Con el diferendo abierto con motivo del derribo de algunos árboles en la avenida Lázaro Cárdenas de esta ciudad capital se pone al descubierto la pugna interna de quienes en Morena, el partido en el gobierno, pretenden la supremacía, al menos en Xalapa. Quienes protestan y alegan la innecesaria construir del paso a desnivel en extremo norte de la citada avenida, han logrado entorpecer el inicio de los trabajos para concretarlo; por su parte el gobierno estatal anuncia una campaña de “reforestación” que ciertamente no convence a nadie por cuanto a que nada se hace para detener la incesante tala inmoderada en el Parque Nacional del Cofre de Perote, indiscutible soporte ecológico para la subsistencia de esta región.
En realidad, el problema al que aludimos pudo haber sido superado previamente a los inicios de las obras, pero faltó la información necesaria a los vecinos y propietarios de negocios del lugar, obviamente no existió negociación entre las partes, en una palabra los requisitos fundamentales de toda política pública brillaron por su ausencia, pues la participación social en el diseño de esa obra estuvo ausente. Según define Luis Aguilar Villanueva, las políticas públicas “son decisiones de gobierno que incorporan la opinión, la participación, la corresponsabilidad Y el dinero de los privados en su condición de ciudadanos electores y contribuyentes”, Corresponde a la gestión pública el éxito o el fracaso del diseño e implementación de las obras de infraestructura para beneficio de la comunidad, aunque, según podemos observar, en este caso específico falló la capacidad de gestión, ya plenamente comprobado a juzgar por el pasajero “éxito” de quienes protestan por el “daño ecológico”. ¿Se requiere de la construcción de un puente en la zona de referencia? ¿Cuentan los promotores de esa obra con la autorización correspondiente para el derribo de árboles? ¿Dónde los va a reponer? ¿Se formuló un estudio sobre el impacto al medio ambiente? ¿Existen análisis relativos al costo- beneficio de esa construcción? Son interrogantes de elemental formulismo, muy necesarios precisamente para evitar la protesta pública que interfiera en los tiempos, movimientos y costos. Todo lo demás es ahogarse en un vaso de agua, que es factible cuando no se atiende el mínimo de requisitos para informar previamente a los directos beneficiados, negociar inconformidades e involucrar a la ciudadanía.
Al cumplir con esos requisitos de política pública es posible disminuir el riesgo de enfrentar la protesta con motivaciones políticas, como parece ser el caso, todo a causa de la lucha por parcelas de poder, “fuego amigo” le dicen.