborden. En la Odisea de Homero, Helena después de la guerra vive tranquila y feliz al lado de su esposo Menelao, de hecho, en esta obra Helena es tratada como víctima debido a que fue raptada por Paris. Eurípides en su tragedia: “Las troyanas” le dará un trato muy diferente, al igual que Esquilo en sus tragedias[1] es descrita como una traidora y la principal causante de las desgracias del pueblo troyano. Empero, la obra no se centra en Helena, es más, Helena ni siquiera es troyana, la pieza tiene como protagonistas principales a Hécuba, Andrómaca, Casandra y Políxena. Vayamos a conocer el final de estas desdichadas mujeres.

El lector de las tragedias debe conocer parte importante de la mitología griega, el mundo de Eurípides es muy posterior el mundo de Homero, Hesíodo, y otros clásicos, quienes a través de sus obras explicaron el nacimiento de los dioses, los mitos, las guerras, etc. Así que ingresaré al universo de “Las troyanas” presuponiendo que escribidor y lector estamos inmiscuidos en el mismo universo. Toda la trama narrará lo que aconteció en el último día de Troya. Asesinados los principales guerreros troyanos, esto incluye la muerte del Rey Príamo, sus hijos Héctor, Paris, y una vez ganada la guerra por los griegos, muchas mujeres y niños quedaron en manos del pueblo Aqueo. La pieza trágica cuenta el terrible final de Hécuba, esposa del Rey Príamo, Andrómaca, esposa de Héctor, Casandra y Políxena hijas de Príamo y Hécuba.

Poseidón fue un dios que en plena guerra siempre estuvo del lado del pueblo troyano, en cambio, Atenea invariablemente apoyó a los griegos. Estos dioses se encuentran molestos con los griegos porque se han comportado muy soberbiamente ante el triunfo bélico, tan solo el guerrero Ajax a la fuerza poseyó a Casandra en el templo de Atenea. Los dioses acordaron que debían cambiar su actitud ante los arrogantes triunfadores y castigarlos. Esto ocasionará que muchos morirán en la mar al momento de regresar a sus casas y otros sufrirán un sinfín de calamidades. Pero, regresando al último día de la ciudad de Troya, los principales guerreros griegos se rifaron a las mujeres troyanas, unos para esclavizarlas, otros para poseerlas como amantes. Hécuba le tocó a Odiseo quien se la llevará como esclava, el arrogante Agamenón se quiso quedar con la bella Casandra, la virgen Casandra, quien era una hermosa adivina alejada de todo hombre por su voluntad. Ahora Casandra será poseída por el desagradable Rey Agamenón.

A Políxena le proporcionaron una cruel muerte ante la tumba de Aquiles. Aquí quiero compartirle al lector un dato interesante consistente en que Políxena no aparece en la Ilíada de Homero, mas, si aparece en toda la demás literatura mitológica. Según la mitología[2], Aquiles cuando vio a Políxena quedó enamorado de ella y ofreció retirarse de la lucha si le otorgaban la mano de la joven, cosa que no sucedió porque en plena guerra Paris el hermano de Políxena mató a Aquiles con el famoso flechazo en el talón. Lo trágico para la bella troyana fue que en este último día de Troya, Aquiles se les apareció a los griegos y les pidió que sacrificaran a Políxena, voluntad que inmediatamente fue cumplida por Neoptólomeo hijo de Aquiles.

