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Xalapa: semblanza electoral

La historia de la evolución político electoral de la entidad veracruzana registra que en 1994 el PAN dio el campanazo electoral ganando la elección en el municipio de Veracruz, todo un hito en el acontecer político de la entidad. Era la joya de la corona que el PAN exhibía como el mejor triunfo electoral en su prospectiva de ganar ese año en cien ciudades medias de la república, ese triunfo electoral inédito convocó al...
viernes, mayo 30, 2025
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Shell s’en va

México era el quinto consumidor mundial de gasolinas. Por eso, en 2017 la gigante transnacional SHELL llegó a México con muchas ambiciones. Empezaron a instalar gasolineras, sin tapujos. Concursaron y ganaron más de la mitad de las concesiones para explorar yacimientos de hidrocarburos. Unos, los empezaron por su cuenta, otros asociados. Pusieron 47 estaciones con su lana, y otorgaron casi 100 franquicias. Pero el gozo se fue, literalmente, del pozo. Han dejado sus concesiones de explotación. La inseguridad. La incertidumbre jurídica, la inestabilidad política, la desaparición de los reguladores autónomos. Sólo...

Tercer aniversario de la pesadilla

Juegos de Poder

Leo Zuckermann

Estos días se cumple el tercer año que inició el confinamiento por la pandemia de covid-19.

Sí, fue una pesadilla que marcó nuestras vidas.

Por trabajar en los medios de comunicación, obtuve el permiso para poder salir durante el confinamiento. Diario asistía a FOROtv a conducir Es la hora de opinar. Fue una experiencia inolvidable. Me sentía viviendo en una distopía. La Ciudad de México vacía, silenciosa, como en agonía. Sólo circulaban patrullas, ambulancias y muchas carrozas fúnebres.

Cuando lo recuerdo, siento un escalofrío en la espalda.

Durante esas semanas de confinamiento falleció una muy buena amiga de cáncer. No pudimos asistir a su funeral porque estaba prohibido. En la noche se organizó un Zoom con familiares y amigos para honrar su memoria.

Así transcurrieron nuestras vidas por varias semanas: a través de Internet. Teníamos Zoom con la familia, con los amigos, con la gente del trabajo. Yo lo odiaba, pero era la única manera de vernos, platicar, acordar y quejarnos del maldito virus.

Fueron días aciagos.

Sabíamos que se estaban desarrollando vacunas y medicinas curativas. Sin embargo, nadie podía asegurar cuándo estarían listas. Mientras tanto, escuchábamos el conteo diario de fallecidos por SARS-CoV-2 y las tonterías del infame doctor Hugo López-Gatell, vocero gubernamental durante la pandemia.

Teníamos miedo. Sufríamos al ver a nuestros hijos tomar clases por Internet. Nos preocupábamos por nuestros padres, adultos mayores, que eran la población más vulnerable a contagiarse y fallecer. Nos escandalizaba la noticia de hospitales llenos sin el material necesario para tratar a los pacientes.

Me atrevería a decir que todos nos enteramos de la muerte de alguna gente conocida producto del virus. Algunos penaron mucho. Días de terapia intensiva que terminaron en una bolsa negra de plástico. Recuerdo haber entrevistado a un médico agotado que contuvo el llanto cuando me contó cómo morían solos, sin poder ver a su familia, los pacientes de covid-19. En lo personal, esta imagen me aterraba.

Según el Inegi, los fallecimientos por covid-19 de enero de 2020 a junio de 2022 fue de 469 mil 722 personas. El bicho se ensañó particularmente con la gente de mayor edad. La media de edad de los muertos fue de 64 años con una desviación estándar de 15.

Conozco a personas que todavía padecen de lo que se llama “covid largo” o “síndrome poscovid-19” en la jerga médica. Sufren de fatiga, fiebre, dificultad para respirar, tos, dolores articulares e impedimentos para concentrarse.

La gran mayoría, sin embargo, ya salimos de la pesadilla. Benditas las vacunas que nos otorgaron defensas inmunológicas y, sobre todo, algo de paz mental. No obstante, las inmunizaciones, la mayoría de los mexicanos nos enfermamos. Conozco muy pocas personas que nunca se contagiaron. Los más afortunados adquirimos el bicho ya cuando teníamos defensas de las vacunas y, por tanto, los efectos fueron menores a los que se contagiaron al principio de la pandemia. Con las vacunas, el riesgo a morir disminuyó sustancialmente. Se lo debemos a la ciencia médica que funcionó como reloj suizo. Impresionante el poco tiempo que tomó desarrollar las vacunas. Impresionante, también, la estupidez de los negacionistas de la ciencia.

Tercer aniversario de una pesadilla que dejó muchas secuelas. Porque no se puede negar que la pandemia dejó tras sí una estela de enfermedades mentales, algo de lo que se habla poco. El miedo, la preocupación y el estrés que causó el covid-19 incrementaron la depresión y ansiedad. Ni se diga la violencia doméstica en contra de las mujeres y niños.

Todavía se están midiendo las consecuencias, pero ya hay algunos datos: “Un estudio realizado en México documentó síntomas de estrés postraumático clínicamente significativo en casi un tercio de la población. En Estados Unidos, las tasas de ansiedad y depresión alcanzaron hasta 37% y 30%, respectivamente, a finales de 2020, frente al 8.1% y 6.5%, respectivamente en 2019”.

Quiero terminar este artículo sobre el tercer aniversario del confinamiento por el covid-19 aplaudiendo a los héroes de esta historia: todo el personal sanitario que trabajó jornadas extenuantes para salvar vidas. Los que estuvieron en la primera línea arriesgando sus propias vidas: médicos, enfermeros, camilleros, laboratoristas y todo el personal de apoyo hospitalario. Estudios en México demuestran que, pospandemia, estas personas han sufrido altas tasas de depresión, ansiedad, estrés e insomnio. A todos ellos, mi respeto y admiración por el papel heroico que desempeñaron en la pesadilla.

Twitter: @leozuckermann

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