Expresión Ciudadana
Carlos A. Luna Escudero
Este lunes, durante el desarrollo del programa “La Conjura”, que se trasmite por internet todos los lunes a través de la plataforma del portal Sociedad 3.0 Multimedios, conversábamos con los agudos analistas que ahí participan sobre las consecuencias que tendría para la economía mexicana el anuncio del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump sobre que se incrementarían desde el primer día de su mandato los aranceles a todos los productos que exporta México a ese país en tanto no se resuelvan los problemas de la inmigración ilegal y el contrabando de drogas, principalmente fentanilo a ese país.. Al respecto se desarrollan algunas ideas que desde mi muy particular enfoque, ocurrirán si esta acción se concreta.
La reciente amenaza de Trump de imponer un 25% de aranceles a los productos mexicanos ha generado preocupación no solo en México, sino en los mercados internacionales, que ya ven con desconfianza las políticas comerciales del presidente electo.
El impacto de tales decisiones no solo se limita a la relación comercial directa, sino que tiene ramificaciones económicas profundas, que abarcan desde la inflación hasta la pérdida de empleos y la desaceleración económica.
México es un socio comercial clave para Estados Unidos, con una relación económica que abarca sectores esenciales como la manufactura, la agricultura, la automotriz, la electrónica y los productos agroindustriales. La amenaza de imponer un arancel adicional del 25% a los productos mexicanos podría tener consecuencias devastadoras para las empresas y los trabajadores de ambos países.
En primer lugar, los aranceles encarecerían los productos mexicanos en el mercado estadounidense, lo que afectaría la competitividad de las exportaciones mexicanas.
Las empresas que dependen de este mercado se verían obligadas a asumir mayores costos de producción, lo que podría traducirse en el despido de trabajadores, la reducción de la oferta de empleo y una mayor presión sobre los consumidores de ambos lados de la frontera.
Sin embargo, los impactos no solo serían inmediatos en los sectores que comercian directamente con Estados Unidos. El incremento de los aranceles generaría un aumento en la inflación, tanto en México como en los Estados Unidos, lo que afectaría el poder adquisitivo de los consumidores y presionaría a los hogares con menores ingresos.
En este contexto, las previsiones de las principales agencias internacionales, como Moody’s, son claras: si se mantienen políticas proteccionistas, tanto México como Estados Unidos enfrentarían una desaceleración económica, con impactos negativos en el empleo, la inversión y la competitividad de las industrias en América del Norte. Es decir, las políticas de aranceles no solo afectarán el crecimiento económico de México, sino que también podrían incidir negativamente en las perspectivas de inversión extranjera.
La calificadora advierte asimismo que la imposición de aranceles generaría un aumento en los costos de producción, lo que resultaría en una reducción de las exportaciones mexicanas y, por ende, afectaría las proyecciones de crecimiento económico para el país.
El impacto en el empleo sería otro de los efectos inmediatos y graves de la imposición de aranceles. La economía mexicana ha sido una de las más afectadas por los aumentos en los aranceles impuestos por Trump en el pasado, y la imposición de un nuevo 25% podría provocar una ola de despidos, especialmente en sectores clave como la manufactura, la automotriz y la agricultura. La pérdida de empleos se traduciría en una mayor presión sobre el mercado laboral mexicano, que ya enfrenta altos niveles de informalidad y precariedad.
Además, el aumento de los costos de los productos importados de Estados Unidos afectaría principalmente a los consumidores mexicanos de clase media y baja, incrementando la inflación y deteriorando aún más el poder adquisitivo de los hogares. En este sentido, los sectores vulnerables serían los más perjudicados, lo que agudizaría las desigualdades económicas dentro del país.
El impacto social no se limitaría solo a los sectores económicos tradicionales. Las comunidades fronterizas que dependen del comercio transfronterizo se verían especialmente afectadas por las políticas arancelarias. La falta de previsibilidad en las políticas comerciales podría desincentivar la inversión en estas áreas y agravar la pobreza en los estados del norte de México. Esta situación podría crear un caldo de cultivo para un aumento en la migración interna hacia otras zonas del país, lo que pondría una presión adicional sobre las políticas de seguridad social y empleo.
Ante la amenaza de los aranceles, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, este martes en su mañanera, ha respondido a Trump con una postura firme y conciliadora al mismo tiempo. En una carta dirigida al presidente electo de Estados Unidos, Sheinbaum destacó que no es con amenazas ni con aranceles como se resolverán los problemas que enfrentan ambos países. Subrayó que lo que se necesita es cooperación mutua y un enfoque basado en el entendimiento recíproco para abordar los desafíos compartidos, como la migración, el tráfico de drogas y la inseguridad.
En su misiva, Sheinbaum mencionó que México ha implementado políticas exitosas para abordar el fenómeno migratorio y que las estadísticas muestran una reducción significativa en los encuentros en la frontera entre México y Estados Unidos. La presidenta también destacó que muchas de las personas que cruzan la frontera lo hacen legalmente, gracias a programas diseñados por Estados Unidos para facilitar el cruce de migrantes con citas previas.
Por otro lado, Sheinbaum insistió en que la relación entre México y Estados Unidos no debe estar basada en medidas unilaterales que solo generen tensiones, sino en el fortalecimiento de una sociedad comercial que beneficie a ambos países. En su carta, reiteró que el diálogo es el mejor camino para lograr la paz y la prosperidad de ambas naciones.
Varios analistas y empresarios dudan de la conveniencia de hacer pública una carta y no conversar privadamente con Trump como lo hizo el primer ministro canadiense y aseguran que con un personaje tan imprevisible no se pueden tener cartas como la que hizo la presidenta, que parece más para el consumo local que para negociar las mejores condiciones posibles en el terreno comercial con el nuevo gobierno del país del norte. En poco tiempo sabremos si este hecho fue positivo o no.
En resumen, el impacto económico de las políticas de Trump sobre México será real y palpable si se llevan a cabo. La imposición de aranceles y otras medidas proteccionistas, lejos de fortalecer la economía de Estados Unidos, podrían desencadenar una serie de efectos negativos que afectarán tanto a los trabajadores como a los consumidores de ambos países.