lunes, diciembre 23, 2024

En materia económica «regaron el tepache»

Dr. Rafael Vela Martínez

Hay  buenas noticias para nuestro país: instituciones internacionales, firmas financieras de reconocido prestigio y connotados analistas económicos, advierten de un crecimiento económico para México, de entre 3 y 4% para el 2024. La mala noticia es que este crecimiento económico será financiado con deuda: deuda interna (emisión de CETES y otros instrumentos similares) y, deuda externa (solicitud de préstamos a organismos internacionales como el BID y el FMI, entre otros). 

Me explico: desde la perspectiva teórica, frente a la caída del crecimiento y la posibilidad de una recesión, la respuesta tradicional del NEOLIBERALISMO recomienda políticas de expansión, tanto fiscales como monetarias; es decir, bajar impuestos para deja más circulante en el mercado y en la mano de los consumidores, o contratar deuda y realizar inversión pública; en ambos casos lo que se busca es que exista mayor circulante (dinero) en el mercado nacional, para que así se logre una mayor demanda de productos y se reactive la economía. El punto es que, en estos momento, prácticamente ningún país donde predomina la economía NEOLIBERAL le apuesta a la deuda, ya que actualmente se registra una crisis de deuda pública en todo el mundo, debido, en gran medida, a los cuantiosos recursos que invirtieron sus gobiernos para rescatar a las empresas, en otros casos, capitales que utilizaron para combatir las hambrunas ocasionadas por las pérdidas de empleos o fallecimiento de los jefes de familia, así como garantizar la seguridad alimentaria nacional. Aquí el endeudamiento tiene otras causas: el dinero se ha gastado en el impulso de programas NO productivos y grandes obras no concluidas, por ello el aletargamiento de la economía, no obstante la condición privilegiada de localización que tiene el país frente al Nearshoring.

Y estos países neoliberales no le apuestan a la deuda porque saben que es una forma artificial y momentánea de activar la economía, y que los resultados posteriores son catastróficos, entre ellos, propicia INFLACIÓN, ya que si hay más dinero (circulante) en la economía y la planta productiva no tiene la capacidad de respuesta para producir lo que se demanda (la demanda es mayor que la oferta), pues entonces tienden a subir los precios de los productos y a escalar más rápidamente que los salarios, los cuales se quedan rezagados: al final, existe una pérdida de poder adquisitivo de las familias (tiende a incrementarse la pobreza) y el beneficio es para los grande empresarios multimillonarios, así como para las multinacionales: es decir, endeudarse bajo estas condiciones, es una medida que tiende a favorecer a los más ricos y pauperizar a los más marginados. No obstante esta lógica, el gobierno de México apuesta a ser más neoliberal que los grandes países capitalistas; de inicio ejercerá 2 billones de pesos más, de lo que se tiene previsto habrá de tener como ingresos en 2024, lo que evidentemente apunta al endeudamiento.

La política económica que actualmente se sigue en México, es prácticamente idéntica a la que aplicó Carlos Salinas de Gortari (CSG) a finales de su gobierno.  Le hizo creer a los mexicanos que se vivía en una economía en permanente expansión como pocos países del mundo, y lo que sucedió es que eso era financiado con CETES (deuda) que como hoy ofrecen altas tasas de rendimiento; y en general una economía financiada con deuda, a partir de elevadas tasas de interés en general, que alentaban a inversionistas extranjeros a venir e invertir sus dólares en diversos esquemas financieros (capital golondrino). ¿Y que sucedió al final, luego del Gobierno de CSG?, pues  vino la fatal crisis financiera conocida como la “Crisis del Tequila” en 1994, que trajo como consecuencia la devaluación del peso mexicano y una fuga masiva de capitales. En síntesis, el país cayó en una depresión económica; peor aún, todos los mexicanos productivos tuvimos que pagar esas jugosas ganancias que se llevaron los grande tiburones capitalistas que temporalmente trajeron sus dólares para especular con las tasas de interés y con la deuda mexicana. Eso, justamente es lo que muy probablemente pase en México, luego de que se vaya la actual administración de Gobierno Federal. Al momento cada mexicano, de acuerdo con el titular de la Unidad de Crédito Público de la SHCP, prácticamente debe 100 mil pesos por concepto de deuda, pues durante toda esta administración se han venido contrayendo diferentes tipos de deuda.

