(Segunda parte)
Por Edgar Hernández*
Antros, cantinas de mala muerte y giros negros son también parte de los múltiples negocios del alcalde de Emiliano Zapata, Erick Ruíz Hernández.
Sin embargo, antes de dar paso a los testimonios de los pobladores de la comunidad de “Ojo de Agua”, saqueada y arrasada por el edil de marras, vale la pena leer la pieza del colega columnista Antonio Trujillo, ElTrujiper, quien con ese peculiar estilo que lo caracteriza hace cuatro décadas con su “Verba Brava”, muestra la larga cola del edil.
“¡Aguevito soy tu nieto!
Ya dendenantes les había yo chismeado que el vato que la gira de alcalde en el monecipio Emiliano Zapata, un tal Erik Ruiz Hernández en la zona conurbada Jalapa, que quiere decir juntitito, pos el vato disque trái chica colota y crioque se le hace el “ojo de agua”, neta que cincho.
En una perrísima investigación periodística el maese de la pluma Edgar Hernández, le destapó la cloaca -¿se oye bien?- al alcaldito preferido del Guitláguac, con el que le gusta ir a echarse unos caldos de camarón en “Las Palomas” de Cerro Gordo y uno que otro reventón en la Casa de Piedra, allí mero onde hacen su nido las arañas.
Pos en la primer entrega de ese trabajo profesional se anota de las penurias que está pasado 65 familias dueños de la escritura 2702 con licencia para fraccionar DOPNU/ASB/2012795, quienes en el legal deseo de lotificar un terreno de su propiedad, en la presidencia del Erik se las hacen de tos y jamón, nomás por los tompiates de burócratas del bienestar como el Chucho Molina, el Javi Figueroa, el arquinepto Fello Altobeyi entre otra runfla de gatos de rancho quienes –dicen los chismosos- mientras se hacen cosquillas por el orifánfano se dicen “políticos” jijijiji, ¡paa vatos!
El peine aparece cuando los bandoleros del bienestar tratan de sacar raja pidiendo su diezmo, como se estila en los gobiernos de Morena, ya sea en efe o en terrenos de buena plusvalía como son los de Ojo de Agua pa´fabricar niditos de amor o casas de retiro espiritual pa´cuando se les acabe la chupachecha a los morenistas, o sea, no tardando.
Y pos esa ratería y corrucción marca Amlo, los Montano Rodríguez legítimos propietarios del terreno no la acectan y por supuesto que la rechazan, ¿no mentir, no robar, no traicionar era su lema? ¡Coño joder, merrecago en los cuatroteros del bienestar!
Ái les van botoncillos de muestra de la suculenta alministración del Erik en el monecipio que le endosaron pa´ usufructo:
“Su” Polecía Monecipal con el capo al frente Tony Campos y Artur Ferrer, está especializada en agandalle y atraco a manejadores en los tramos de carretera que cruzan “su” territorio, ulera e ilegalmente suplantan actividades de la Guardia Nacional y a la sin susto le pegan al peligro de lo lindo asaltando en carretera a cualquier manejador de tráiler, tartana, mueble, destartaladas trokas papayera o limonera, motos kíkiris de campesino o albañiles, y de vehículos con placas que no sean veracruzanas. Literalmente asaltan a cualquiera que no se pueda defender, los genízaros son delincuencia organizada desde Palacio Municipal en Dos Ríos, ¡afirmativo pareja! Oríllensen a la orilla.
Ah, pero los uleros cuicos se abren y no se meten con los yunior de motos de alto pedorraje, de los que se empedan y ponen snif snif arribotota en las cantinas de orilla de carreta de Palo Gacho, Plan del Rio y Cerro Gordo. ¡Ni madres que se metan con ellos! Porque los tecolotes del Erik saben que, si tocan a esos vatos pancheros de moto cara, les revientan su madrépora a la de ya y hasta los fusilan.
El segundo botón es precisamente el de las cantinas escandalosas a orilla de carretera. A partir del centro de una carretera mínimo deben existir 20 metros a la orilla pa´ permitir edificación de cualquier tipo, díganmen ¿quién rechingaos les dio permiso a los cantineros de instalarse y construir al borde del asfalto en esas tres localidades del monecipio Emiliano Zapata? ¿De a cúanto fue el permiso pa´ las piqueras y picaderos? ¡Mochilas pa´los cuates!
Y el tercer botón; el pinchi fracaso del “Mirador del Cerro Gordo”, se sabe que el gobierno del Guitláguac le metió mucha lana en pavimento, alumbrado, acondicionamiento de meseta, pintura y demás construcción a lo que se suponía sería foco turístico, pero nanay, al Mirador solo se trepa una que otra parejita pa´que como chivito en precipicio alguien se asome a ver las olas de mar a 50 kilómetros de distancia. Gasto inútil, como el que lo permitió por satisfacer a uno de sus favoritos al-calditos.
Pero ya lo dijo doña Sara Tustra; tanta culpa tiene el que resuella en la nuca como el que muerde la almohada… juar juar juar. Chao chao bambinetos… (trujyper@hotmail.com)”.
Ahí está, impecable la VerbaBraba de Trujiper.
Mañana rematamos al imberbe alcalde Erick Ruíz Hernández con mas testimonios de sus pillerías.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo