Inexplicablemente ayer 4 de marzo pasó inadvertido el aniversario del Partido de la Revolución Mexicana (PNR), creado en 1929 por el impulso del expresidente Plutarco Elías Calles y su camarilla de generales unidos en torno suyo para enfrentar la crisis política generada por la muerte violenta de Vicente Obregón. La idea fundamental de crear un partido político nacional orbitaba en la voluntad de transitar de un país de caudillos y jefes políticos, hacia un México sostenido por el influjo pacifico de instituciones, tal cual ha sido desde aquella fecha a la actualidad. Por razones propias de un sistema político en vías de consolidarse, en marzo de 1938 el presidente Cárdenas sustituyó al PNR por otras siglas, el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), con similar ideología, la de la Revolución Mexicana, aunque con distinto grupo político en el cual todavía abundaban los grados militares. Ese proceso siguió madurando y fue con el presidente Manuel Ávila Camacho cuando se fundó el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el 18 de enero de 1940, postulando a Miguel Alemán Valdés a la presidencia de la república con el lema “Democracia y Justicia Social”, justamente cuando “la Revolución se bajó del caballo”, según subliminal slogan para simbolizar el arribo de un civil a la presidencia de México; aunque en realidad y en estricto sentido el primer civil en la presidencia había sido don Emilio Portes Gil en 1928 como presidente interino. Pero, ciertamente, Alemán Valdés integró su gabinete con gran número de universitarios reservando la Defensa Nacional y la Marina a las fuerzas armadas.
El PRI gobernó México ininterrumpidamente durante 54 años en sucesiones presidenciales pacíficas alejando siempre cualquier asomo de reeleccionismo (manifiestamente cuando en 1975 su presidente de CEN, Jesús Reyes Heroles, en memorable discurso rechazó contundentemente esa idea en el Teatro de la República de Querétaro estando presente el presidente Luis Echeverría ganando estruendosa aclamación de la clase política nacional allí presente). Es rica la bibliografía alusiva al Partido Revolucionario Institucional, porque la historia de este país escenificada en el siglo XX mexicano no se explica sin el PRI como herramienta político electoral del régimen presidencialista que gobernó durante muchos años, hasta que en el año 2000 llegó la alternancia con el abanderado del Partido Acción Nacional, Vicente Fox. En 2012, el PRI regresó a la presidencia, pero ya no pudo adaptarse a la dinámica de la evolución política de nuestro país y no se produjo la restauración porque las circunstancias han cambiado. La semilla que germinó la etapa institucionalista de México la sembró Calles utilizando al PNR como ariete de la evolución política de México, ese partido ayer cumplió 95 años, no está de más reconocerlo porque su nieto en la sucesión partidista, el PRI, veta inagotable de sabiduría política ha nutrido con su savia (también de malas mañas) al PRD, al Verde Ecologista, a Movimiento Ciudadano y a Morena ¿quién podría negarlo?