Pero, entonces, ¿Cuál puede ser la estrategia a seguir en política económica?: Desde mi punto de vista, además de una reforma fiscal y la configuración de una base exportadora por regiones, apostar al mercado interno: invertir en infraestructura, en comunicaciones orientadas a la integración funcional para generar externalidades positivas; invertir en las universidades y en instituciones de investigación científica, tecnológica y humanística, para generar grandes talentos y desarrollo de tecnologías, para que se puedan impulsar economías regionales del conocimiento, por supuesto entre muchas otras más.

En el caso de Veracruz, capitalizar sus 7 Zonas Metropolitanas  (ZM), sus 20 ciudades intermedias, su sistema de ciudades; y, el proyecto Transístmico con el aprovechamiento paralelo de sus puertos marítimos y litorales; y, por último, la reactivación de sector agrícola y su vinculación con el agroindustrial, para sentar las bases de un desarrollo industrial de competencia internacional.

Dejaré para otra entrega el abordar  a profundidad la cuestión metropolitana en la entidad, solo basta decir que a Veracruz le han quitado una ZM, ya no son 8, ahora solo son 7, pues Acayucan perdió su rango de ZM, de acuerdo al reciente informe que dio a conocer la SEDATU. Es increíble, pero teniendo este gran potencial Veracruz lo ha desaprovechado. Todavía en tiempos del gobernador Fidel Herrera Beltrán, no quiso validar las ZM porque ello implicaba que en cada una de ellas se creara su respectivo Consejo de Desarrollo Metropolitano, y a partir de ello que recibieran recursos de la Federación a través de la creación de un fideicomiso para cada ZM. Esto, en palabras de sus colaboradores cercanos, implicaba pérdida de poder, pues ese cuantioso dinero que a nivel nacional llegó a ser de más de 10 mil millones de pesos, podría empoderar a los Consejos de Desarrollo Metropolitano.

Con Javier Duarte de Ochoa, fue peor, incluso mando a amenazar a quienes hablábamos de ese tema y defendíamos la posibilidad de que fuera la base de un desarrollo económico estatal. Con el actual gobernador la situación ha sido en extremo negativa, pues ni siquiera se menciona a las ZM en el Plan Veracruzano de Desarrollo, bajo el argumento, dicho por uno de sus ex secretarios, que consideraron que ya habían pasado de moda las ZM, por ello no es de extrañase que, después del abandono de esta gran ventaja comparativa con que cuenta Veracruz en materia económica, se haya perdido una ZM, en lugar de haber ganado una más con la declaración de Tuxpan como nueva y novena ZM. El estudio ya lo he realizado y hecho público, pero nunca ha habido voluntad política en este sentido.

Solo para reflexión de lo importante que son las ZM para un país y más para una entidad federativa, les proporciono la siguiente información dada a conocer a nivel nacional por la SEDATU, donde, después de un ajuste metodológico, se establecieron 3 categorías para las metrópolis, dando como resultado 92 metrópolis conformadas por 421 municipios (de 2,457 que hay a nivel nacional) que se clasifican en: 48 zonas metropolitanas, 22 metrópolis municipales y 22 zonas conurbadas. A continuación transcribo textualmente lo que dice el estudio recién dado a conocer por la SEDATU, bajo el título “Las Metrópolis de México 2020”, con el ánimo de que aquí en la aldea (por cómo se gobierna) veracruzana, vean que, como coloquialmente se dice: “regaron el tepache”, al no haber considerado a las ZM, uno de nuestros mayores activos para potenciar el desarrollo económico, el crecimiento y la generación de empleo en la entidad; por ello, el resultado es una economía que está en último lugar en recuperación económica a nivel nacional.

“Las metrópolis, como concentraciones urbanas de gran tamaño y complejidad, desempeñan un papel crucial en la economía y demografía de México, debido a que aportan más de 80 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y 65.5 por ciento de la población habita estas áreas, además, se caracterizan por su crecimiento acelerado, su diversidad cultural y su alta demanda de servicios y recursos, por lo que resulta fundamental comprender y analizarlas”.

Aquí en Veracruz, en las ZM se genera alrededor del 83% de la riqueza estatal anual y en 52 municipios (de 212) se concentraba casi el 67% de su población. Todo esto ha cambiado con la nueva regionalización. En próximas entregas abordaremos su análisis. Que tengas una estupenda semana.

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