domingo, diciembre 22, 2024

Horror, dolor y lejanía

Entre Columnas

Martín Quitano Martínez

Es tanta la fuerza de la repetición que todos creen que algo pasó.

 Pero que lo crean todos no significa que exista o haya ocurrido.

 Confíe pero verifique.  En un tiempo todos creían que la tierra era plana.

Fernando de la Rua

Hay una nueva administración federal, un nuevo gobierno que pareciera estarse desarrollando sin establecer nuevas conductas de comportamiento en el ejercicio del poder que no sean aquellas que se enmarquen en que ahora hay una presidenta y no un presidente. Ninguna ligera diferencia en el estilo, alguna en el volumen, o en el tono, porque no se desea nada que parezca una ruptura, sino que esencialmente se ofrece el mismo guión, dicho ahora por una mujer. Es la prolongación de la obra que ya hemos visto antes en el duro gobierno de las descalificaciones bajo la megalomanía del Gran Timonel.

Con lo anterior, no me refiero al patrón de la continuidad de los otros datos, de las medias verdades o mentiras totales documentadas en los pocos días del gobierno actual que ya sabíamos que permanecería. Me refiero puntualmente al rostro inmarcesible ante el dolor de los hechos ocurridos ya en la nueva gestión, sea por el huracán John o por las muertes de migrantes y la violencia que nos asola. Lo que se vuelve a ofrecer es la presencia distante, la palabra burocrática, porque al parecer las prioridades del contacto con el pueblo siguen en otros lados.

Mientras se acomodan los nuevos funcionarios, mientras se comienzan con nuevos guiones, en la continuidad, con las mañaneras y los gabinetes de seguridad, las tragedias, los horrores y los terrores se acumulan dando la bienvenida a una gestión que sin más pasa de largo. Una nueva gestión que, ante los hechos, reitera los lugares comunes de un discurso de la “normalidad” que ha prevalecido desde hace 6 años y que parece seguirá predominando.

El 27 de septiembre asesinaron al que 3 días después fungiría como Secretario de Seguridad Pública del Ayuntamiento de Chilpancingo, Guerrero, con una acompañante. En el tercer día de Iniciada la gestión municipal, asesinan al Secretario General del Ayuntamiento, y el 6 de octubre asesinan y decapitan al Presidente Municipal de la capital guerrerense. En 10 días de terror se arrasa con una columna vertebral del gobierno municipal de una capital estatal. Ante ello, la respuesta oficial de los gobiernos federal y estatal de Guerrero es esa, la que establece un continuo de la estadística, de la insensibilidad y de los otros temas prioritarios de la cuarta transformación y nada más. La ausencia de presencia del Estado es escalofriante.

No es único. Sinaloa atraviesa por eventos de violencia durísimos y parecieran estar lejos de la esfera de la sensibilidad presidencial. En 28 días de conflicto, se suman 155 muertos y 171 personas desaparecidas*; al 5 de octubre, la retórica discursiva no se mueve. Cuando sería deseable la presencia presidencial que reafirmara la vigencia del Estado, lo que se muestra es indiferencia. En su momento, la presencia gubernamental ocurrió para apuntalar al sospechoso gobernador sinaloense, no para acompañar a la sociedad. Desde la seguridad y el confort palaciego, es mejor reiterar que se harán las investigaciones y se castigará a los culpables, como con los migrantes en Chiapas. Gestos de empatía, como caminar con el pueblo, acercarse y tocar solidariamente, solo queda para las campañas, pues parece que, como en el pasado reciente, podría correr riesgo la investidura presidencial. Ante los estragos del huracán John, es mejor “atender” en el cuartel militar; ante los asesinatos que requieren mucho más que enviar más militares, se opta por decir que se está fortaleciendo la inteligencia y que se comprometen a disminuir los crímenes de alto impacto.

Mientras se llega a esa construcción de la paz que tanto nos hace falta, no vendría mal que quienes se asumen como encarnación del pueblo pudieran ser más cercanos, sensibles y solidarios con los afectados. Total, todos los días repiten que ellos si sienten y representan lo que el pueblo requiere, pues entonces que al menos se vea la atención del gobierno, más allá de los discursos.

DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA

Deshielo del Glaciar Jamapa: evidencia de la crisis ambiental que se acentúa.

*El universal, 6 de octubre 2024

otros columnistas

Se fue

De plácemes

5N, momento de quiebre

Quien les quita lo bailado

Supremos

Sin ningún desvío