Agencias/Sociedad 3.0
Venezuela continúa construyendo infraestructura y equipo militar cerca de la frontera con Guyana, mientras el presidente Nicolás Maduro y sus partidarios aumentan sus amenazas de anexar un pedazo de tierra guyanesa rica en petróleo.
El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington, advierte que mientras el gobierno de Venezuela «tiene poco que ganar y mucho que perder de un conflicto en toda regla», continúa jugando «un juego peligroso» con respecto a su reclamo sobre la región densamente boscosa de Esequibo.
La tensión en torno a la región, que representa aproximadamente dos tercios del territorio nacional guyanés, aumentó el año pasado tras la celebración de un referendo en el que los votantes venezolanos aprobaron la creación de un Estado venezolano dentro de la disputada región. Guyana había calificado la medida de paso hacia la anexión y de amenaza «existencial», mientras el espectro de un conflicto armado se cernía sobre la región.
Se informó en febrero de la ampliación de las operaciones en la base militar venezolana de la isla de Anacoco, a pesar de que ambos países acordaron en diciembre buscar una vía diplomática para resolver el conflicto.
El CSIS descubrió, a través de imágenes satelitales y de las redes sociales, que la expansión de la base militar de la isla de Anacoco ha continuado. Se ve la construcción de un puente sobre el río Cuyuni para conectar la ribera venezolana con la isla, que ha sido un punto de discordia entre los países después de que un tribunal internacional se la adjudicara a Guyana en 1899. Venezuela se la anexionó en la década de 1960.
Se ha especulado que las próximas elecciones venezolanas a finales de julio habrían motivado a Maduro a arremeter contra Guyana, utilizándola como una forma de distraer la atención de su historial: millones de personas han huido del país debido a las malas condiciones económicas, la escasez de alimentos y el acceso limitado a la atención sanitaria.