jueves, diciembre 26, 2024

El pastor y el lobo o las mentiras del presidente

Narra Esopo en una de sus fábula que había un pastor llamado Pedro que se subí a lo alto de la colina y que gritaba ¡Lobo! ¡Un lobo ataca a mis ovejas!, y que todos los habitantes del pueblo, con palos y hachas, acudían para salvar a las ovejas de Pedro, encontrando solamente al pastor riéndose. Así siguió el niño gritando y los habitantes acudiendo a su ayuda; hasta que, cuando en verdad el lobo atacó a las ovejas y el pastor dando de gritos, los habitantes no acudieron. Cualquier semejanza con la enfermedad del licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República, no estoy seguro de que sea “pura coincidencia”.

Pero vayamos por partes. Las horas que mediaron entre el supuesto desmayo o positivo a Covid-19, hasta el video donde el señor presidente explica lo que le pasó y cómo fue atendido, generó todo tipo de conjeturas y especulaciones; pero antes de seguir narrando el cuento, aclaro que no soy de los que el señor López Obrador, alude como “gente de malas entrañas, que siempre le desea mal a otro, o “carroñero”  como declara el gobernador Cuitláhuac García, que deseó su muerte, ni que hubiese quedado lisiado o limitado para seguir cumpliendo la encomienda; aunque sí me incluyo entre los cientos de miles que pedían no muriera, ya que esto lo convertiría en mártir, y eso sí no nos lo acabaríamos.

El punto es que después de lo acontecido y la forma en que el presidente, con gobernador de Veracruz incluido, manejaron el tema, lleva a pensar qué si esto no fue planeado con toda la “alevosía y ventaja” que el poder permite, y trae a la mente la estrategia de “La Caja China”, con la que los gobernantes buscan desviar la atención para, como se dice en política, meterse hasta la cocina. Las leyes que aprobaron los diputado en esas horas aciagas, mientras el presidente estaba en “rictus mortis”, hacen que uno peque de mal pensado.

Si a esto le agregamos que en la “prueba de vida” del video, lo vemos al presidente fresco y rozagante, e incluyéndose entre Juárez, Madero y Cárdenas que fueron objeto de campañas de desprestigio, pues se alimenta más a duda razonada. Si el señor solo tuvo un vagido y el Covid-19 se lo curó con Paracetamol, ¿Por qué dejaron pasar tantas horas?

Insistir con el cuento de la enfermedad del señor presidente, no vaya siendo que repetir la mentira con frecuencia (Joseph Goebbels), como la fábula de Esopo, cuando esto suceda, si es que sucede, ya ni para rezar tengamos ganas. Así que señor presidente de la República, y “el mejor gobernador” que ha tenido el estado de Veracruz, déjense de cuentos chinos y hagan lo que hasta ahora no han hecho: mayor seguridad, atención integral a la salud, empleos decentes, crecimiento económico, educación de excelencia, atender y resolver el feminicidio, y una larga lista de etcétera. ¡Ah! ¿Y la Secretaría de Cultura de Veracruz, apá?

PD Bien por la realización del Festival Alberto de la Rosa, anunciado por el H. Ayuntamiento de Xalapa, del 24 al 28 del mes de mayo del año que corre; mal por las autoridades universitarias, empezando por señor rector Dr. Martín Aguilar Sánchez, y el doctor Alfonso Colorado Hernández, director general de difusión cultural UV, que ni la nariz asomaron en el anuncio oficial. ¡¡Misteriooooo!

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