Por Edgar Hernández*
Con una candidatura nonata, embroncada con las tribus morenas, un torpe operador electoral -Cuitláhuac García- y una escalada de revelaciones por su pasado corrupto, Rocío Nahle está en la encrucijada de abandonar la plaza o seguir hasta el final.
Coatzacoalcos, su enclave de arranque de precampaña, resultó un fiasco.
No le salieron las cosas como esperaba al abandonarla sus propios acarreados; quedar de manifiesto en el día a día el abierto desprecio ciudadano hacia su aspiración y atrapada en una vieja e inadecuada narrativa en tiempos de irritación ciudadana.
Esa circunstancia obliga a López Obrador a que ponga en marcha el Plan “B”, pero si el Plan “B” es Ricardo Ahued no habrá duda de que Pepe Yunes tendrá el campo libre para ganar la elección el primer domingo de junio ya que el actual alcalde de Xalapa está peor que Nahle.
Tampoco es veracruzano -nació en Pachuca, Hidalgo- y solo es conocido en Xalapa donde trae muy irritada a los capitalinos por el desorden urbano que cumple 24 meses y porque en los últimos días su equipo de CMAS está en la transa total cobrando dinero extra por el cobro anual de agua.
Así lo manifiestan las denuncias ciudadanas del Sector 1 Xalapa:
Tamborrel, Ferrer Guardia, Luz del Barrio, Unidad y Progreso, Lomas de Chapultepec, Guadalupe Victoria, Xolostla, Molinos de San Roque, Lomas de San Roque, la Obrero-Campesino, Fraccionamiento Veracruz, Fovissste, Los Pinos, Empleados Municipales y presa San Bruno, ejidal.
Los mismos cobros excesivos de hasta del 400% -por equivocación de la impresión de los recibos de agua- se registran en el Sector 2 Unidad Magisterial Lomas del Seminario, la Rafael Hernández Ochoa, Niños Héroes, Framboyanes, Plan de Ayala Independencia, La frontera Zamora y colonia Veracruz.
Pero regresando al punto.
Ahued no cabe ni quiere. Se necesitaría, por tanto, traer de nuevo al Bola #8 para que diera batalla con su negritud, reinventar a Manuel Huerta con su bien ganada fama de violador sexual o abrirle la puerta al exsecretario de Educación, el teibolero Zenyanzen Escobar.
Jodida, de cualquier modo, está la cosa.
Previsible, sin embargo, que este fin de semana que viene López Obrador a Río Blanco, traiga la guadaña o la bandera salvadora, aunque si finalmente se decide dejar a la zacatecana (odia que le digan que es zacatecana y que le recuerden que Dos Bocas no produce un litro de gasolina) tendrán que buscar caminos alternos que la libre de la corrupción y negocios multimillonarios que la hunden.
Y es que está por salir a flote más excremento en donde se revela que la familia de la precandidata mantiene en la más absoluta secrecía una red de negocios que suma 730 millones de pesos, 430 contratos y ha registrado un crecimiento del 1,958% en su fortuna en los últimos cinco años.
Uno de los sobrinos de la precandidata creó la empresa “Disa Soluciones de Oficina SA de CV en Durango”, con montos máximos de 3.6 millones de pesos cuyos propietarios y accionistas reales son Arturo Nahle Pascual, José Alfredo Torres Hernández y como representante legal es Luis Eduardo Nahle Pascual, con ganancias superiores a mil 200 millones de pesos.
También las empresas Gravas del Sureste S.A de C.V, Proyecta Industrial de México, Comercializadora del Istmo S.A de C.V y Boceto Arquitectos S.A de C.V., están ligados a la aspirante a gobernar Veracruz.
Son sucias cartas de presentación que en el día a día van apareciendo y que se suman a las presuntas raterías de Dos Bocas, mismas que han contribuido a su debilitamiento político electoral.
A no querer a Roció Nahle le cayó la sal de Cuitláhuac, a quien tampoco nada le sale; todo es yerros, berrinches, despidos y desorganización.
Así, tras el arranque se observa más que desorganización, que existe, una total falta de estrategia política y propagandística.
Si dice que va 22 puntos arriba sobre Pepe Yunes la ciudadanía se ríe de ella; si grita que es Veracruzana de corazón resuenan las carcajadas hasta Palacio Nacional y si asegura que va a ganar la elección hasta los de casa dudan y ya están pensando pasarse al bando de Pepe Yunes.
Así de grave está el escenario.
Tan grave que en Palacio Nacional encendieron los focos rojos al ponerse en serio riesgo la cuarta, acaso tercera, reserva electoral que finque el camino de la victoria de Claudia Sheimbaun.
Hoy asegurar que Nahle está en la tablita es muy aventurado, lo cierto es que o le ayudan a que se reposicione o le reorganizan la campaña y estrategia de elección de Estado ya que los veracruzanos se preparan ya desde ahora, para vigilar a través de las organizaciones civiles y familias las casillas de los 212 municipios.
Fácil no la tienen ni con todo el dinero público que están desviando para alcanzar un pretendido triunfo.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo