Sobre nuestro sistema de salud, son acentuadamente contrastantes los criterios del presidente López Obrador y del doctor Julio Frenk, secretario de salud en el gabinete del presidente Fox y primer latino en la rectoría de la Universidad Católica de Los Ángeles, situada en el lugar 14 de las mejores del mundo. Según López Obrador, su gobierno dejará a los mexicanos un sistema de salud equivalente a los mejores del mundo, mientras que el doctor Frenk, el diseñador del Seguro Popular, lo categoriza como “un desastre”: “ya pasaron las elecciones, es hora de ver con objetividad el estado tan desastroso en el que se encuentra el sistema de Salud mexicano”, sostiene que, pese a la megafarmacia, prosigue el desabasto de medicinas, hay pérdida de cobertura y menos dinero para el sector, contundente señala: “Hacer afirmaciones sobre que todo está bien y que pronto vamos a estar como el mejor sistema del mundo no tiene ninguna base de la realidad. Los datos apuntan en una dirección muy diferente”, sin embargo, el presidente insiste en todo lo contrario. Evidentemente son visiones encontradas, aunque la opinión de la población mexicana también cuenta en la autorizada voz del derechohabiente del Seguro Social, el del ISSSTE y de quienes por carecer de seguridad social buscan atención de salud en los hospitales ahora inscritos en el IMSS Bienestar, su diagnóstico pudiera acercarse al del doctor Frenk, pues quienes asisten al IMSS encuentran a una esforzada institución rebasada por la demanda de servicios, con insuficiente capacidad para satisfacerla, asómese en Xalapa o en Veracruz a sus áreas de urgencia y podrá comprobarse a plenitud; más aún si la visita se traslada a Coatzacoalcos o a Poza Rica, entonces el escenario se torna patético. Del ISSSTE los derechohabientes de Xalapa y Veracruz gozan de regular atención, fuera de estos enclaves institucionales la situación está para llorar. En Xalapa, el gobierno del estado está ampliando la infraestructura física del Centro de Cancerología para dar cabida a la instalación de los nuevos aceleradores lineales que el ´gobernador informó se han adquirido y cuando funcionen darán atención a un mayor número de demandantes, eso representa un buen avance en el derruido sistema de salud veracruzano. En suma, nada de lo que asoma en el sector salud mexicano sugiere condiciones para ser presumidas como de las mejores del mundo, convencer de lo contrario es misión imposible más aún si se atiende al dato duro de que en 2023 el gobierno federal dejó de invertir en salud, pues contando con un presupuesto aprobado de 209 mil millones de pesos para ese sector solo ejerció la mitad, dejando sin ejercer 104 mil millones de pesos, según se registra en la cuenta pública que recibió el Congreso el 30 de abril pasado. De la misma manera en que nunca nos enteramos de cuándo rebasamos a Dinamarca, tampoco podemos comprobar que gozamos de un sector salud de los mejores del mundo, ni cuál fue el destino del remanente no ejercido en 2023. Pero como están las cosas en nuestro país no falta quien privilegie la palabra de un político (AMLO) sobre el acreditado prestigio de un científico como Julio Frenk, aunque al margen de estos personajes la realidad siempre dice la última palabra, usted ¿qué opina?