Agencias/Sociedad 3.0
La canciller mexicana, Alicia Bárcena, expresó en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que tanto las autoridades mexicanas como las estadounidenses están lidiando con un crecimiento exponencial de las olas migratorias que les está resultando abrumador.
Según Bárcena, diariamente llegan aproximadamente 9,000 migrantes a territorio mexicano, y se espera que la cifra alcance los 140,000 para fin de año. Estos números superan cualquier capacidad de respuesta, incluso si México y Estados Unidos hacen su mejor esfuerzo, afirmó la encargada de coordinar las acciones del gobierno mexicano en materia migratoria.
La funcionaria explicó que el gobierno mexicano está buscando que en noviembre se realice un encuentro entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y su homólogo estadounidense, Joe Biden, con el objetivo de evaluar vías legales para abordar la migración.
El presidente López Obrador tiene la intención de discutir principalmente las causas estructurales de la migración con Biden y, al mismo tiempo, coordinar una política conjunta para atender a los migrantes junto con Colombia, Panamá, Costa Rica, Guatemala y Honduras, según Bárcena.
La canciller enfatizó que es esencial que la comunidad internacional incremente sus esfuerzos para abordar las raíces del fenómeno migratorio en diferentes puntos del continente, especialmente en el Tapón del Darién, en lugar de reaccionar únicamente cuando los migrantes llegan a México.
México está comprometido en proporcionar recursos para la supervivencia de los migrantes que ingresan por la frontera sur y solicitan asilo, así como para facilitar su estancia mientras obtienen documentos y encuentran empleo, o para repatriarlos a sus países de origen si son rechazados por Estados Unidos. -indicó Bárcena-.
La situación se ha complicado aún más debido a las medidas adoptadas por gobiernos como el de Greg Abbott, gobernador de Texas, quien ha soportado las políticas antimigratorias y ha instalado una barrera flotante en el río Bravo, lo que ha generado una presión adicional en la región fronteriza, concluyó la canciller.