martes, noviembre 5, 2024

La nueva revolución social

PARA ESTE gobierno, el poder no representa solamente dinero a manos llenas, sino también la facultad de hacer lo que les venga en gana, sin importar si hay leyes que los rijan o un estado de derecho que respetar y garantizar al resto de los gobernados. Los partidos políticos de oposición, se han convertido en satélites que no tienen dirección y que giran alrededor del mismo poder ansiando tener los mismos privilegios. Los partidos políticos de oposición ya no son garantes de la democracia, porque no supieron defenderla o bien, hasta podría pensarse que no quisieron hacer este esfuerzo para favorecer los apetitos políticos y de poder de un solo hombre, que convertido en dictador, todavía sueña con ser parte del nuevo gobierno en calidad de asesor, vigilando que todos sigan la ruta que ha trazado con su nuevo sistema de gobierno impuesto a la fuerza, en contra de la voluntad de miles de mexicanos que no se rindieron, pero que no fueron suficientes para detener el ocaso democrático de nuestro país.

La creación de nuevos partidos políticos que buscan devolver la democracia en México, es otra intentona de sumarse al carro de los acontecimientos nacionales, pero con pocas posibilidades de luchar, verdaderamente por el cambio en el gobierno de México. Llegará el día en que encuentren su lugar en este escenario político nacional, pero sin ninguna posibilidad de lograr lo que quieren, porque, sencillamente, se atravesaran diversas circunstancias generadas desde el mismo poder para hacerlos rendir en cualquier momento, como ha sido con las organizaciones actuales, llámense como quieran, pues lo mismo será PRI, PAN o el fallecido PRD.

¿Y qué hacer ante tal panorama nacional?

Los nuevos actores políticos que viven inconformes, más aquellas nuevas generaciones de políticos que aún no se encuentren contaminados, tendrán que sugerir la fórmula del cambio que ya no será a través de las urnas, sino más bien un movimiento social más fuerte que la famosa cuarta transformación para devolver a México sus instituciones, su forma de ser, su propia identidad de mexicanos con permanentes esperanzas de tener un país libre y no secuestrado por la delincuencia política que ostenta el poder.

Sí, una nueva revolución social, adecuada a los nuevos tiempos en que se canalicen las inconformidades de la sociedad civil y de todos aquellos políticos que hoy han vivido gran parte de su vida y que saben lo que se necesita para salir adelante. Unos cuantos no serán suficientes para detener la ola de la nueva libertad de los mexicanos. El poder que está sumiendo en la miseria a este país, tendrá que doblegarse ante la mayoría que quiere un México más definido, más firme, más fortalecido ante las demás naciones y ante los mismos habitantes de su propio territorio nacional.

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REVOLUCIONARSE, ES EL CAMINO DE LA OPOSICIÓN

LOS PARTIDOS POLÍTICOS y sus actuales dirigentes ya hicieron lo que tenían que hacer. Ya alcanzaron la satisfacción de sus propios intereses y es tiempo del retiro voluntario.

Los “alitos” nacional y estatal, deben, por dignidad salir de su confort político y del goce de los privilegios que les ha dado el ser dirigentes de un partido donde no hay consenso en su favor, sino más bien, inconformidades que se gestan diariamente hacia el interior de la propia militancia. Es tiempo, pues, de que Alejandro Moreno Cárdenas, deje que el PRI, haga lo que mejor le convenga. Que Adolfo Ramírez Arana, se vaya con su premio y que otras generaciones de políticos, jóvenes y viejos, puedan revivir lo que ahora están matando poco a poco.

Para el PAN será lo mismo, buscar la mejor solución para que sus dirigentes piensen por un momento en la generalidad y no en la particularidad de sus ambiciones políticas. Del PRD, la lucha será renacer y sobrevivir, si algún día llega un verdadero político que ponga por encima de sus propios intereses políticos, el del partido y su escasa militancia. Todos cuentan con el tiempo suficiente para revolucionarse.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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