CENTENARIO DEL NATALICIO DE JOSÉ DONOSO. (III)
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
Los pensamientos que pasan por nuestras mentes son muchísimos y parte de la estabilidad o inestabilidad en que vivamos depende mucho del control y el equilibrio mental que podamos tener. Este equilibrio se va logrando con aciertos y errores, y, particularmente, podremos aspirar a ser personas equilibradas si nos esforzamos por conocer e ir día a día controlando nuestros pensamientos, limpiándolos de malas ideas. Se comprende que la dinámica de la vida, los hechos, las circunstancias, los sucesos fortuitos, etc., determinan e influyen mucho en todo ese material mental, sin embargo, el ejercicio no cambia, debemos reforzar la limpieza de nuestra mente. Para robustecer lo antes planteado, de manera genuina y sin auto-engañarse o justificarse, intente reflexionar sobre todas las ideas que pasan por usted, y algo más, analice qué tanto influyen en su actitud, conducta y postura ante la vida. Este ejercicio le mostrará que muchos de sus pensamientos son ideas suyas en ocasiones plagadas de pesimismo, temor, angustia, empero, que regularmente son producidas por su cerebro y no por la realidad, e incluso, a veces esas ideas negativas influyen para que se conviertan en actos reales, naturalmente negativos. Como primera conclusión; el sólo hecho de analizar sus pensamientos ya es un acto de limpieza de los mismos.
La demencia, la locura, los torbellinos mentales, la sinrazón, es el hilo conductor de la novela de José Donoso que estamos estudiando. Verdad es que existe una historia, escenarios concretos, personajes claves, aun así, lo trascendental de la novela no está en la historia tal como estamos acostumbrados a conocer. Aquí no hay una historia lineal, convencional, eso sí, al terminar la lectura se comprende que sí existe unidad en la novela y la encuentro en la conciencia, mejor dicho: el desgarramiento de la consciencia. En la lectura nos encontramos con un mundo objetivo, pero también subjetivo. La misma narración te exige no perder este descubrimiento. De momento estamos leyendo la historia y sucesos de los personajes, y de pronto, descubres que no fueron hechos reales de determinado protagonista, sino elucubraciones de quien narra. En la parte final de la historia el autor a través de sus personajes intenta dejar la impresión en el lector, que parte importante de los sucesos no fueron hechos reales de los personajes, sino hechos inventados por Humberto Peñaloza mediante la escritura. Si, Humberto apodado el mudito es escritor o pretendía serlo, y aquí se percibe la esencia de lo que ha intentado hacer en esta compleja novela el propio José Donoso:
“En realidad no escribió jamás nada, Jerónimo. Se la llevaba pensando en lo que iba a escribir, y a veces, cuando en las tardes nos reuníamos aquí un grupo de lo más agradable, nos contaba sus proyectos. –En fin, quizás sea para mejor. Uno de los defectos de Humberto fue creer que mi biografía era material literario. –Sí empezó hablando de eso, pero después todo se deformó mucho. Humberto no tenía la vocación de la sencillez. Sentía necesidad de retorcer lo normal, una especie de compulsión por vengarse y destruir y fue tanto lo que complicó y deformó su proyecto inicial que es como si él mismo se hubiera perdido para siempre en el laberinto que iba inventando lleno de oscuridad y terrores con más consistencia que él mismo y que sus demás personajes, siempre gaseosos, fluctuante, jamás un ser humano, siempre disfraces actores, maquillajes que se disolvían…sí, eran más importante sus obsesiones y su odio que la realidad que le era necesaria negar. –Interesante, Emperatriz. Eres buena crítica literaria.”
Debo confesar que, al llegar a esta parte de la historia, creí que el desenlace de la misma terminaría dentro de los cánones normales, es decir, la locura sería de Humberto y todos los demás protagonistas fueron creaciones de esa demencia, de esa deformación. Pero no, la novela termina como inicia, ambientada en un mundo de sinrazón, en un mundo oscuro, cerrado, incomprensible por la realidad objetiva, más en el fondo sigue siendo humano, porque parte de los desgarramientos del personaje y en general de todos los personajes, son desgarramientos humanos, muy humanos.
