“Con el PRI ni a la esquina”, dice una promoción eructada desde Movimiento Ciudadano; “Movimiento Ciudadano es esquirol”, responde el dirigente nacional del tricolor en un despliegue de acusaciones mutuas insertas en un escenario preelectoral donde por las acciones de ambas dirigencias ninguna inspira confianza. ¿Por qué Movimiento Ciudadano se resiste a formar alianza con Va por México? Aducen como argumento toral su desconfianza hacia Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI, en realidad no faltan motivos para esa percepción, y por ese lado Movimiento Ciudadano justifica su abstinencia aliancista; sin embargo, aún sin “Alito” en la dirigencia priista es histórica la resistencia de MC a compartir esfuerzos con Va por México y en las elecciones de 2021 participó al margen de toda conexión con esa alianza pese a no contar con el empuje suficiente para obtener triunfos por sí solo, excepto, claro, en Nuevo León, donde las circunstancias se acomodaron para darle el triunfo a su candidato, Samuel García y ahora “gobierna” en Jalisco y Nuevo León. El partido de Dante Delgado ¿pudiera convertirse en una genuina opción de triunfo electoral en 2024? Se ve difícil, según es posible observar en base a sus porcentajes electorales, lo cual hace patente su dificultad para potenciar su valía electoral en el futuro inmediato. Un actor político de perfil competitivo ¿aceptaría ser postulado a la presidencia solo por MC, sin estructurar alguna alianza? Ese escenario es muy difícil de concebir por los porcentajes de un solo digito conseguidos hasta ahora por ese partido. Por otro lado, el PRI ya vivió décadas de gloria política, de la cúspide donde estuvo por muchos lustros, a causa de la reiterativa estancia en el poder, cuyo ejercicio necesariamente desgasta, solo era posible descender, como es su actual sino. Y si a eso agregamos la circunstancia de una dirigencia significada por las complicidades en el usufructo de posiciones de poder, el deterioro se acentúa, porque ahora solo “Alito”, Rubén Moreira y su esposa disponen del acontecer del PRI; peor aún si se atienen al pendiente de la Comisión Instructora de la Cámara de diputados sobre el dictamen de juicio político al dirigente priista, una espada de Damocles que orbita y condiciona a Moreno. Este nada lúdico panorama pasaría de largo si no estuviera en juego el destino del Sistema Político Mexicano, porque en efecto, ni MC ni el PRI aún juntos están en aptitud de competir con solvencia contra Morena, en cambio adquirirían un peso específico si suman sus respectivas nóminas electorales a Va por México. Queda en la incógnita ¿MC es esquirol electoral? ¿Alito es Caballo de Troya en el PRI? La respuesta queda a cargo del tiempo. Mientras tanto, Morena cabalga en caballo de hacienda.