Al calor de las campañas, se hacen juicios lapidarios sobre las encuestas. “No sirven”, dicen los que les disgustan los resultados. Pero, una vez que terminan los comicios, la opinión pública voltea hacia otros lados y se olvida de lo que muchos, con razón, pidieron durante las campañas: la rendición de cuenta de las casas encuestadoras.
Toca a los medios y, sobre todo a la academia, hacer la evaluación de qué tan bien y qué tan mal les fue a los encuestadores. Esto para que quede en el récord y sepamos quién es quién en la próxima elección.
En este artículo hago un primer análisis de cómo les fue a los encuestadores. No utilizo herramientas estadísticas sofisticadas. Mi interés es compartir con los lectores un primer pincelazo sobre ganadores y perdedores de las empresas demoscópicas.
Lo primero que tengo que decir es que todos le atinaron a quién sería la ganadora de la elección. No estaba muy difícil que digamos.
En oraculus.mx recopilamos 101 encuestas desde julio de 2023, cuando ya se sabía quiénes serían las dos principales candidatas, hasta el miércoles antes de la elección. Todas son de encuestadores que consideramos serios y profesionales que levantan en vivienda, telefónicas o mixtas (no incluimos, por ejemplo, los robopolls de Massive Caller ni las de Internet de México Elige). Y todas, desde entonces, apuntaban a un triunfo cómodo de Claudia Sheinbaum.
El problema es la enorme diferencia en la brecha entre el primer y segundo lugar.
Para este artículo, tomo las últimas 17 encuestas que se levantaron en mayo, la gran mayoría a unos días antes de la elección. Estas fotografías ya debieron parecerse al resultado final de los comicios. Aquí no cabe el argumento de que las encuestas son una fotografía del momento en que se levantan y, por tanto, no son pronóstico de lo que sucederá en el futuro.
El resultado final de la elección, de acuerdo con el cierre del PREP del INE y eliminando los votos nulos fue 61% para Claudia Sheinbaum, 29% para Xóchitl Gálvez y 10% para Jorge Álvarez Máynez. Ergo, la diferencia entre el primer y segundo lugar fue de 32 puntos porcentuales.
De las 17 encuestas de mayo que analicé, la de Demotecnia traía una diferencia de 36 puntos y la de GEA/ISA de ocho. Una barbaridad. Las demás estaban entre ese amplio rango.
Alguien midió bien y alguien mal. Hoy ya sabemos quién.
El campeón de las encuestas en este proceso electoral fue Mendoza Blanco que le pegó exactamente al porcentaje que obtuvo Claudia y se equivocó por escasos dos puntos de Xóchitl. Su diferencia entre una y otra fue de un certerísimo 34 puntos porcentuales. Prácticamente pronosticó el resultado final que arrojó una diferencia de 32 puntos. Felicidades a esta empresa.
Del otro lado del espectro está GEA/ISA que acaba siendo el gran perdedor de este proceso electoral. Se equivocó nada menos que por 24 puntos porcentuales en las diferencias entre Claudia y Xóchitl. Ellos dijeron que sería sólo ocho puntos. Fueron 32. Pésima medición.
¿Cómo les fue a las demás?
Para hacer una clasificación utilicé el Modelo de Poll of Polls de oraculus.mx. Éste toma en cuenta a todas las encuestas, las buenas y malas, y acabó presentando un resultado de 53% para Claudia, 36% para Xóchitl y 11% para Máynez. La diferencia reportada entre las primeras dos fue de 17 puntos porcentuales. Obvio, quedó lejos del resultado, porque consideró a todas las encuestas, tanto las certeras, como de Mendoza Blanco, como las erradas de GEA/ISA.
Como el error promedio de las 17 encuestas publicadas en mayo tomé los 15 puntos en que el Modelo se equivocó con respecto al resultado final y dividí a las empresas en cinco grupos.
Primer grupo: medalla de oro. Todo mi respeto a Mendoza Blanco, Demotecnia (en el escenario de votantes probables) y Covarrubias los cuales tuvieron errores mínimos de menos de cinco puntos porcentuales.
La plata se la llevan tres casas encuestadoras: Mitofsky (que levantó dos encuestas en mayo), Berumen y Enkoll. Estas empresas tuvieron un error de menos de 10 puntos porcentuales en la diferencia entre Claudia y Xóchitl.
El tercer grupo la conforman Reforma, Buendía&Márquez y Varela (que levantó dos encuestas en mayo). Su error ya fue en el rango entre diez y 15 puntos porcentuales, por debajo del Modelo de encuesta de encuestas.
En el mismo error de 15 puntos del modelo están Parametría y SIMO.
Y tres encuestadoras tuvieron más de 20 puntos de error en la brecha entre Claudia y Xóchitl: Áltica (dos encuestas en mayo), El Financiero (en el escenario de votantes probables) y GEA/ISA (también votantes probables).
Mi conclusión: la industria demoscópica en México goza de cabal salud. Es cierto: hay muy malos encuestadores. Pero la mayoría son gente seria y profesional que sí logró medir bien lo que estaba pasando.
X: @leozuckermann