La palabra que sirve de título a este “Sin tacto” refulge de belleza, según mi consideración estética muy personal, que espero otros compartan. En lo fonológico, es una conjunción armónica de fonemas que suena muy agradable.
Y si le adjuntamos el significado, se hermosea tal vez aún más, porque quiere decir, según el diccionario de la RAE,
“1. f. Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. El descubrimiento de la penicilina fue una serendipia”.
[El ejemplo que pone la Academia es porque “el científico escocés Alexander Fleming hizo crecer un moho en un cultivo, de forma casual, y descubrió que producía una sustancia que mataba a varias bacterias que provocaban enfermedades. Había dado con la penicilina.” Fleming mismo lo contaba así: «A veces uno encuentra lo que no está buscando. Cuando me desperté justo después del amanecer del 28 de septiembre de 1928, desde luego no planeaba revolucionar todos los medicamentos al descubrir el primer antibiótico del mundo, o el asesino de bacterias. Pero supongo que eso fue exactamente lo que hice». Como medicamento, la penicilina salió al mercado hasta 15 años después, en 1943 y en plena Segunda Guerra Mundial, y empezó a matar a bacterias que hasta ese entonces eran mortales para el hombre. En 1945, Fleming recibió el Nobel de Medicina.]
La RAE revela también que el término “serendipia” viene del inglés “serenditipy”, y éste de “Serendip”, nombre antiguo del reino de Ceilán, hoy Sri Lanka. Horace Walpole, un escritor inglés del siglo XVIII, tomó esa palabra de una fábula oriental anónima, Los tres príncipes de Serendip, y la usó con su nueva definición de hallazgo sorpresivo.
La palabra serendipia la han utilizado relativamente poco los hablantes de español en todo el mundo, pero en Veracruz está sucediendo con ella un fenómeno más político que lingüístico, pues constantemente la repiten ni más ni menos que en la casa de campaña de José Yunes Zorrilla, el candidato a Gobernador por la alianza Fuerza y Corazón por Veracruz que integran el PAN, el PRI, el PRD y una centena de organizaciones ciudadanas.
¿Y por qué tanta serendipia en el cotarro de Pepe Yunes? Pues porque sus estrategas políticos se la pasan haciendo descubrimientos fabulosos cuando se ponen a investigar a la candidata del partido oficial, Morena, la ingeniera Rocío Nahle García.
Y es que dicen que cuando buscan en la historia pasada y reciente de la oriunda de Río Grande, Zac., algo que pueda ser utilizado en favor del abanderado de la oposición, le aparecen tres o cuatro cosas más que ni siquiera se imaginaban.
Con una adversaria así de fácil, quién puede no ganar, celebran.