Varios meses después de que fue exonerado por la Fiscalía General de la República, tras el sobreseimiento de las denuncias por delitos electorales en su contra por haber recibido sobres de dinero en efectivo para apoyar al movimiento político de su hermano Andrés Manuel López Obrador, ayer reapareció pública y políticamente Pío López Obrador. Y lo hizo para apoyar la candidatura presidencial del canciller, al difundir un video en las redes sociales en el que se dice convencido de que «Marcelo Ebrard es el mejor para darle continuidad a la transformación de la vida pública de México».
El hermano del presidente López Obrador y quien fuera fundador del PRD y de Morena, llama a los mexicanos de todo el país a «que se sumen a este gran proyecto de nación que encabeza nuestro compañero Marcelo Ebrard» y se dice absolutamente convencido de que «con Marcelo vamos a volver a ganar». El video de Pío se difundió ayer con el objetivo de invitar a la presentación del libro «El Camino de México» que llevará a cabo el secretario de Relaciones Exteriores en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el próximo domingo y de inmediato generó reacciones y comentarios en las redes sociales y en los corrillos políticos.
Y como si se tratara de una contienda entre hermanos, ayer mismo, después del video de Pío apoyando a Marcelo, José Ramiro López Obrador, otro de los hermanos del Presidente, reiteró desde Jalpa de Méndez, Tabasco, su respaldo abierto, que ya había expresado desde el año pasado, a la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum. «Yo conozco todas las encuestas que han sacado y ahí hay cuatro compañeros que están apuntados, pero la que va encabezando todas las encuestas es la compañera Claudia Sheinbaum, en segundo lugar, está Marcelo, pero no crean que muy cerca, ésta a más de 10 puntos de Claudia, y ella sigue subiendo. Marcelo ya se estancó», dijo el apodado «Pepino», quien ya desde octubre pasado se había decantado por la doctora.
Lo más interesante del activismo de los hermanos del Presidente en la adelantada sucesión presidencial es sin duda el mensaje que manda Pío López Obrador. Porque claramente parece ir en contra de la «línea» dictada desde Palacio y decide no apoyar a la que todos ven como la «favorita» de su hermano, sino a Marcelo, al que ya nadie ve como el plan A de Andrés Manuel. Eso hablaría de un acto de rebeldía del hermano que fue acusado, acosado e investigado, por haber sido el «mensajero» que recibió millones de pesos en efectivo de David León, que entonces trabajaba para el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, entre 2015 y 2018, recursos que él mismo declararía que fueron entregados a su hermano para apoyar al naciente partido de Morena.
A partir de que se revelaron en agosto del 2020 varios videos en donde se le ve recibir el dinero en efectivo y hacer cuentas sobre las varias entregas que le hizo David León, a Pío López Obrador se le abrieron investigaciones por delitos electorales tanto en el INE como en la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales de la FGR, a donde tuvo que acudir a declarar en calidad de acusado. Mientras el presidente López Obrador se deslindaba diciendo que «yo no tuve nada que ver», aunque reconocía también que sólo eran «aportaciones voluntarias para el movimiento», a Pío y a su familia les cambió la vida ante el acoso de los medios y los cuestionamientos en la opinión pública.
El tema llegó a provocar un distanciamiento, incluso ruptura entre los hermanos, cuando Pío expresó públicamente su molestia en entrevistas por la tardanza y el tortuguismo de la FGR para procesar la carpeta en su contra y determinar si había o no cometido algún delito. El 6 de marzo de 2022, en una entrevista que concedió al portal «La Silla Rota», el hermano del Presidente acusó a la Fiscalía de no avanzar en las investigaciones ni haber citado a declarar a las personas involucradas en la denuncia en su contra. «El primer interesado en que esto se resuelva ya soy yo; se dice que yo presioné a la Fiscalía para que cerrara el caso, al contrario, yo soy el que exijo que haga su trabajo y ya dé una conclusión de un caso que se armó con videos obtenidos ilícitamente, que son pruebas inválidas», dijo entonces Pío López Obrador.
Más allá de la molestia que expresó públicamente, trascendió en aquellos meses que Pío estaba desesperado y muy enojado con el Presidente porque se había «desentendido del asunto», mientras a él y a su familia les habían «arruinado la vida». El hermano de López Obrador se quejaba con cercanos a la familia de que todo el escándalo le había afectado no sólo a él que se había quedado sin trabajo, sino a sus hijos y a su esposa, que eran objeto de acoso y señalamientos en las redes sociales y en sus círculos de trabajo. Incluso, por esos días se habló de que Pío había mandado un mensaje muy directo a Palacio Nacional: «Si no se resuelve ya esto y se concluyen las investigaciones, yo hablaré y diré todo».
Al parecer la presión y los mensajes de Pío López Obrador surtieron efecto porque a partir de sus reclamos públicos y, sobre todo privados, las investigaciones se reactivaron en la FGR y el 21 de agosto del año pasado, la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales concluyó que se sobreseían las acusaciones en contra del hermano del Presidente «por no haber elementos constitutivos de ningún delito».
Por todo eso y por el silencio que guardó desde que fue exonerado, el pronunciamiento público que ayer hizo Pío López Obrador suena a que claramente, su respaldo a Marcelo Ebrard y a su candidatura presidencial, lleva implícito otro mensaje: el que decide en Palacio se está equivocando de «corcholata». ¿Será que estamos ante una venganza entre hermanos?… Se agitan los dados. Escalera y subimos.