Los que conocen la carrera política de Anilú Íngram saben que la señora nunca ha podido andar por los lodazales de la política sin un mentor. Tan apegada ha sido a sus mentores que, de hecho, ella sigue los pasos del último de sus mentores, Miguel Ángel Osorio Chong, quien se ha salido del PRI para ponerse a las órdenes de Morena. Anilú Íngram no ha servido a Veracruz, ella se ha servido de la regla de igualdad de género para escalar a cargos públicos y de elección popular; se ha valido de su condición de mujer para figurar. Por ello, no puede presumir que su patrimonio político lo funden las virtudes. Valiéndose su condición de mujer ha dejado al margen de los cargos públicos a valiosas mujeres que tuvieron y tienen la preparación y la disciplina política de la que ella siempre ha carecido. Hoy Anilú anuncia que se va del PRI. Durante este anuncio, a un lado de ella está el traidor de Alejandro Murat, peón de López Obrador. Anilú, que siempre cae en blandito, ha de pensar que es mejor Alejandro Murat como mentor, que el “Manos traviesas” Huerta, quien ya por ahí le guiñó el ojo y le enseñó las uñas. ¿Qué se pierde con la salida de la señora? ¿Quién la seguirá en su derrotero? Sólo rufianes como ella; ahí en la foto aparecen dos o tres. Anilú no deja obras, proyectos logrados o leyes que beneficien a los veracruzanos. Después de su salida sólo deja en el ambiente político el hedor de sus ambiciones.
Ricardo Ahued anuncia más obra para Xalapa. Si en 2023 se invirtieron 553 millones de pesos, en 2024 será todavía más
Cuando un periodista le preguntó a Ricardo Ahued de dónde saca los recursos para tanta obra que se lleva a cabo en Xalapa, el alcalde se limitó a decir que sobre todo de las participaciones federales. Esas mismas participaciones federales que también le entregaron a Hipólito Rodríguez cuando era alcalde, pero que en parte le obligaban a regresar a la federación, haciéndolas pasar como subejercicio. Vale mencionar que otra parte se la quedaron sus asesores y contratistas que lo transaban. Aunque seguramente él se llevó su buena tajada. Hoy, cada obra que lleva a cabo la administración Ahued en Xalapa es ceniza para la cabeza del insulso Hipólito Rodríguez, quien en ocasiones ha sido visto por las calles del centro de Xalapa, solo y su alma, sin nadie que le dirija el saludo y mucho menos un gracias; sin duda ha sido el peor alcalde que ha tenido Xalapa. En su Segundo Informe de Gobierno el alcalde Ricardo Ahued pidió disculpas por las molestias que han ocasionado las obras que su administración lleva a cabo; 133 obras con una inversión de 553 millones de pesos. En ese mismo informe el alcalde pidió disculpas anticipadas, pues en el 2024 la inversión en obras será todavía mayor. Ricardo Ahued está decidido a transformar Xalapa, a hacer de ella la capital que merece un gran estado como Veracruz. Tanto ha sido el impacto y tan bueno el uso de los recursos, que el gobierno estatal no le ha negado el apoyo y los recursos para que siga transformando a nuestra ciudad. Vaya, hasta el gobernador de Veracruz tuvo que reconocer que Ricardo Ahued es, sin duda, el mejor alcalde de México.
“Todas las alianzas son buenas”. Lo dice el que entregó el país al narco. Aliarse con criminales para obtener el control de los estados del país es bueno
En varios estados del país los gobernadores obtuvieron el triunfo gracias a la alianza que hicieron con los cárteles de la droga. En el norte obtuvieron, gracias a esa alianza, estados como Sinaloa, Tamaulipas, Sonora, San Luis Potosí, Zacatecas. En el sur obtuvieron Guerrero, Michoacán. En el centro el Estado de México e Hidalgo. Por eso, porque las alianzas con los criminales les han dejado buenos resultados, es que el presidente López Obrador puede decir que “todas las alianzas son buenas”. En su conferencia mañanera, ante el cuestionamiento de la alianza de Morena con los expriistas el presiente declaró: “Yo no puedo opinar sobre eso, más que todas las alianzas son buenas cuando tienen un objetivo superior, la transformación del país, el beneficio del pueblo. Cuando hay por delante un ideal, un programa, cuando no nos mueve el interés personal por legítimo que sea, sino nos mueve el servir a los demás”. Los escrúpulos del presidente se han laxado. López Obrador ya no es el mismo que en algún momento rechazó aliarse con Elba Esther Gordillo, razón por la cual perdió la presidencia en 2006. Ya no es ese que dijo que iba a combatir a la corrupción porque era un lastre que tenía detenido al país. Ahora no sólo no combate la corrupción, ahora hasta dice que es bueno aliarse con los corruptos.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra