Agencias / Sociedad 3.0
Una semana después de los devastadores ataques en el sur de Israel, la tensión sigue en aumento en todo el país. La población israelí vive entre el shock de la masacre, las sirenas que anuncian la continuidad del peligro, y el temor a la posible presencia de terroristas de Hamas infiltrados entre civiles. Los israelíes intentan evitar salir de sus hogares a menos que sea absolutamente necesario, y la desconfianza se ha convertido en una constante. La presunción de que los infiltrados podrían estar ocultos entre ellos, listos para atacar o morir por su causa, ha creado una atmósfera de tensión constante.
El horror que se desató hace una semana ha dejado cicatrices indelebles en la sociedad israelí. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) estiman que alrededor de 1,500 combatientes de la unidad de élite Nukhba de Hamas cruzaron la valla fronteriza en la fase inicial del ataque. Detrás de ellos ingresaron otros 1,500 terroristas de diversas organizaciones, junto con cientos de activistas que se unieron a la masacre. Aunque se cree que la mitad de los infiltrados murieron en territorio israelí, persiste la inquietud acerca del paradero del resto y si están esperando la oportunidad de llevar a cabo nuevos ataques.
«La cantidad de equipo y municiones que llevaron consigo deja en claro que no se trató de una simple incursión, sino de una ocupación a largo plazo del sur», según Roni Kaplan, portavoz de las FDI. La situación actual continúa siendo crítica, ya que los terroristas siguen intentando ingresar a Israel. Las FDI están comprometidas en una lucha constante en la que los terroristas se esconden en casas y armarios.
Como precaución ante la posibilidad de una nueva infiltración masiva, se ha emitido una orden para que todos los ciudadanos tengan provisiones suficientes para 72 horas en sus hogares.
El éxito de Hamas ha dejado a la sociedad israelí profundamente impactada. En el sur del país, las comunidades han sufrido ataques brutales. Los soldados que llegaron a uno de los kibbutzim se encontraron con una escena espantosa: una niña de un año con un disparo en la cabeza y ocho cuerpos de niños atados y ejecutados a sangre fría en una habitación segura. Este tipo de atrocidades se repitió en todas las áreas atacadas por los terroristas.
El conflicto ha dejado una impresionante cantidad de muertos, heridos y más de 150 secuestrados que siguen en manos de los invasores. La esperanza de que aparezcan con vida se desvanece minuto a minuto.
El comportamiento de Hamas en este conflicto ha sido visto como un ataque terrorista despiadado de una organización fundamentalista islámica que no tiene intención de negociar con Israel. La magnitud del horror ha llevado a una condena internacional unánime, y la sociedad israelí ha sentido un apoyo global sin precedentes.
Estados Unidos ha tomado medidas para mantener la estabilidad de la región, con la presencia de la Marina de los Estados Unidos en el Mediterráneo oriental y el reabastecimiento de armas a Israel.
El conflicto en Israel se ha ampliado y podría involucrar un frente más complejo en el norte debido a la entrada de Hezbollah en la contienda. Esto podría desencadenar problemas en la arena internacional y una prolongación del conflicto, cuyo desenlace sigue siendo incierto.
Con información de Infobae