Entre Columnas
Martín Quitano Martínez
Una semana de noticias mundiales. Empezando por los esperados Juegos Olímpicos con sede en París, con sus polémicas por algunas propuestas escénicas en su fiesta inaugural. Otra noticia relevante recae en la renuncia a la posibilidad de reelegirse del presidente Biden en momentos de fuertes discusiones y jaloneos geopolíticos, en particular en el continente americano con los gobiernos latinoamericanos, como lo son Argentina, Brasil y los procesos electorales de Venezuela. Y para no quedarnos fuera de las 8 columnas, sucede la captura, secuestro o entrega de dos referentes del narcotráfico nacional e internacional.
Son vergonzosos los balbuceos del gobierno federal ante la captura del Mayo Zambada y uno de los hijos del chapo Guzmán por la justicia norteamericana bajando de una aeronave procedente de nuestro país. La expuesta ignorancia presidencial de un hecho de primera magnitud, deja en evidencia la ausencia de coordinación entre las instancias gubernamentales de México y Estados Unidos y muestra la desconfianza que se tiene sobre nuestro gobierno. La acción realizada puede marcar el inicio de comportamientos más duros por parte de los estadounidenses, más aún si gana Donald Trump y cumple sus arengas electorales.
Otra circunstancia inquietante es la cómplice relación del gobierno mexicano con un gobierno autoritario como el de Nicolás Maduro, quien acaba de declararse nuevamente ganador de la elección del pasado domingo “por voluntad del pueblo”, con resultados discutidos por distintos gobiernos no solo de Latinoamérica. Y es que han sido evidentes las maniobras y juegos sucios realizados por una clase gobernante venezolana aferrada en cerrar el paso a procesos electorales realmente democráticos, transparentes y creíbles.
Se ha convertido en un cliché para un sector de la izquierda latinoamericana y mexicana, la defensa de “gobiernos hermanos” como el cubano o el nicaragüense e increíblemente el ruso o el norcoreano, y claro el gobierno venezolano, identificándolos como referentes de la lucha antiimperialista y revolucionaria, pasando por alto sus talantes antidemocráticos, autocráticos y facistoides. Es el caso del gobierno mexicano con “solidaridades” y silencios cómplices para señalar o criticar la evidente ausencia de libertades y derechos, en una interpretación muy cuestionable del sueño bolivariano o de la revolución internacional.
Los eventos del pasado domingo venezolano y sus consecuencias sociales son desmoralizantes. Es vergonzoso que quien controla todas las instancias involucradas en el proceso electoral se declare ganador absoluto, como si no hubiese una enorme cantidad de opositores que reclaman revisión de los votos y transparencia en ello. Un personaje que se asume la encarnación del pueblo para «Vencer al fascismo, a los demonios, a las demonias…” calificándolo como una proeza histórica del pueblo o sea de él. El que se siente dueño del país se autocalificó con un órgano electoral plegado y volvió a ganar acompañado del espíritu de Chávez.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Viendo a Venezuela ¿ponemos nuestras barbas a remojar?