Mi emoción de practicar Pole contrastó mucho con los comentarios de personas cercanas, quienes entre mofa y burla me decían: “¡cómo vas a hacer eso, no es para ti! ¡Quién te dijo que es un deporte! ¡Mira cómo se visten! ¿Vas a hacerle al tubo-tubo? ¿Pues dónde vas a trabajar?”
Años después, también recuerdo aquella caricatura que hicieron favor de hacerme en un tubo ante mi crítica sobre la designación del presupuesto estatal por el Congreso Estatal de Veracruz. “¡El que esté libre de Pecado…Que tire el Primer Tubo!”, así la titularon en el periódico, como si practicar Pole fuera tan pecaminoso como clavarse los recursos de los veracruzanos.
Ocho años después, afortunadamente, los pensamientos de la sociedad van cambiando. El Pole va dejando de ser tabú y hoy lo practican hombres y mujeres de todas las edades.
Pensar que el Pole Dance es acrobacia combinada con baile es quedarse cortos. El Pole Dance es una disciplina que ejercita el cuerpo y también la mente, pero independientemente de trabajar fuerza, flexibilidad, coordinación y resistencia, te da autoestima y aceptación de tu propio cuerpo, te hace sentir sexi, desinhibida y segura de que puedes conquistar el mundo, no importa que tengas lonjas, celulitis o estrías.
Confieso que no llevo ocho años practicándolo. Lo dejé casi dos años por trabajo y dos de pandemia, y aunque se dice que el cuerpo tiene memoria muscular, el dejar tanto tiempo de practicarlo, hace que sudes la gota gorda al subir al tubo, a pesar de que se vea tan fácil y sencillo. Eso sí, nunca debes dejar de sonreír ni encoger los dedos de los pies, sino mantenerlos en puntas… “¡Puntas, puntas!, grita el instructor.
Una clase de una hora de Pole (que viene de la lengua inglesa y significa poste), no se limita en subirse en un dos por tres al tubo. Antes tienes que hacer calentamiento, estiramiento y hasta abdominales. Movimientos de muñecas, pies, cadera, brazos, piernas. ¡Ah! y la ropa diminuta tiene su razón de ser. Podríamos decir que tienes un mejor agarre con la piel. Dijéramos en clase: “te agarras con la lonjita o el gordito” y si usas mucha ropa puede hacer que te resbales del tubo; aunque para eso tenemos magnesia para polvearte las manos y evitar que el sudor haga que resbales o te sientas insegura.
En lo particular, yo prefiero el Pole Sport, que puede considerarse aquél que es más acrobático, donde haces figuras, giros y subidas de peso muerto. Aunque también hay quien prefiere el baile y la sensualidad con el Pole Exotic. Allí los tacones son un punto clave, los cuales van desde los 15 hasta los 20 centímetros.
Si estás pensando en tomar una clase muestra, debes tener presente que la primera puede ser algo complicada; te pueden salir moretones, te puedes pelar pies o manos; al otro día te dolerá todo el cuerpo, pero con la práctica todo eso irá disminuyendo. ¡No te desanimes! Tu cuerpo y tu mente, te lo agradecerán.
Pero ¿por qué les escribo del pole?
Porque cada segundo domingo de junio se celebra el día Nacional del Pole Urbano y seguramente verás a hombres y mujeres haciendo demostraciones y figuras en algún parque, en la calle y hasta en el Metro de la Ciudad de México, con la intención de seguir derribando los tabúes que giran en torno a esta actividad deportiva.
@NumerosRojos_BC