Agencias/Sociedad 3.0
Este viernes 3 de marzo, miles de personas de México y otros países llegaron a Catemaco, Veracruz para participar en la tradicional misa negra que se celebra cada año el primer viernes de marzo, conocido como el Día de los Brujos. La ceremonia, que comenzó el jueves por la noche y culminó en las primeras horas del viernes, se llevó a cabo en la colonia Paraíso Dos, donde se construye el primer templo a «Satanás».
El brujo de Catemaco, Enrique Marthen, invocó a las fuerzas oscuras y leyó el salmo a los presentes, pidiendo protección mística. Según la tradición y el folclore espiritual, este día es de gran importancia, ya que representa la convergencia de lo bueno y lo malo, y es ahí donde los brujos recargan energías para sanar o hacer males.
Los aprendices de brujos de diversas partes de México se mejoraron para participar en el ritual y se untaron la sangre de un chivo sacrificado. Los participantes internacionales indicaron que esta festividad es única en el mundo y que la energía que se mueve en Catemaco no se asemeja a la de otras celebraciones en otros países.
Cabe mencionar que este año, la festividad coincidió con el sismo que se produjo en Unión Hidalgo, lo que ha generado especulaciones entre los creyentes de que la catástrofe natural podría estar relacionada con las fuerzas espirituales convocadas en el ritual.