martes, noviembre 5, 2024

Morena en su laberinto y Ebrard en la encrucijada


Como resultado de los fuertes problemas de logística y organización que tuvieron y porque no han terminado de procesar los resultados de la encuesta, el dirigente de Morena, Mario Delgado, les canceló ayer a las seis “corcholatas” la reunión a la que los había convocado para este martes; primero les había dicho a las 10:00 de la mañana, luego a las 20:00 horas y al final les pidió «más tiempo para terminar de revisar y contabilizar las papeletas», por lo que el encuentro con los aspirantes para darles a conocer el resultado definitivo será mañana miércoles al mediodía en la sede nacional del partido.

Tantos cambios y alargamientos en el procesamiento y conteo de los votos emitidos en la encuesta sólo han exacerbado el nerviosismo y la tensión que privan en este momento en el partido gobernante. Porque mientras más se tardan la dirigencia y el Consejo Nacional en informar sobre los resultados, más se intensifica el golpeteo sordo entre los aspirantes morenistas que juegan a filtrar encuestas, datos y números para asegurar que cada uno de ellos va adelante y que ganarán la encuesta.

De paso, al cambiar el día en el que le informaría a los contrincantes, Mario Delgado también le cambió la jugada al presidente que había planeado entregarles este miércoles «el bastón de mando» de la 4T (cualquier cosa que eso signifique) al triunfador o triunfadora de la encuesta que será nombrado «Coordinador para la Defensa del Movimiento de la 4T» para después convertirse en el candidato presidencial de ese partido en los comicios del 2024.

Esa ceremonia que encabezará López Obrador, tendrá lugar el próximo sábado 10 de septiembre a las 14:00 horas en un hotel de avenida Revolución, a donde se está convocando mediante una comunicación firmada por Alfonso Durazo Moreno a todos los integrantes del Consejo Nacional de Morena para anunciarles «el nombramiento del Coordinador o Coordinadora de la Defensa de la Transformación», que este firme un compromiso con el «proyecto de Nación» y que el presidente le entregue el ya mencionado «bastón de mando».

Al final, aunque estas últimas horas que faltan para conocer el resultado de la encuesta de Morena prevalecen la misma tensión, desconfianza y golpeteo por debajo de la mesa que marcaron a todo el proceso interno de Morena, la expectativa es saber finalmente cómo procesaron todas las respuestas o voto que recibieron en la encuesta, correspondientes a los ciudadanos de 3 mil 500 secciones electorales del país, y cuál de las tres “corcholatas” reales y competitivas, Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, será finalmente declarado ganador o ganadora.

El orden de probabilidades que tiene cada uno de esas tres “corcholatas” de ganar no ha variado, al menos en la percepción de los militantes, observadores, analistas y hasta los críticos de la 4T, que siguen pensando que en la complicada y retrasada encuesta de Morena no habrá sorpresas: Claudia Sheinbaum ganaría, según piensan muchos dentro y fuera de la 4T por haber sido desde un inicio «la favorita» del Presidente y por los evidentes e ilegales apoyos que recibió de la estructura de la Secretaría del Bienestar Federal. Marcelo Ebrard quedaría en segundo lugar, con un pronóstico reservado sobre si va a aceptar la derrota y levantarle la mano a la ganadora o si rompería con Morena; y finalmente Adán Augusto en la tercera posición de las encuestas con el mayor crecimiento y la campaña más visible y costosa de los tres.

A partir de esa percepción predominante, que al final no deja de ser sólo percepción, se pueden hacer muchos escenarios y especulaciones: si Claudia gana y Marcelo acepta el resultado y legitima su triunfo; si el canciller repite la historia de su mentor político Manuel Camacho Solís y hace berrinche y se niega a aceptar el resultado entrando en rebeldía y distanciamiento con visos de ruptura; si Marcelo sorprende a todos y tira los momios ganando una encuesta que nadie, salvo él y su equipo creyeron que ganarían y cómo reacciona a eso Sheinbaum; o de plano si se caen todas las apuestas y percepciones y no ganan ni Claudia ni Marcelo y la gran sorpresa la da Adán Augusto ganando la encuesta.

Por supuesto que todas y cada una de esas posibilidades, más las que guste sumar el amable lector, dependen de la voluntad unipersonal (léase «dedazo» o «dedito») del inquilino de Palacio que, también como percepción generalizada dentro y fuera de Morena, siempre fue y será el «gran elector», «el fiel de la balanza» o el que ungirá y decidirá, en un escenario de resultados apretados que tampoco se descartan, a quién le entregará el dichoso «bastón de mando» y le heredará el liderazgo de su movimiento político.

Anoche mismo, para abonar a la tensión, Marcelo Ebrard subió un mensaje a su cuenta de X (antes Twitter) en el que reiteró su «preocupación» por las irregularidades, retrasos e inconsistencias en el levantamiento y procesamiento de la encuesta nacional de Morena: «Sigo muy preocupado por el levantamiento de la encuesta en curso. Mañana haremos revisión con nuestros representantes de las incidencias y problemas. Les mantengo al tanto», dijo el excanciller.

Entramos pues a las últimas horas de las definiciones en Morena que marcarán en mucho a la próxima contienda presidencial. Por lo pronto entre tanto gasto millonario de dinero de procedencia dudosa, tantas violaciones a la ley electoral, tantas fallas y torpezas de la dirigencia nacional morenista para organizar y realizar una encuesta cuando se supone que son los creadores y expertos en ese método, tanta tinta y palabras vertidas en los medios sobre el proceso interno del partido oficialista, todo se reduce a la misma pelea entre dos que comenzó hace más de un año y quién sabe si termine este miércoles al mediodía: Claudia Sheinbaum Pardo y Marcelo Ebrard Casaubon.

Tomando en cuenta el origen judío-mexicano de Claudia y el origen del apellido de Marcelo, que si bien se ubica en Francia en los Alpes del Sur viene de antiguas familias judías que al ser expulsadas de España en 1495 emigraron a esa región alpina donde fundaron la villa de Ubaye y se les llamó «Los Barcelonettes», por ser judíos procedentes de Barcelona que se convirtieron al catolicismo y adoptaron los apellidos de sus padrinos de bautismo, está claro que, como muchas de las cosas de la 4T y del lopezobradorismo, que remiten a temas y símbolos religiosos y a veces a la Biblia, la pelea por la candidatura morenista terminará tal y como está escrito en los textos bíblicos: cuando dos judíos se enfrentan, uno sale crucificado. ¿Quién será el crucificado y quien la crucificadora?.

Los dados mandan Escalera. Subida.

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