Tomando como referencia el resultado electoral del año en curso la inferencia lógica más precisa revela las dramáticas circunstancias por las que atraviesa la oposición política en México; este diagnóstico toma aliento observando la pírrica bancada priista en el Congreso federal porque 36 de 500 diputados de esa nomenclatura no pintan ningún escenario competitivo, tampoco los 15 senadores (el 16, Manlio Fabio Beltrones, fue dado de baja por “Alito”) hacen muralla entre 128 que integran esa cámara. Por el lado del PAN, aunque sombrías, sus circunstancias son menos penosas, pero nada para el halago ni el festejo porque su bancada apenas suma 72 diputados y 22 de 128 senadores. Está por demás el alegato que alude a una oposición aguerrida porque en el PRI dependen de las directrices de “Alito” y este a su vez se encuentra con el permanente amago de ser colocado en la antesala del desafuero; y en el PAN se encuentran en el proceso para sustituir a Marko Cortes en su dirigencia nacional, un evento indispensable porque Cortés no entrega buenas cuentas y el PAN no levantará mientras no se deshaga del estigma de perdedor que carga Marko Cortés. En otro lado del diagrama partidista opositor está Movimiento Ciudadano, al que las condiciones objetivas pueden colocar como una opción opositora de raigambre ciudadana, sin embargo, desde su fundación este partido solo obedece las directrices de un solo hombre, es de mando vertical, y ese hombre hoy por hoy transita por penosas condiciones de salud que le impiden la movilidad requerida en momentos tan cruciales. Dante Delgado ha sido el motor y guía de este partido, su ausencia lo debilita y, peor aún, lo mantiene en estado quieto. Como se ve, ese entorno deprime la oportunidad para una oposición competitiva, poco eficaz para enfrentar al partido en el gobierno.
Ese panorama no parece propicio para un buen desempeño opositor en el proceso electoral de índole municipal que se escenificará en Veracruz el próximo año. Obviamente, las estadísticas de la elección pasada solo pudieran servir de referencia porque una elección municipal reviste características muy diferentes a la presidencial, la de gobernador o de legisladores; una elección de esta naturaleza despierta mayor interés en el electorado e incluso desvanece en gran medida al abstencionismo porque está en juego elegir a la autoridad más cercana a la población. Aun en las localidades más pequeñas la ciudadanía participa con mayor interés en los comicios para elegir ediles, en esa disposición reside la causa de su versatilidad, pues para obtener el triunfo no siempre es suficiente la condición de partido hegemónico puesto que con mayor acento influye la personalidad del candidato@. No obstante, debe reconocerse que en los tiempos que corren MORENA es poderoso un imán electoral, lo comprueba el hecho de que aun postulando candidatos anodinos, de muy bajo perfil, obtiene el triunfo. Contra esa corriente de voluntades enceguecidas se enfrentará la oposición partidista en Veracruz, por ese motivo el pronóstico no le es halagüeño, aunque en política lo que es hoy mañana amanece distinto.