Agencias/Sociedad 3.0
Un vuelo privado estuvo a punto de convertirse en tragedia el pasado 4 de octubre, cuando el piloto único a bordo, Eliot Alper, sufrió un paro cardiaco en pleno vuelo, dejando a su esposa, Yvonne Kinane-Wells, como la única esperanza para aterrizar el avión sin tener experiencia previa.
El vuelo había partido de Las Vegas con destino a Monterey, California, cuando la emergencia ocurrió. Ante la grave crisis de salud de Alper, Kinane-Wells, la única pasajera, tuvo que asumir el control de la aeronave sin conocimientos previos de aviación.
A pesar de la situación desesperante, Kinane-Wells mantuvo la calma y rápidamente contactó a la torre de control, alertando sobre la emergencia. Los operadores aéreos la guiaron paso a paso, instruyéndola sobre cómo estabilizar el avión y cómo realizar un aterrizaje de emergencia.
Con el piloto inconsciente, la torre de control ajustó el curso del avión para dirigirlo hacia el aeropuerto más cercano en Bakersfield. Mientras seguía las indicaciones desde tierra, Yvonne logró mantener el avión en vuelo estable hasta que finalmente aterrizó de manera segura. Equipos de emergencia estaban listos en tierra para atender a Alper, quien fue trasladado a un hospital cercano, donde continúa recibiendo tratamiento.
Yvonne Kinane-Wells ha sido elogiada como una heroína por su valentía y serenidad, tanto por los operadores aéreos como por el personal del aeropuerto y la familia del piloto. Gracias a su rápida acción y a la colaboración de los controladores aéreos, la tragedia fue evitada y el matrimonio llegó sano y salvo a tierra.