Agencias/Sociedad 3.0
Sean Kingston, cantante de 34 años cuyo nombre real es Kisean Anderson estaba dando un concierto en California cuando fue detenido, horas después de que se llevara a cabo un registro en la mansión del sur de Florida que estaba rentando y su madre, Janice Turner, fuera puesta bajo custodia.
La oficina del Sheriff de Broward explicó a través de un comunicado que su arresto se llevó a cabo sin incidentes por una orden de arresto emitida por numerosos cargos de fraude y robo. Según los investigadores, será ingresado en la cárcel de San Bernardino, California.
Sean fue arrestado mientras ofrecía una actuación en la base del ejército estadounidense Fort Irwin, que se encuentra en el desierto y a unos 240 kilómetros de Los Ángeles.
El cantante famoso por el éxito Beautiful Girls había sido contratado para actuar en un evento organizado para las familias de los militares.
Al parecer, sus problemas con la justicia se derivan de una demanda interpuesta por Ver Ver Entertainment, que acusa Sean de incumplimiento de contrato y fraude por un televisor Colossal de 232 pulgadas y un sistema de sonido, cuyo valor se estima en unos 110.000 dólares.
Según los documentos facilitados por la compañía, Sean había prometido hacer videos promocionales de los productos con su amigo y colaborador en el tema Eenie Meenie, Justin Bieber, y así fue como consiguió que instalaran el equipamiento realizando un pago inicial.
Al parecer, se acordó que Sean enviara un pago inicial de 30.000 dólares y otro más de 47.827,16 dólares, además de hacer publicaciones en las redes sociales, pero la otra parte sostiene que no cumplió estas dos últimas condiciones.
El abogado Robert Rosenblatt, que representa al rapero y a su mamá, admitió estar «al tanto de algunas de las acusaciones», pero no se muestra demasiado preocupado al respecto, ni él ni el propio rapero.
Poco antes de su arresto, escribió en su Instagram Stories: «¡A la gente le encanta la energía negativa! ¡Estoy bien y mi madre también! Mis abogados están manejando todo mientras hablamos».