En verdad, ha sido inusitadamente novedoso el procedimiento escogido por las dos trilogías partidistas en pugna para elegir a sus respectivas candidaturas presidenciales, por decir lo menos es inédito, porque nunca antes se había puesto en práctica en nuestro país esa metodología, aunque incurre en acciones no contempladas en el marco electoral, apenas superadas porque el árbitro de la materia, el INE, en su nueva configuración de Consejeros no parece estar en condiciones de imponer las sanciones correspondientes. Sin serlo, se asemeja a una primera vuelta electoral, una figura de mucha vigencia en otros países del continente, que seguramente será incluida en la reforma electoral que resulte de las experiencias emanadas de la campaña y elección de 2024. Pero también peca de simulación en grado sumo, tan exagerada que insulta la inteligencia de la ciudadanía mexicana, dígalo sino el informe del dirigente formal de Morena, Mario Delgado, relativo a los gastos realizados por cada una de las corcholatas en esta etapa de proselitismo para ganar la candidatura presidencial, resulta sorprendente la eficacia de sus gastos de campaña:
Después de semanas de recorrer la geografía mexicana, hasta ahora ninguno de los aspirantes ha rebasado los cuatro millones de pesos, todo pese a las miles de bardas pintadas por todo el territorio, a cientos de espectaculares situados en lugares estratégicos, a las multitudinarias concentraciones de gente “transportadas” al lugar de reunión, a la renta de salones para los eventos, a sostener equipos de acompañantes y colaboradores. Según el informe, Claudia Sheinbaum reporta, hasta ahora, 3, 908, 231 mil pesos, Adán Augusto López 2, 392, 725 pesos, Marcelo Ebrard, 2, 317, 388 pesos. Quien esté familiarizado con esta clase de campañas y haya presenciado los mítines realizados por cada equipo hará los cálculos correspondientes y difícilmente coincidirán con esas cifras. Por ejemplo, sorprende que Ricardo Monreal reporte 3, 507, 159 pesos cuando poco ha salido de la CDMX y sus reuniones no han sido multitudinarias, por tal motivo, llama la atención que en cuanto al dinero reportado como gastado la diferencia con Claudia Sheinbaum sea solo de 400 mil pesos. No es mucha la diferencia en recursos pero sí en cuanto a la movilidad de una y de otro, porque la experiencia de Monreal le dijo desde el inicio que él no cabía en las posibilidades de obtener la candidatura y se limitó a cumplir el requisito. Entonces ¿cómo explicar que la campaña de doña Claudia tenga un costo monetario de tan pírrica diferencia con la de Monreal? Queda al criterio del Consejo organizador resolver esa incógnita porque el INE no proporcionó el recurso, aunque finalmente en Morena la prioridad pos campaña consistirá restañar las heridas producidas en estas primarias entre correligionarios. ¡Qué bueno que fue entre amigos!