No me pregunten de cuál fumé. El siguiente escenario puede ocurrir aquí o en China.
¿Cómo reaccionaríamos los mexicanos si un día de estos se volviera loco el presidente. No me refiero sólo a Andrés Manuel López Obrador sino a quien fuese el presidente en turno, llámese como se llame.
Por ejemplo, si por sí y ante sí decidiera declarar la guerra a Estados Unidos o a otro país.
O si ordenara desaparecer la Suprema Corte de Justicia de la Nación y anular las elecciones o cometiera otras locuras.
Si desconociera la Constitución y se proclamara presidente vitalicio y, para estar más seguro, per saecula saeculorum.
–Quien ha enloquecido eres tú –acaso responderán simpatizantes de AMLO.
–Ya está desquiciado desde endenantes –quizá replicarán con sorna algunos de sus más recalcitrantes críticos.
Y ustedes, amables lectoras y lectores, ¿qué opinan de esta eventualidad?