sábado, noviembre 23, 2024

Comando que secuestró a Zambada, similar al que raptó a Eichmann

Prosa aprisa

Arturo Reyes Isidoro

El 11 de mayo de 1960, un comando israelí capturó a Adolf Eichmann, el criminal de guerra nazi, en San Fernando, en la provincia de Buenos Aires, Argentina, donde vivía escondido bajo la identidad de Ricardo Klement.

En un operativo de película, del que no se informó al gobierno argentino, lo sacaron del país aprovechando la llegada de un avión israelí que había llevado una delegación oficial para asistir al 150 aniversario de la Revolución de Mayo, gesta que dio origen al surgimiento del Estado argentino.

Desde su captura lo tuvieron escondido-prisionero y el día que lo sacaron lo sedaron, lo vistieron de piloto, le echaron whisky encima de la ropa (sus captores habían entrado al país acreditados como diplomáticos) y lo pasaron por todos los controles diciendo que luego de una noche de copas se sentía mal. Lo subieron al avión entre dos, inconsciente.

El 23 de mayo llegó a Jerusalén. El “arquitecto” del Holocausto, responsable de la muerte de 6 millones de personas, fue condenado a muerte y ahorcado el 1 de junio de 1962.

Luego de que el primer ministro israelí, David Ben Gurión informó al mundo de la captura, hasta entonces el presidente argentino Arturo Frondizi se enteró del operativo y acusó a Israel que había violado su soberanía ante el Consejo de la Seguridad de las Naciones Unidas.

Este hecho histórico, del que incluso hay una película de Netflix, “Operación Final”, lo he tenido presente desde la captura de Ismael “El Mayo” Zambada y la forma misteriosa en que fue sacado del país sin que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se enterara.

Ante las insistentes versiones periodísticas de que agentes norteamericanos lo capturaron, lo secuestraron y lo sacaron del territorio nacional, en forma oficial el gobierno gringo ya salió a decir que no tuvo nada que ver, que el capo casi les cayó del cielo, solito, mientras que López Obrador ha estado haciendo el ridículo pidiendo al gobierno de Joe Biden que le den información y le digan la verdad.

Difícilmente se va a probar que agentes del FBI violaron la soberanía nacional, pero en el imaginario público casi a nadie le queda duda que así fue. Lo que no deja lugar a dudas es que el gobierno de Estados Unidos no informó nada al de la 4T por desconfianza, y con toda razón.

El sábado se hizo pública la primera declaración de Zambada de lo que sucedió, narró cómo le tendieron una trampa en una habitación a oscuras, lo sometieron, lo inmovilizaron, lo subieron en una camioneta y se llevaron a un aeropuerto de donde partió el avión que lo llevó a territorio norteamericano. De película también.

De entrada, Zambada, quien llevaba como uno de sus escoltas ¡a un comandante de la Policía Judicial de Sinaloa!, en una carta enviada a los medios, involucró al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, de Morena, al que salió a defender el presidente. Hay que esperar a que declare en la Corte y dé detalles, a ver cuánta podredumbre política sale a relucir.

El domingo, último informe de Cuitláhuac, en el Benito Juárez

Está confirmado: será el próximo domingo cuando el gobernador Cuitláhuac García Jiménez rinda su sexto y último de gobierno.

Las invitaciones personales que ya circulan indican que será a las 10:30 de la mañana en el auditorio Benito Juárez del puerto jarocho.

Con eso se acaba la confusión que creó él mismo cuando lo anunció, aunque no dijo en qué lugar sería y habló de “preinforme”.

Legalmente, ese informe debe rendirse el 15 de noviembre, último mes del gobierno, de ahí que no se entiende su prisa por adelantarse.

A menos que como él mismo comentó, se vaya a integrar al equipo de la presidenta Claudia Sheinbaum, aunque ella no lo ha anunciado para algún cargo.

¿O se adelanta tres meses porque cree o siente o se da cuenta que su administración ya no tiene nada más qué hacer y habrá un periodo muerto y dejará a Veracruz a la deriva?

En 2018, los veracruzanos lo eligieron por seis no por cinco años y nueve meses, pero se ve que a él lo tiene sin cuidado la voluntad de quienes lo llevaron al cargo.

Cuitláhuac es el gobernador que menos cercanía ha tenido con sus representados, de ahí –eso creo– la indiferencia de los veracruzanos por si se va o se queda, les da lo mismo.

Falta a las formas; no notifica al Congreso de su informe

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