La ONU informó hoy de que 8 mil 791 civiles, entre ellos 519 niños, han muerto en Ucrania desde el inicio de la guerra, mientras que otras 14 mil 815 personas han sido heridas en el transcurso del conflicto.
La mayoría de estas 23 mil 606 víctimas fueron asesinadas o heridas en las provincias orientales de Donetsk y Lugansk, parcialmente controladas por Rusia.
A lo largo de abril se registraron 179 fallecimientos, tres menos que en marzo y 620 menos que en el mismo mes del año pasado.
En la primera semana de mayo, murieron 58 personas y otras 163 resultaron heridas.
En total, la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha verificado 7 mil 297 muertes causadas por explosivos de largo alcance, 271 por minas y mil 223 por otros medios armados.
La ONU cree que las cifras reales de víctimas civiles podrían ser mucho más elevadas que las disponibles, por la falta de datos completos en ciudades duramente golpeadas por el conflicto como Mariúpol, Lisichansk, Popasna o Severodonetsk.
Mientras tanto, los combates continúan en el este del país, principalmente en torno a la ciudad de Bajmut, sumida desde hace meses en un largo asedio por parte de los mercenarios del Grupo Wagner.
Además, las autoridades ucranianas activaron hoy la alerta antiaérea en todo el país ante la posibilidad de un ataque ruso con un misil hipersónico “Kinzhal”, según declaró a la prensa el portavoz de la Fuerza Aérea, Yurii Ignat.
“Se ha declarado una alerta en toda Ucrania por el despegue de un avión MiG-31K ruso, que es el que transporta los misiles Kinzhal”, dijo Ignat, quien advirtió de que el ejército ucraniano no tiene defensas antiaéreas capaces de proteger todo el territorio de este tipo de misiles.
“Quiero recordarles que no tenemos suficientes sistemas Patriot que puedan proteger el cielo de Ucrania de este tipo de armamento”, dijo Ignat dirigiéndose a los ucranianos. “Es un misil aerobalístico extremadamente rápido y muy preciso”, agregó el militar.