domingo, diciembre 22, 2024

La zacatecana quiere demandar para que ya no le digan zacatecana

* Desesperados por ir a la baja, quieren eliminar el lema de “Veracruzano de verdad”

Marco Antonio Aguirre Rodríguez

La nunca visto:

Norma Rocío Nahle García, como dice su acta de nacimiento, ya no quiere que le digan zacatecana.

Es más, en su equipo de campaña tuvieron una ideota: Presentar un recurso ante las autoridades electorales reclamando violencia política por el lema del aspirante opositor al gobierno del estado de Veracruz, José Francisco Yunes Zorrilla (ese es el nombre asentado en su acta de nacimiento), ese de “Veracruzano de Verdad”.

Van a pedir que se impida la expresión de “Veracruzano de verdad” con la que se identifica Pepe Yunes.

Creen que con eso van a evitar su crecimiento en las preferencias electorales hacia los comicios del 2 de junio.

Y para avanzar en su guerra sucia, supuestamente ya hasta hablaron con dos consejeros electorales del OPLE de Veracruz (una consejera y un consejero, más bien) para que les indiquen como hacer la protesta, como hacer el reclamo. Son dos consejeros más que leales a Morena, porque ese es su origen.

Son dos consejeros a quienes la imparcialidad que deben tener como integrantes del órgano electoral les viene guanga, porque ellos están ahí por Morena y para servir al partido.

Su lealtad no es hacia la democracia, si no hacia la imposición de un partido y sus formas.

Por eso es que tampoco les importa siquiera plantear esto, aunque al pretenderlo también atentan contra la libertad de expresión.

Si esto es así, en su momento se develaran los nombres, para mostrar y demostrar que ellos son parte de la elección de estado que se prepara.

Ahora, en cuanto a la zacatecana, paradójicamente, ella pide que se le llame veracruzana  de verdad.

Entonces, ¿en qué quedamos?.

¿Hay que desaparecer el lema de Pepe Yunes porque le duele a Rocío Nahle?.

Pero llamarla zacatecana no es ningún insulto, ninguna falsedad.

Para nada es una mentira.

Ella nació en Río Grande, Zacatecas, en 1964, por lo que el próximo 14 de abril llega a la edad de los 60 años.

Reclama haber llegado a Veracruz hace 38 años.

Pero nunca se preocupó por volverse veracruzana.

Quiere adueñarse del poder político, para servirse de este, como lo hizo con la construcción de la refinería de Dos Bocas, repartiendo contratos a sus amigos y compadres, a sus cómplices.

No quiere el poder para servir a los veracruzanos, porque además no tiene capacidad para ello, porque ya demostró su incompetencia en la administración pública.

Esa misma refinería que va a cumplir 20 meses inaugurada y que debería estar operando al 100 por ciento desde entonces, hoy no produce nada.

Esa es la garantía de eficacia que ofrece para Veracruz.

Eso sí, emprendió una carrera política en el sur de Veracruz, donde fue amarrando alianzas a base de (es la referencia) prácticas recaudatorias para Andrés Manuel López Obrador.

Eva Cadena, la exdiputada de Morena a la que le cargaron todos los muertitos de la recaudación para López Obrador en el sur de Veracruz, señaló que la real recaudadora era Rocío Nahle.

Porque en el sur de Veracruz, en Coatzacoalcos, a Rocío Nahle se le vincula con las entregas de dinero para López Obrador.

Por eso la sospecha de que muchos de los negocios que se hicieron con la construcción de Dos Bocas fueron para beneficio del grupo del presidente, como ya se mostró que ha ocurrido con otras de las grandes obras de éste sexenio.

Pero volviendo al papel de recaudadora de Rocío Nahle, ahí están los vídeos y recortes de prensa sobre ese caso.

Es más, Eva Cadena el 10 de mayo de 2018, en plena campaña electoral, desde Coatzacoalcos se fue hasta Tantoyuca y ahí increpó a López Obrador, acusando a Rocío Nahle de haberle tendido una trampa y para demostrarlo le entregó un ejemplar del libro “La Traición/ Caso Eva Cadena”, de la autoría de la periodista Claudia Guerrero, así como la resolución de la Auditoría Superior de la Federación sobre su caso, donde la exculpan.

DESESPERADOS POR IR A A BAJA, QUIEREN ELIMINAR EL LEMA DE “VERACRUZANO DE VERDAD”

Rocío Nahle ha dicho que un veracruzano de verdad no miente y no traiciona.

Pues bien, según esos principios, ella no es un veracruzana de verdad, porque mintió, por lo menos en ese caso, el de Eva Cadena, y traicionó a quien antes le dio la mano y hasta la impulsó en el sur de Veracruz.

Pero también ha mentido en los datos para la construcción de la refinería Olmeca, que hoy hay quienes calculan que sus costos de construcción pueden andar ya por los 21 mil millones de dólares, más de dos veces y media del costo original que se dijo que tendría la misma.

Por eso Rocío Nahle quiere que se elimine de la campaña el uso del eslogan de “Veracruzano de Verdad”, porque por donde se le mire, no cumple los requisitos, incluso los que ella misma marcó.

Saben que van a la baja y quieren ver si con eso por lo menos detienen la caída.

