Agencias/Sociedad 3.0
El papa Francisco se disculpó este martes tras revelarse que utilizó una expresión despectiva para referirse a los hombres homosexuales.
El Vaticano dio un comunicado que el dicen que el papa no quiso ofender a nadie y pidió disculpas a aquellos que se hayan sentido «heridos por el uso de una palabra».
El Papa Francisco habría dicho en la Conferencia Episcopal Italiana que a los hombres homosexuales no se les debería permitir ingresar a seminarios para el sacerdocio y puntualizó que allí ya había un aire de frociaggine, que podría ser traducido como «mariconeo» o «mariconería».
Aunque fue una reunión privada, su contenido se difundió ampliamente.
Los comentarios del Papa se publicaron por primera vez en el sitio web del portal italiano Dagospia y después los confirmaron otros medios del país europeo.
Los términos en los que supuestamente se expresó han causado una fuerte polémica, en particular porque el Papa Francisco se ha mostrado públicamente en favor de respetar a los homosexuales.
Los progresistas partidarios del Papa han argumentado durante mucho tiempo que, aunque no ha cambiado demasiado la situación de los derechos de los homosexuales en el catolicismo, sí lo ha hecho el tono y la actitud de la Iglesia.
Cuando se le preguntó acerca de los homosexuales al principio de su papado, su respuesta fue: «¿Quién soy yo para juzgar?».
Más recientemente, causó malestar entre los tradicionalistas católicos al afirmar que los sacerdotes deberían poder bendecir a las parejas del mismo sexo en algunas circunstancias, y ha comentado con frecuencia que los homosexuales son bienvenidos en la Iglesia.
Los defensores del Papa también han alegado que a veces comete errores en las expresiones coloquiales en italiano y sugieren que no apreció el nivel de ofensa que implicaba la expresión, pese a que creció en un hogar de habla italiana en Argentina.
«El Papa nunca tuvo intención de ofender o utilizar un lenguaje homofóbico, y pide disculpas a todos los que se sintieron ofendidos, heridos, por el uso de una palabra», sentenció Bruni.