A lo largo de la historia, los muros han sido un elemento importante en la evolución de la humanidad. El muro más antiguo que se tiene registro es el de Jericó. Este muro data del Mesolítico, aproximadamente alrededor del año 12,000 a.C. y sirvió como estructura defensiva de la ciudad que le dio nombre.
Los muros han sido el soporte de las primeras civilizaciones. Los egipcios los utilizaron para construir sus pirámides y templos. La Gran Muralla China, una de las maravillas del mundo antiguo y de las mayores obras de ingeniería de la historia, fue construida a lo largo de varios siglos, desde el siglo VII a.C. hasta el siglo XVII d.C. Su construcción abarcó diferentes dinastías chinas, como la Dinastía Qin, la Dinastía Han, la Dinastía Ming, entre otras y fue diseñada para proteger los límites del imperio chino de invasiones y ataques de los mongoles. El Muro de Adriano, construido por el emperador romano Adriano en el siglo II d.C., fue una estructura creada para marcar la frontera noroeste del Imperio Romano en Britania.
Desde las antiguas murallas de ciudades hasta los rascacielos actuales, los muros han sido esenciales para el progreso humano. Estas estructuras han evolucionado desde simples barreras de piedra hasta complejas obras de ingeniería que utilizan diversos materiales, diseño, creatividad y tecnología.
Los muros tienen diversas finalidades: proporcionar estructura y protección, definir espacios y resguardo; para la conformación de poblados y sociedades, delinear fronteras, crear sentido de comunidad y seguridad. A lo largo del tiempo, los muros se han convertido en un símbolo de seguridad y protección contra las dificultades del mundo exterior. Sin embargo, eventualmente generan una falsa sensación de paz, ignorando los problemas que yacen más allá de sus paredes, creando aislamiento de la realidad y dejando de observar que detrás de ese muro, las tensiones y los desafíos siguen existiendo, en espera de ser enfrentados en algún momento.
Un ejemplo de ello es el Muro de Berlín, construido por la República Democrática Alemana (RDA) el 13 de agosto de 1961. Este muro tuvo implicaciones profundas tanto para los ciudadanos de Alemania como para el mundo entero. Dividió familias, impidió la libre circulación y se convirtió en un símbolo de la Guerra Fría. El Muro de Berlín representaba la división ideológica y física entre el Este comunista y el Oeste capitalista. También estancó el desarrollo económico y social de la RDA, mientras que la RFA experimentó un crecimiento económico significativo.
Los muros, en un sentido más amplio y abstracto, también pueden referirse a barreras físico-mentales, como en maratonistas al llegar al Km. 30. En Tecnología, los firewalls o muros de fuego, han constituido una primera línea de defensa en sistemas de seguridad de red, monitoreando y controlando el tráfico de red entrante y saliente. Otros muros se constituyen en barreras que impiden el entendimiento, la comunicación y la integración social. Estos pueden ser de naturaleza social, educativa, política, dogmática, entre otros, su manifestación puede tener un impacto significativo en el progreso de una sociedad.
En este sentido, México experimenta una barrera abstracta que genera resistencia a la negociación y el diálogo, originada por la adhesión estricta a ideologías políticas y abandono a la flexibilidad para adaptarse a nuevas realidades y desafíos del mundo moderno, obstaculizando la gobernanza efectiva, limitando la creatividad, la innovación y el desarrollo de una sociedad plural e inclusiva, así como la toma de decisiones en beneficio de la sociedad en su conjunto.
Es común escuchar declaraciones que niegan o evaden una realidad que está más allá del muro ideológico de quienes gobiernan. Atrás de ese muro desaparece la inseguridad que impera en el país, abundan resultados positivos en salud, educación, disminución de la pobreza, instalaciones modernas y funcionales, transparencia y rendición de cuentas, entre otros temas. Esas barreras ideológicas han mermado la participación activa de la sociedad, han impedido o dificultado reformas significativas, han retrasado el desarrollo en ciertos sectores, han limitado la adopción de nuevas tecnologías y prácticas para potenciar la innovación, han afectado el crecimiento económico, han afectado los ecosistemas con gran diversidad biológica y un gran número de especies endémicas por citar sólo algunas de las consecuencias en detrimento del país.
Sin embargo, como el Muro de Berlín, el próximo 2 de junio, las mexicanas y mexicanos tenemos la posibilidad de derribar esos muros, dar paso a un gobierno que impulse la integración y los esfuerzos concertados, propicie en sus instituciones gubernamentales una actitud abierta y tolerante, que derive en el resurgimiento de una sociedad más inclusiva, comprensiva y progresista. En este escenario, el voto, se constituye en la herramienta capaz de demoler ideologías y prácticas caducas que afectan el futuro del país. El voto consciente e informado tiene el potencial de influir en las políticas de seguridad, economía y otros aspectos cruciales para un México más justo, equitativo y próspero.
Ideario en Perspectiva
El 1 de abril se celebra el Día Mundial de la Educación, establecido por los Acuerdos entre la ONU y la UNESCO. Significa un derecho humano, esencial para la paz y el progreso global. En México para conmemorarlo por tercer año consecutivo vedaron recursos a becas para universitarios.