Entonces, ¿Rocío Nahle es una veracruzana de verdad o no lo es?

Pues bien, un veracruzano de verdad es quien se preocupa por el bienestar del estado, aunque no haya nacido en esta hermosa tierra de playa y de montañas, de ríos y pantanos y de arenales; de estampas veraniegas en la playa o de estampas invernales en la playa.

Un veracruzano de verdad pudo haber llegado a Veracruz, pero vino a trabajar, a formar una familia, a asentarse para reír y cantar, o para sufrir y llorar.

Un veracruzano de verdad no ve al estado como tierra de conquista, buscando como escalar en el poder para ver que saquea, como cual pirata del siglo XIX.

Uno de los ataques piratas más fuertes sufridos por Veracruz, fue el que hizo el pirata Lorenzillos, quien atacó la ciudad el 17 de mayo de 1863, secuestro a ricos y clérigos pidió un rescate de 150 mil pesos plata.

Un veracruzano de verdad vibra al son de la jarana, el arpa y el requinto, con el son jarocho o el son huasteco, aunque en sus adentros la nostalgia le recuerde la música de donde nació.

Un veracruzano de verdad conoce la historia de Veracruz, incluyendo a las diferentes culturas que hubo en el estado, sin confundirlas y sin menospreciarlas, aunque sus raíces estén en otra tierra.

Un veracruzano de verdad disfruta la gastronomía del estado y hasta se aprende los nombres raros de algunos platillos, como el zacahuil y no confunde un arroz a la tumbada con una paella, ni tampoco pregunta de que está hecha la carne de chango, porque sabe que no es salida de esos primates.

Un veracruzano de verdad tal vez no se sabe de memoria los 212 municipios del estado, pero si entiende que José Azueta y Virgilio Uribe son más que nombres, son héroes nacionales por la invasión norteamericana a Veracruz de 1914.

Un veracruzano de verdad, aunque haya llegado de otro lado, sabe que la H. del municipio de Veracruz no es por honorable, si no por Heroico y hasta aprende a contar las 5 acciones por las que se ganó esa insignia.

Un veracruzano de verdad no inventa que Guadalupe Victoria fue el primer gobernador de Veracruz, para querer justificar sus ansias de apoderarse del estado para manejarlo a su antojo.

Un veracruzano de verdad, no quiere imponer su visión a golpe de consignas, si no que aprende a discutir y dialogar, porque precisamente la variedad de razas, culturas, migraciones recibidas, formas de ver el mundo, han vuelto a Veracruz un crisol en donde la tolerancia priva para construir acuerdos que permitan la convivencia.

Un veracruzano de verdad sabe que a Veracruz llegaron migraciones de españoles, pero también de franceses, la historia de los pueblos de negros, las oleadas de migrantes durante la bonanza petrólera, la bonanza por el cúltivo de caña, para la construcción del puerto, de chinos, de oriente medio y hasta conoce las causas de esto.

Un veracruzano de verdad no es aquel, o aquella, que va al café de La Parroquia y se sienta y se toma una fotografía para difundirla en sus redes sociales y mostrar que estuvo ahí, si no aquel, aquella, que entiende el valor del café en la cultura veracruzana.

Una veracruzana de verdad no es aquella que se pone un vestido de jarocha, como quien se coloca un disfraz o posa para una fotografía, si no esa mujer que aún venida de otro lado lo porta con el orgullo y el garbo que la prende merece y que hasta aprende a bailar zapateado jarocho.

Pero también un veracruzano de verdad es el que hace honor a esta palabra, el que actúa con la verdad, sin dobleces, sin mentiras, sin engaños; quien empeña su palabra y la cumple, no quien viene y ofrece algo y lo deja ahí, y después en la siguiente campaña vuelve y promete lo mismo, como hizo Rocío Nahle con los industriales de Veracruz.

Un veracruzano de verdad quiere el poder para que los habitantes del estado tengan comida y medicinas, no busca las posiciones para hacer negocio con la venta de medicamentos y especular con los alimentos.

Un veracruzano de verdad, quiere libertad para las personas, para el pueblo, no sometimiento de los ciudadanos, porque la libertad incentiva la creatividad y el sometimiento la anula.

Un veracruzano de verdad busca que haya escuelas, hospitales y seguridad, no anda pensando a quien le va a entregar los contratos y con cuales grupos va a pactar.

Un veracruzano de verdad no busca perpetuarse en el poder, si no ser vehículo para restaurar la democracia y la justicia social.

Un veracruzano de verdad, en síntesis, quiere un pueblo libre, no una población reprimida.

¿Cuánto de esto puede cumplir Rocío Nahle?.

¿Cuánto de esto puede cumplir Pepe Yunes?.

En la respuesta se descifra el misterio de porque Rocío Nahle y su grupo quieren dinamitar ese concepto, eliminarlo como lema.

Ella quiere ser la gran mística de Veracruz, aunque no conozca ni entienda a los pobladores del estado y sus circunstancias.

Pepe Yunes en cambio asume que conoce el estado, a sus pobladores, su problemática, su historia y sus circunstancias, pero también tiene la visión de como resolver los males que aquejan al estado.

Bajo esto, ¿puede llamarse veracruzano de verdad a Pepe Yunes?.

En definitiva, sí.

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