Parte I
José Luis Ortega Vidal
(1)
Aparecen contrastes y contradicciones en el inicio de la precampaña de Rocío Nahle por la gubernatura de Veracruz.
Contraste: su coordinadora de prensa, su enlace con medios de comunicación, actúa a ras de tierra, es accesible a la comunicación con quien la busca. La dificultad de saludarle y establecer un diálogo surge -hasta hoy- de la agenda cargada, propia de todo proceso proselitista.
Rocío Nahle tiene en Adriana Muñoz Cabrera una pieza operativa que -en el inicio- ha mostrado eficacia y sensibilidad, producto de haber trabajado con los pies en la tierra.
El tiempo hablará sobre su evolución.
(2)
La memoria me remonta seis años atrás, cuando Nahle García fue candidata al Senado.
Su jefa de prensa fue María Cruz Vázquez Guízar, conocida como Mari Vázquez, una periodista nativa de Coatzacoalcos y formada en el ámbito de los medios de comunicación y la política nacionales.
Prepotente, sería el rasgo más gentil respecto a la dama Vázquez Guízar.
Con el apoyo de su jefa, que de senadora transmutó a Secretaria de Energía, arribó al poder municipal de Coatzacoalcos Víctor Manuel Carranza Rosaldo, un ingeniero jubilado de PEMEX cuya labor política no se limitó a ser gris y mediocre pues también abonó al incremento en la deuda pública del Ayuntamiento, sin un beneficio directo en el desarrollo del municipio y por tanto sin justificación plena.
La oficina de comunicación social de la administración Coatzacoalcos originalmente estuvo en manos Roberto Pérez López, licenciado en ciencias de la comunicación por la Universidad Veracruzana y veterano periodista cercano a la lucha política de izquierda en el antiguo Puerto México.
A Pérez López -de actuar político discreto, pero cercano a Rocío Nahle- lo relevó el joven michoacano Joel Arellano Torres, señalado de corrupto, denunciado por fraude y quien habría estado vinculado a Mari Vázquez.
Acusado de no pagar un automóvil de lujo adquirido en Chiapas, Joel Arellano Torres fue sujeto de investigación por parte del fiscal Omar Alarcón Salas, bajo el expediente UIP/DXXI/FB/C-072/2019.
Durante la gestión de Víctor Manuel Carranza Rosaldo trascendieron contratos por alrededor de 400 mil pesos mensuales a la empresa MARVAZ -acrónimo de María Vázquez- por servicios de comunicación política.
La opacidad y el respaldo político tendieron su manto sobre esta historia en la oficina de comunicación bajo responsabilidad de un político hoy venido a menos y colocado en el ostracismo del poder: Víctor Manuel Carranza Rosaldo.
Aquellos nexos de poder y comunicación, por cierto, incluyeron al ex alcalde de Agua Dulce y hoy aspirante a repetir como diputado local, Sergio Guzmán Ricárdez, otro patrocinador millonario de MARVAZ.
(3)
Contradicciones: Rocío Nahle reitera una y otra vez -durante sus eventos masivos- el argumento de primero los pobres, como la continuidad de una lucha histórica encabezada por Andrés Manuel López Obrador.
A los pobres, al pueblo, a los militantes y simpatizantes, ahora se les escucha, se les atiende, se les toma en cuenta en el trabajo político, afirma Rocío Nahle García.
Un detalle, sin embargo, no cuaja: el dos de enero, en Coatzacoalcos, se volvió a montar una estructura de vallas que aleja a la abanderada de MORENA, PT y PVEM, de cualquier persona interesada en saludarla, entrevistarla, plantearle un respaldo o una petición de apoyo.
Los periodistas no podemos acceder a ella…
Los políticos, salvo un grupo selecto, no pueden acercarse a ella…
Los ciudadanos de a pie, el llamado pueblo sabio, mucho menos puede tocarla, hablarle en forma directa o entregarle alguna carpeta con una petición, a menos que se haya colocado junto a una valla y toque en suerte que Rocío Nahle pase por allí y decida atenderlo.
Las camionetas donde se trasladan Rocío y su equipo de colaboradores lucen tan bonitas como poderosas e inaccesibles.
¿Por qué?
Por seguridad, sería un motivo.
De ser así, la abanderada guinda enfrenta un problema: su avance electoral y la eventual obtención de un triunfo el dos de junio, estarían montados casi totalmente en la figura de Andrés Manuel López Obrador y no en la suya porque las palabras, el micrófono, el boletín y las porras compradas no son suficientes para tejer vínculos con Juan Pueblo.
Además de empatía, de oratoria pujante, vehemente, convincente, sustentada en argumentos lógicos y en hechos palpables, se exige sencillez, humildad, diálogo, apapacho social, comunicación directa con todos los ciudadanos, pero especialmente con quienes votan para agenciarse sufragios de construcción propia.
¿Hay otra razón de peso para las vallas y las salidas intempestivas con los vidrios polarizados bien cerrados?
Lo ignoro y me limito a narrar lo que he visto durante las giras de Rocío Nahle en la zona sur durante los últimos meses.
Desde octubre a enero:
En Tatahuicapan, donde no hubo vallas y de hecho hubo marcha brazo a brazo con la gente; sólo operaron las camionetas cerradas…
En Acayucan -tampoco hubo vallas, pero igual operaron una suerte de “guaruras” vestidos de guinda, muchachos la mayor parte, con una labor anti reporteros y anti pueblo para “cuidar” a la ex titular de SENER…
Minatitlán, junto a Claudia Sheinbaum -hubo vallas-…
Coatzacoalcos -salón del SUTERM- hubo vallas…
Coatzacoalcos -martes 2 de enero, parque Independencia- con vallas…
En el evento del pasado martes apareció personalmente Adriana Muñoz Cabrera y hubo mejoría respecto a respetar el trabajo de los reporteros, pero nada más…
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Coatzacoalcos es su casa, su hogar, dice Rocío Nahle…
¿Por qué las vallas?