domingo, diciembre 22, 2024

Comunicación Política: Inteligencia Artificial y Cambio Digital

La comunicación humana se inició hace unos 2.5 millones de años con la aparición del Homo Sapiens. Los primeros intentos por comunicarse mediante imágenes como pictogramas, esculturas, tallas, pinturas rupestres, entre otros, datan de aproximadamente 70,000 años. Desde entonces, la comunicación ha evolucionado significativamente a lo largo de la historia.

La comunicación se define como un proceso que implica transmisión de información entre dos o más individuos. Caracterizada por la existencia de un emisor y un receptor, incluye el intercambio de información, la mediatez, la retroalimentación, la búsqueda de respuesta, la irreversibilidad y la irrepetibilidad. En la sociedad actual, la capacidad de comunicarnos de manera efectiva se ha convertido en una habilidad imprescindible, dado su papel fundamental en todos los aspectos de nuestra vida, tanto a nivel personal como social o profesional.

Diversos teóricos han desarrollado diferentes modelos para llevar a cabo el proceso comunicativo. Según Denis McQuail en su obra “Mass Communication Theory”, un modelo de comunicación es una representación selectiva, ya sea verbal o esquemática, de algún aspecto del proceso dinámico de la comunicación de masas.  Los modelos de comunicación se clasifican en tres categorías principales: lineales, interactivos y transaccionales.

El modelo de comunicación lineal es sencillo y se utiliza principalmente en marketing, ventas y relaciones públicas. Este modelo sugiere que la comunicación es unidireccional. Los modelos interactivos se utilizan en la comunicación mediada y basada en Internet, refieren una comunicación bidireccional con retroalimentación indirecta. Los modelos transaccionales son aquellos que mejor reflejan el proceso de comunicación, siendo la mayoría dinámicos e introducen un nuevo término para remitentes y receptores: comunicadores. Estos modelos ven la comunicación como un proceso cooperativo en el que los comunicadores co-crean el proceso de comunicación, influyendo así en su resultado y eficacia, es decir, crean significado compartido.

En esta multiplicidad surge la comunicación política, subdisciplina que emerge del entrecruce de la comunicación y la ciencia política.  La comunicación política se comprende como el conjunto de discursos, símbolos y/o contenidos de interés colectivo que se intercambian, confrontan y contrastan en la esfera pública, cuyo impacto se refleja en la toma de decisiones para influir en la opinión pública, analizar el comportamiento de los votantes y construir la imagen de los líderes y partidos políticos.

La comunicación política contemporánea requiere un replanteamiento en función del uso de algoritmos y la automatización de los mensajes. Con la irrupción de internet, ha cambiado la manera de concebir y de hacer política. Durante la década del 2010, las redes sociales virtuales se consolidaron en los procesos electorales, y con el tiempo, se empezaron a utilizar de manera estratégica gracias a la IA, que permitió el procesamiento de información de carácter masivo.

En este contexto, la inteligencia artificial (IA) ha surgido como una herramienta catalizadora que puede tener un impacto significativo en la comunicación política. En la ciberpolítica, es posible generar estrategias efectivas que han demostrado tener un enorme impacto en los procesos electorales. La relevancia de la IA en la comunicación política se basa en su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos, identificar patrones y tendencias, y generar insights valiosos para los estrategas políticos, precisando la realización de análisis de sentimiento, personalización de mensajes electorales, trazabilidad de campañas, predicción de resultados y detección de noticias falsas sobre los candidatos.

Sin embargo, la implementación de la IA en el ámbito político también plantea desafíos y preocupaciones, como el riesgo de que los sistemas algorítmicos empleados reproduzcan o amplifiquen sesgos o generen impacto negativo en la equidad y la diversidad en la comunicación política. Además, la recopilación y el uso de grandes cantidades de datos personales puede vulnerar la privacidad y la seguridad de la información.

La discusión sobre la inteligencia artificial en la comunicación política se intensificó con la aparición de Cambridge Analytica en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y Reino Unido en 2016. La forma en la que se utilizaron algoritmos para influir en sectores específicos de la población de manera diferenciada comenzó a generar controversia sobre los efectos de las plataformas digitales en el proceso democrático.  En el contexto latinoamericano, la irrupción de la inteligencia artificial, especialmente en las elecciones presidenciales de Brasil en 2022, permitió que los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta utilizaran la IA para difundir información falsa.

Una preocupación adicional es la tendencia de que los líderes políticos o sus especialistas en comunicación puedan crear una dependencia hacia estas tecnologías de IA, lo que podría debilitar la relación entre los ciudadanos y la clase política. En segundo lugar, los bots, que actúan como asistentes virtuales, se están utilizando para combatir la burocracia propia de entidades gubernamentales y sus prolongados procesos. Por último, la posibilidad de que la IA sea empleada por políticos para elaborar discursos que se ajusten exactamente a las preferencias del electorado, podría atrapar a los ciudadanos en eco de sus propias ideas y fomentar la polarización.

La integración entre la comunicación política y la inteligencia artificial ya está en marcha y continúa evolucionando. Es necesario aprender a convivir con las implicaciones de esta combinación, tanto positivas como negativas, atendiendo la necesidad global de alfabetización digital, para que los ciudadanos no solo sean conscientes del origen de la información que reciben, sino que también adquieran una comprensión profunda de los fundamentos tecnológicos y que desde diversos sectores se continúe discutiendo las implicaciones de la inteligencia artificial en la comunicación en general, y en la comunicación política en particular.

Ideario en Perspectiva

El pasado viernes 17 de mayo, se conmemoró el Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información. A pesar de sus avances, aún existen 2.600 millones de personas sin conexión en el mundo, lo que hace evidente la brecha digital y el aplazamiento de la innovación. Para revertir esta situación, es necesario impulsar políticas, inversiones y habilidades digitales. Veracruz, según el índice de Competitividad Estatal del IMCO, se ubica en el puesto 26 de 32 en el subíndice de infraestructura, que, entre otros indicadores, evalúa el acceso y uso de telefonía móvil e internet. El acercamiento a estas tecnologías es crucial para impulsar el crecimiento económico, la inversión y la generación de empleo al incidir en otros sectores de la economía. Es indudable que, en el estado, hay un gran margen de desarrollo en este ámbito.

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