Es importante remarcar que todos estos funestos desenlaces eran presenciados por Hécuba, y desde mi percepción el más cruel es el siguiente. Andrómaca en el sorteo le tocó irse con Neoptólomeo, empero, ella tenía en sus brazos al hijo que había procreado con Héctor llamado Astianactes. La resolución que decretaron los inmisericordes guerreros griegos consistió en que debían asesinar al pequeño hijo de Héctor, porque no fuera a suceder que con el paso de los años siendo ya un hombre buscara vengar la muerte de toda su estirpe y reconstruyera la arruinada Troya: “Taltibio. –…y que hay que arrojarlo desde los muros de Troya. Así va a suceder, muéstrate prudente. No te aferres a él, soporta con nobleza tus males y no imagines, que débil como eres, tienes fuerza. No tienes defensa en parte alguna, reflexiona: han perecido tu ciudad y tu esposo; tú estas dominada y nosotros somos capaces de luchar contra una sola mujer. Andrómaca. –Amadísimo hijo, oh hijo amado en exceso, vas a morir a manos de nuestros enemigos dejando en el desconsuelo a tu madre. Te va a matar la nobleza de tu padre… En vano te amamantó este pecho entre pañales, en vano me esforcé y amanecí en vano. Abraza ahora a tu madre –nunca lo volverás a hacer –, recuéstate contra ella, entrelaza mi espalda con tus brazos y acércame tu boca.”

Así concluyó el gran linaje de Príamo y Hécuba. Hay instantes que el lector siente que lo narrado son crueldades innecesarias que rebasan lo bárbaro, lo salvaje…y sí, pero, ¿Acaso las guerras modernas no son así? ¿Existe alguna diferencia del holocausto y la barbarie perpetradas en las guerras mundiales del siglo XX? Y lo que nuestras supuestas sociedades civilizadas viven no son mitos, son realidades, luego entonces, al leer las tragedias de Eurípides estamos solamente recordando lo bárbaro que hemos sido y lo bestial que podemos ser, además, en esta pieza Eurípides enseña que en la guerra realmente nadie gana, porque se matan y matan por honor, orgullo, riquezas, propiedades, dominio, y todo, ¿para qué? Para nada. Aquí Casandra nos anticipa que los vencedores y arrogantes griegos no tenían nada de vencedores, que en el fondo ellos también eran perdedores de la guerra, que, tal vez, habían acabado con la vida de sus enemigos, pero ellos mismos morirían sin gloria y poco tiempo tendrían para disfrutar su supuesto triunfo, Casandra lo decía por lo siguiente.

Agamenón, quien altivamente poseía a Casandra como muestra de su triunfo en la guerra, pronto sería asesinado por su propia esposa y el amante de esta. Odiseo pasaría diez años navegando sin poder regresar a su isla y vivir tranquilo junto a su familia, sin olvidar que todo el pueblo griego llevaba diez años en Troya guerreando; allí vivieron alejados de sus esposas, hijos, sin poder vivir plácidamente en su hogar, disfrutar momentos de paz, armonía, y todo por el afán de dominio, riquezas; si de por sí el tiempo que tenemos de vida es muy limitado, ¿valdrá la pena pasar gran parte de nuestro limitado tiempo luchando por obtener riquezas, poder o cualquier otro bien tan efímero como la vida misma?

Todo lo que el personaje de Casandra presagió así sucedió, esto implica que nos enseñó hace siglos que en la guerra no hay ganador, y que las guerras son provocadas por seres estúpidos, irracionales…La ventaja que tienen los personajes del mundo griego radica en que muchas veces ellos fueron víctimas de los caprichos de los dioses, es decir, tienen una justificación de sus tragedias, porque estas fueron incitadas por  designios de las divinidades, sin embargo, nosotros no tenemos ninguna justificación, porque todas las atrocidades vividas son producto de nuestra supuesta “razón.”

Correo electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com

Twitter@MiguelNaranjo80

Facebook: José Miguel Naranjo Ramírez


[1] https://puntoyaparteonl.com/2021/03/02/esquilo-en-el-mes-internacional-del-teatro-i/

[2] Al momento de encontrarme con Políxena en esta obra de Eurípides; me fui a buscar a este personaje en diccionarios de mitología griega y en estos aparece como hija de Príamo y Hécuba, consulté dos diccionarios: “Diccionario de mitología” de José Luis Arriaga, y “Mitología griega y romana” de J. Humbert.

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