Dr. Rafael Vela Martínez
El pasado 28 de agosto se llevó a cabo una sesión extraordinaria del Consejo Universitario General (CUG) de la Universidad Veracruzana (UV), con la asistencia de 343 consejeros de los aproximadamente 430 integrantes (varía según las condiciones de los consejeros electos), llama la atención lo poco concurrido del evento y todo apunta a que la actual administración va perdiendo capacidad de convocatoria, pues regularmente asiste alrededor del 90% de los convocados y en esta ocasión no se llegó al 80%.
Se movió a toda la estructura representativa universitaria para 2 cuestiones que, en voz de varios consejeros, resolver sobre el particular es competencia directa de quien está al frente de la administración de la UV; es decir, señalaron que no veían la razón de haber convocado a un Consejo y en este sentido argumentaron:
Primera, se convocó para lograr que el Consejo autorizara al Rector hacer gestiones ante los poderes Legislativo y Ejecutivo para que el Gobierno del Estado entregue a la UV el 4% del total de los recursos a ejercer en el año 2024, tal y como lo consigna el Artículo 10 de la Constitución del Estado de Veracruz. La pregunta es ¿Necesita el Rector autorización para realizar dicho trámite; o es su obligación realizar dichas gestiones?
Segunda, convocar a los universitarios a implementar una estrategia para difundir las actividades que se llevan a cabo en la UV para sensibilizar a las autoridades gubernamentales de la importancia del quehacer universitario. La pregunta es: ¿Y entonces para que tiene toda la estructura burocrática la Rectoría; no acaso esa es la responsabilidad de quienes están al frente de las áreas de extensión, difusión y vinculación de la Universidad Veracruzana?; pero más aún, con toda la estructura burocrática de Secretarías, Vicerrectorías, direcciones de área, jefaturas de departamento, direcciones de centros, institutos y facultades, por mencionar lo más relevante, no es suficiente para implementar dicha estrategia?
Al inicio del Consejo Universitario y conforme se fueron exponiendo la razones jurídicas que soportan el presupuesto de la UV, había muchas expectativas de los consejeros de que al fin se iban a tomar decisiones para asegurar que el Gobierno del Estado entregara a nuestra Máxima Casa de Estudios los más de 1800 millones de pesos que le adeuda; pero no fue así, en todo momento se evadió por parte de las autoridades de Rectoría abordar el tema; y todo parece ser que no se va a exigir al gobierno que cumpla con el compromiso constitucional ¿Cuál es la razón? No se sabe: entre los académicos hay mucha especulación al respecto y todas apuntan hacia una pérdida de imagen de la Rectoría.
Lo único que se tiene como respuesta de la autoridad es que “se están haciendo las gestiones necesarias”. ¿Y los resultados? Son negativos. Desde diciembre 19 del 2022, fecha del último CUG de ese año, hasta la fecha, era para que se tuviera claro que dichas gestiones han sido un fracaso. Y era para que se considerara retomar las propuestas de varios consejeros, orientadas a lograr recuperar ese cuantioso recurso que hace mucha falta a la universidad.
