Agencias/Sociedad 3.0
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que la inflación en México experimentó un nuevo incremento en abril, por segundo mes consecutivo, impulsada principalmente por el alza en los precios de las frutas y verduras, el pollo y la vivienda propia.
Según las cifras del Inegi, la inflación general mensual fue del 0.20 por ciento, ligeramente superior al estimado del consenso de analistas económicos. De esta manera, el índice nacional de precios al consumidor (INPC) aumentó un 4.65 por ciento anual en abril, en comparación con el 4.42 por ciento registrado en marzo.
El aumento anual de los precios al consumidor, el más elevado desde enero, se relaciona principalmente con productos volátiles como los agropecuarios, afectados por eventos climáticos y de sequía.
El director de Moodys Analytics, Alfredo Coutiño, señaló que el proceso de desinflación se ha ralentizado en abril, lo que indica una mayor cautela en el manejo del relajamiento monetario.
El índice de precios no subyacente, que incluye productos agropecuarios y energéticos, contribuyó de manera significativa al aumento de la inflación en abril. Por otro lado, el índice de precios subyacente, que excluye energía y alimentos frescos, mostró una baja anual del 4.6 por ciento en marzo al 4.4 por ciento en abril.
Estos datos sitúan nuevamente la inflación alejada de la meta de estabilidad de precios del Banco de México (BdeM), lo que genera incertidumbre sobre las decisiones futuras de política monetaria.
Los consumidores mexicanos sintieron el impacto del aumento de precios, especialmente en productos como el jitomate, el chile serrano, la gasolina de bajo octanaje, el tomate verde, entre otros.
A pesar de algunos retrocesos en precios como la electricidad, la cebolla, el transporte aéreo y el gas doméstico, el incremento general de los precios al consumidor refleja un panorama preocupante para la economía mexicana.
En el sector productivo, el índice nacional de precios al productor (INPP) total, incluido el petróleo, también experimentó un aumento tanto mensual como anual, reflejando presiones inflacionarias adicionales en la economía.
Estos datos evidencian los desafíos que enfrenta México en materia de estabilidad de precios y la importancia de implementar medidas efectivas para contener la inflación y proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos.