Estar bajo las botas de los militares es un drama de terror. La historia universal registra lo que sucede cuando llegan al poder y como se transforman y dañan sus países, bienes y pobladores. Una novela representativa en lo nacional- aunque hay otras – es “La Sombra del Caudillo” del escritor Martín Luis Guzmán. No tenemos que remontarnos al pasado pues vivimos esta incertidumbre de seguridad todos los días y en lo que va del sexenio llevamos 170 mil mexicanos asesinados y miles de desaparecidos. Las supuestas fuerzas del orden son las que tienen un presupuesto de los más altos y sin embargo no hay resultados. El país está sucumbiendo ante el hampa organizada. Narcotraficantes, cobro de piso, huachicol, secuestros, desapariciones que ya es insoportable. Están manejando la producción de todo tipo y apropiándose del mercado. El 82% del país está dominado por el narcotráfico con un 90 % de impunidad. Las muertes de periodistas críticos al gobierno tienen 99%. *** Estamos en indefensión. Gobiernos coludidos con la delincuencia. Repartiéndose el botín entre bajos, medios y altos mandos. Dan más miedo los soldados, marines, guardia nacional que los rateros. El fracaso de la política de abrazos no balazos. Ahora los pobladores se hacen justicia por propia mano. Hartos de que los malosos les quitan sus casas, cosechas, niños para prostituirlos y la venta de órganos. Prefieren perder la vida en una lucha donde los maleantes les superan en todos sentidos que seguir soportando la indiferencia del presidente responsable directo que no se conmueve. Ni con los niños de cáncer, buscadoras de hijos desaparecidos, madres de víctimas de feminicidio y el gran crimen de estado: sin medicinas, doctores, instituciones adecuadas. Sector salud en quiebra. La muerte acecha. *** Ellos en campaña tirando el dinero. *** Y para las agruras…