Tan solo por poner un ejemplo de las carencias que enfrenta la UV, ahora que tanto se requiere incrementar el número de integrantes del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) para garantizar que los posgrados sean “elegibles” por CONAHCYT y recuperar las becas que les retiraron a los estudiantes, habría que señalar que el campus, aquí en Xalapa, donde están la mayor parte de los institutos de investigación tiene graves limitaciones: 1. Los cubículos no tienen las condiciones para realizar investigación; muchos están con humedad, la gran mayoría son muy pequeños y están apilados; 2. En tiempos de calor los cubículos se convierten en “hornos”, pues se carece de aire acondicionado. 3. Hay problemas recurrentes con el internet que limitan las actividades de investigación; 4. No existe un área de esparcimiento para salir a caminar y oxigenarse después de 5 o 6 horas de estar sentado realizando trabajo académico; 5. La cafetería que abastece a todos los centros de investigación es un pequeño espacio improvisado en los bajo de unas escaleras donde hay 5 “mesitas” para desayunar y atender a una población de más de 500 académicos; 6. Las áreas de estacionamiento son insuficientes y máxime cuando se lleva a cabo algún evento; 7. No existen áreas de convivencia de los académicos, a tal grado que la comunidad permanece aislada e incluso entre mismos investigadores luego de más de 10 o 15 años de antigüedad, no se conocen entre sí y mucho menos intercambian conocimientos, avances de investigación, gestiones académicas y demás; 8. La mayor parte de los equipos de cómputo que utilizan los investigadores están obsoletos, de tal forma que prácticamente se utilizan equipos personales; 9. Las presuntas “aulas híbridas”, como en el caso de muchas facultades, no funcionan de acuerdo con las expectativas y requerimientos docentes; y 10. Este campus donde están concentrados la mayor parte de los institutos y centros de investigación carece de difusión, a tal grado que más del 50% de lo universitarios desconoce su existencia; y las condiciones de aislamiento son tan manifiestas que cuando se realiza algún evento académico como presentaciones de libros y demás, la población objetivo que asiste es muy escasa, como sumamente limitada la presencia de los medios de comunicación.
Pero bueno, más allá de las graves carencia que enfrenta la UV, no se advierte voluntad de las autoridades por rescatar ese recurso que tanto hace falta a nuestra Máxima Casa de Estudios para ampliar la matrícula de ingreso, crear nuevas carreras universitarias afines a la Revolución del conocimiento digitalizado y fortalecer la vinculación con el sector productivo y social, condición sine qua non para el avance de la ciencia y el desarrollo tecnológico.
El Consejo se desarrolló de forma “tersa”, aun cuando hubo reclamos de información y acerca de la postura que guarda la autoridad universitaria ante el CONAHCYT; ante lo cual, dicha autoridad guardó mutis. Entre las demandas planteadas al Rector están las siguientes:
- Que informará del monto preciso del adeudo de Gobierno del Estado con la UV, ya que se ha llegado a señalar que suman más de 2 mil 187 millones de pesos, pues hay que recordar que a mediados de año se dio a conocer el Dictamen del Presupuesto Modificado al cierre del ejercicio 2022, donde se informó ante CUG que no fue devengado el 22% del presupuesto autorizado a ejercer por la administración de Rectoría, este monto de la deuda ascendía a 1,929 millones 672 mil 22 pesos.
- También se señaló que los posgrados requieren de apoyos financieros por parte de Rectoría para retirar el cobro de cuotas y fortalecer la gratuidad de la educación.
- De igual forma se propuso que el recurso que adeuda el Gobierno del Estado a la UV, se utilice como un fondo temporal para financiar las becas de los estudiantes de posgrado que ya fueron admitidos por la institución y que sin embargo se quedaran sin becas de CONAHCYT, situación complicada pues cuando la UV promocionó los posgrados les habría garantizó a los aspirantes las becas de dicha institución, si aprobaban los exámenes de ingreso; pero además con esta promesa institucional, muchos de ellos renunciaron a sus trabajos para dedicarse de tiempo completo a los estudios; y ahora la UV no les ha dado una alternativa financiera a dichos postulantes.
- Se señaló que la Dirección de Posgrado no ha sido suficientemente transparente en informar de los posgrados que fueron calificados como elegibles; por ello se solicitó se informara acerca de cuántas becas dispone cada uno de ellos, pues al momento existe total incertidumbre al respecto, y ello puede llevar a la desaparición de algunos posgrados.
Al final hubo un gran descontento de la mayoría de los Consejeros Universitarios, pues quedó la sensación que todo fue un escenario de manipulación. En síntesis, se llamó a los Consejeros para que siguieran validando la “estrategia” de negociación que lleva a cabo Rectoría ante Gobierno del Estado, aun cuando los resultados han sido un rotundo fracaso.
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