Hasta el artículo anterior nos encontramos con dos escenarios: la capellanía donde viven las viejas huérfanas y pobres, y la hacienda la Rinconada donde vive el hijo feo de don Jerónimo e Inés. En los dos escenarios el mudito es protagonista central. Arriba señalé que la historia en sí misma no es lo más trascendental, esto se comprueba porque la mayoría de los personajes no tienen un final concreto, lo puede el lector interpretar, más quedan muy oscuros o diríamos coloquialmente en el aire. Pensemos en los cuatro personajes claves que analizamos en el artículo anterior. Don Jerónimo si tiene un final concreto, muere en la Rinconada, más su muerte está rodeada de misterio. Pensemos que murió ebrio y ahogado en la fuente de la hacienda. Esa es la interpretación más normal. Por lo menos este personaje fue enterrado con loas y con él quedó extirpada sobre la faz de la tierra la dinastía de los Azcoitía. Un ejemplo muy parecido a la dinastía de los Buendía en “Cien Años de Soledad.” Inés, la esposa de don Jerónimo, al regresar de Europa ya no quiso reunirse con su esposo y se encerró en la capellanía con las viejas huérfanas y mugrientas, aquí vive un encierro delirante. Su final queda inconcluso, decide abandonar la capellanía y parece ser que se fue a vivir con su amiga Raquel. Ya nunca más sabemos de ella. La Peta Ponce simplemente desapareció. Hay varias hipótesis, hasta me atrevo a pensar que se convirtió en la perra amarilla que siempre estaba cerca de Inés. El mudito es más misterioso, la historia acaba con él, sin que sepamos a ciencia cierta qué pasó. Bueno, para los personajes de la Rinconada el mudito murió. Más, el lector notará que es el último protagonista que es extraído de la capellanía.
Los demás personajes son importantes como colectivos, aunque, desde un análisis personal considero que Iris Moteluna se destaca sobre las demás viejas. Iris es una niña de quince años. Su padre asesinó a la madre de Iris y este cruel acto causó que Iris fuera enviada a la capellanía. La joven será víctima de la prostitución, el abuso, la inocencia y también la demencia. Se supone que Iris en este mundo de prostitución quedó embarazada, no obstante, en cuanto a la historia del nacimiento del niño nunca hay claridad. Aquí regresa la sinrazón de los diálogos y si bien en algún momento nace el supuesto niño, este nunca tiene un rostro definido, ni nombre. El mudito en su locura se hace pasar por el niño de Iris. Otro personaje que de manera individual resulta interesante es la vieja Brígida. Esta mujer que toda la vida trabajó como sirvienta en la casa de misiá Raquel, muere al iniciar la novela. Se narra su sepelio, pero, al avanzar en la historia sabemos que Brígida es una mujer millonaria. Misiá Raquel le dice que deje de trabajar para ellos, que con el dinero que ha logrado ganar puede vivir tranquilamente de sus rentas. Esto causó tristeza, enojo y desilusión en Brígida y llegó a sentir que su ama ya no la quería por vieja, entonces, fue cuando decidió irse a vivir en la capellanía.
Este no es un tema menor, porque si algo se detecta en la historia es que todos los personajes son esclavos de sus prejuicios e ideas. Desde luego que aquí estamos ante una obra de arte, una novela psicológica. Y, posiblemente el lector podría en instantes sentir que son locuras extremas, sinsentidos. No debemos perder de vista que estamos ante una novela impregnada de realismo mágico, esto conlleva que debemos comprender las reglas de ver normal lo anormal. Lo anterior no limita percibir que, en cada personaje, hecho o historia, hay esencias humanas, conductas humanas, condición humana.
Desde que la novela fue publicada allá por 1970, la crítica literaria ha señalado que: “El obsceno pájaro de la noche” es la novela cumbre de José Donoso. Hace algunos años leí su obra: “Coronación”. Me faltan más novelas por leer del autor. No puedo opinar si ésta es la mejor. Lo que sí puedo decir es que es una novela difícil, exigente, con una utilización del lenguaje a plenitud. Con una técnica narrativa compleja. La novela exige total concentración. Cuando terminé de leerla, a pesar de que comprendí la trama, desmenucé a cada personaje, por una parte, tuve la sensación de que la novela se nos va como el agua entre las manos, se diluye. Por otra parte, me quedó la sensación de que he estado ante una obra valiosa, única y que forma parte de la valiosa historia literaria latinoamericana. Historia que es nuestra, rica y abundante.
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