Toda vez que la información oficial ya no es confiable; los “acuerdos” migratorios, a que llegó el Gobierno de la 4 T con la delegación que envió Washington, no fueron otra cosa, que las indicaciones de lo que debe de hacer López Obrador para evitar la migración hacia los EE.UU.
Muy diplomáticamente, si se quiere defender el punto, pero lo cierto es que vinieron a dar órdenes. Que fue lo mismo que hicieron con relación al fentanilo. Y al señalar directamente al cártel de Sinaloa, pusieron en un predicamento a quien saludaba de mano a doña Consuelo; y en esos niveles, los compromisos no se olvidan; y las traiciones, menos…
Lo que no deja de ser curioso y por ende digno de comentar, es que el Presidente se bajó del vehículo y caminó para saludar de mano a doña Consuelo. Pero no le perdona -que no tiene nada que perdonar- el que la Ministra Norma Piña -por quien yo voy a votar en lugar de las candidatas- no se haya puesto de pie cuando él, AMLO I, hizo su aparición en el histórico Recinto Queretano…
Aunque públicamente haya declarado que hasta se siente orgulloso de que eso haya sucedido; no como antes, cuando el Poder Judicial eran empleados del Presidente. Lo cierto es que cada vez que puede y le da la gana, le atiza fuerte al Poder Judicial y a la Ministra Presidente
Pero el sentido común indica, que para poder ayudar a Ucrania, aunque no muy se entiende eso de “ayudar” -ayudar a qué; ¿a morir?”- Biden tuvo que ceder a la condición de los republicanos de reforzar la frontera…
Lo demás, ya suponen mis tres amables lectores lo que pasará. Solo hay que ver lo que está sucediendo en algunas partes de Europa con el asunto de la migración, para darnos una idea del problema que viene…
O, mejor dicho, de lo que en este momento ya está sucediendo en la frontera. Y que se va poner todavía peor, dados los “acuerdos” a los que llegaron de endurecer las acciones para evitar el paso. Todos se van a quedar aquí…
Por cierto, dicen que en la plática telefónica con Biden, no fue López Obrador quien le propuso que le mandara a Blinken; como aquí se dio a conocer. Sino que fue el Presidente Biden quien le dijo que iba a enviar a su gente para que se pusieran de acuerdo…
Y no es que los migrantes sean gente indeseable, sin importar de donde vengan, son muchos los que vienen con sus hijos. El problema es, que si ya no hay ni para los de aquí; menos habrá para los migrantes…
A todo esto de las relaciones internacionales, el Presidente López Obrador, se sigue metiendo en donde no debe; y menos si no lo llaman. ¿Qué tiene que andarles diciendo a los argentinos cómo deben de comportarse? ante lo que ellos consideran injusto y así lo manifiestan…
Aunque su mensaje de no caer en la “Trampa de la violencia”, es sin duda positivo; su propuesta de lucha pacífica no funcionará. Los buenos consejos nunca se siguen; ni cuando son solicitados. Cuando nadie los ha pedido; pues menos se les hace caso…
Ni aun viniendo de un hombre al que su enfermedad lo ha transformado -lo que les sucede a todos los enfermos-. “Antes no era así -dicen los familiares- ahora nada le parece, siempre está peleando y victimizandose. Pero uno debe de entender que está enfermo”. Finalmente, cuando se muere, el muerto descansa, y los vivos también; pero más.
De salida…
Cumpliendo con lo prometido, en tiempo y forma; y esta vez sin retrasos, el Presidente López Obrador ha inaugurado otra mega obra -a su estilo ¡claro!- sin terminar. La súper farmacia prometida. Única en el mundo…
Genialidad inspirada cuando estuvo malito el galanazo de José Ramón, uno de sus hijos; y el Ejército se encargó de traer el medicamento de no sé dónde, pero rapidísimo. Que eso es lo que hará la Súper Farmacia…
Misma que se propone se le bautice con el nombre de Farmacia López Gatell; porque no servirá de nada. El caso es que, si alguien requiere de una planta del Tíbet, los militares, que ya se saben el camino, se la traen de volada…
Ignoro si sería lo mismo si se requiere de unas cuantas hojas del árbol de la coca para hacerse un tecito. Sin embargo, como que hubiera sido más fácil apalabrarse con Amazon.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.