jueves, noviembre 7, 2024

Nubarrones, adjetivos y amenazas sobre la Convención Bancaria

Serpientes y Escaleras

Salvador García Soto

Por primera vez fuera de Acapulco, que se revuelve en su inseguridad y violencia, la Convención Nacional Bancaria inicia hoy en Mérida en un contexto de incertidumbre y nerviosismo en el sistema financiero internacional por la quiebra de bancos en Estados Unidos y Europa. Y por si fuera poco con los nubarrones de tormenta que se ciernen sobre los mercados, en la cumbre de los banqueros mexicanos resonarán los adjetivos de la Tesorera de la Federación, Elvira Concheiro, que los llamó «banca parasitaria, que suda el dinero y lo jinetea», junto con la amenaza de que a más tardar a fin de mes les serán canceladas y retiradas las millonarias cuentas del gobierno federal.

Eso sí, para que le estimulen el ego —como suelen hacerlo cada año— los banqueros recibirán la visita del presidente López Obrador para inaugurarles su reunión anual en la llamada ciudad blanca, en donde los principales dueños, accionistas y CEO’s de los bancos nacionales y extranjeros tendrán dos tipos de discursos y encuentros: el político y para la foto con el inquilino de Palacio Nacional, que aprovechará para pedirles apoyar el desarrollo del sureste mexicano con crédito y financiamiento; y la encerrona privada con el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, quien ordenó en el decreto publicado en el DOF el 15 de febrero pasado, que todas las dependencias federales cancelen y retiren sus cuentas de la banca comercial por no estar de acuerdo con las condiciones y el trato que les dan los bancos.

Más que la decisión de Hacienda, que representa en sí misma un golpe millonario para los bancos mexicanos, que de concretarse el retiro de cuentas perderían a uno de sus clientes más fuertes, lo que enrarecerá el ambiente de la reunión entre los banqueros y el titular de Hacienda, serán las formas y el discurso político y radical de la tesorera Concheiro, quien en la víspera remarcó la decisión hacendaria con adjetivos y calificativos más propios de un discurso ideológico y partidista, que de una posición de una de las principales cabezas financieras del gobierno federal. La titular de la Tesofe fue prolija en sus descalificaciones a la banca nacional, a la que se refirió como «parasitaria», «que suda el dinero (público) y lo jinetea», mientras advertía que las dependencias del sector público tienen hasta el 31 de marzo próximo para cancelar y retirar sus cuentas de los bancos.

Será cuestión de ver si el secretario de Hacienda, que argumentó la necesidad de aminorar el riesgo de «corrupción» como argumento para retirar los recursos federales de la banca comercial, sostiene ante los banqueros los dichos y descalificaciones de su Tesorera, o si en realidad todo se trata de una estrategia de la Federación, que al ser un cliente tan grande, busca exigir y obtener condiciones más favorables de parte de los bancos para el manejo de sus saldos bancarios.

En todo caso, en espera de lo que suceda entre hoy y mañana en Mérida, es claro que la llamada «fiesta de los banqueros» ya no será tan festiva y que los temas oficiales que habían anunciado para el encuentro: «inclusión bancaria, nearshoring y sostenibilidad» pasarán a un segundo plano ante las últimas circunstancias que antecedieron al arranque de sus reuniones y que la atención y la prioridad de los banqueros estará ahora en el fantasma de la incertidumbre y la posible crisis financiera que recorre al mundo y en la amenaza de perder las millonarias cuentas bancarias federales, si no le garantizan una mejoría de condiciones a papá gobierno.

Para decirlo claro y simple: nadie espera que el presidente López Obrador hoy en el presidium de la inauguración de la 86 Convención Nacional Bancaria se refiera a los banqueros –como suele hacerlo con frecuencia en sus mañaneras— como «delincuentes de cuello blanco», pero finalmente, sin decírselos personalmente y en medio de abrazos, aplausos y sonrisas, ya se los mandó decir con anticipación con su muy querida y cercana Tesorera General de la Federación, Elvira Concherio. Todo lo demás serán discursos, promesas mutuas y buenas intenciones.

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