Se ha filtrado ya la información acerca de la pretendida candidatura presidencial de Manuel Velasco, exgobernador de Chiapas, por el Partido Verde Ecologista y se exhibe como potencial opción oposicionista contra MoReNa. La noticia no parece haber causado mucho estruendo en el ambiente político, lo cual es explicable a porque el partido en el que milita por su característico perfil acomodaticio más parecido al de una franquicia comercial que al de un partido político integrado con miras a conseguir el poder. De entrada, esa precandidatura sugiere una estrategia tendiente a “enganchar” a los partidos de la alianza Va por México en una aventura “oposicionista” nada competitiva con la intención de desactivarla restándole potencia política. Porque ¿qué ofrecería Manuel Velasco a la oposición para obtener su adhesión? Un partido competitivo el suyo no lo es, la prueba es que después de haber participado en 1994 apoyando la candidatura de Emilio González Torres, su fundador, en las siguientes campañas ha participado en alianza con el PAN en 2000 (Alianza por el Cambio), y con el PRI en 2006, 2012 y 2018. Manuel Velasco llegó al gobierno de Chiapas en 2013 encabezando la alianza del Verde con el PRI, aunque durante la campaña presidencial de 2018 fueron evidentes sus guiños electorales a favor de AMLO. Tras el triunfo de MoReNa, pragmáticos al fin, los dueños del Verde acordaron unirse a las bancadas legislativas del PT y MoReNa para votar en sinergia las iniciativas de reformas enviadas por el Poder Ejecutivo. Con esos antecedentes, no se advierte argumento sólido para que los partidos de la Alianza Va por México accedieran a postular la candidatura de Velasco. Caben dos hipótesis: la primera consistiría en atribuir la argucia de esa potencial candidatura de Manuel Velasco a una estrategia para desactivar un posible aumento en la competitividad de la Alianza Va por México; la segunda sugiere la participación del Verde por separado de MoReNa para desviar a su causa voto opositor a MoRena para evitar lo capte Va por México. En estrategia electoral el PRI fue prodigo en argucias, incluso echó mano de partidos satélites para candidaturas de distracción y dispersión de votos (en Veracruz en la sucesión de Miguel Aleman, en 2004, se creó con Manuel Laborde el Partido Revolucionario Veracruzano (PRV) y fue en alianza con el PRI. Es amplio el margen de operación para formular estrategias electorales, las aquí enunciadas son solo algunas entre los posibles escenarios para 2024, que posiblemente no serán las mismas a las que hoy imperan. El tiempo dirá la última palabra.