¡Ay, qué tiempos, señor don Simón! Es el título de una exitosa película mexicana estrenada en 1941, protagonizada por Joaquín Pardave, Arturo de Córdova y Mapy Cortés cuyo argumento central evocaba a la sociedad mexicana de principios de ese siglo acercándose a los estertores del porfiriato, con cierto buqué nostálgico inauguró la aclamada Época de Oro del cine mexicano. Ese título es muy apropiado para aplicarlo a nuestro actual entorno nacional e internacional a causa de acontecimientos ni remotamente imaginados todavía en el amanecer del siglo XXI, su multiplicidad dificulta escoger el adecuado. En base al criterio subjetivo referimos algunos del más fresco acontecer y porque forman parte ineludible de nuestra convivencia cotidiana social y política, y están a la vista de todos.
En 2022 el comandante del Comando Norte de los Estados Unidos, General Glen VanHerck, declaró que una tercera parte del territorio mexicano estaba controlado por los cárteles del crimen organizado, eran los tiempos de los “abrazos, no balazos”, no hubo respuesta oficial desde México, no hubiera servido de mucho porque allende el Bravo tienen información muy detallada de cuanto aquí acontece por la simple razón de nuestra común vecindad. Pata los mexicanos, aquella declaración no resultó inverosímil porque lo estamos padeciendo e incluso no es ningún secreto la penetración del crimen organizado en cuerpos policiales, primero y la forma en cómo ha escalado en la estructura de gobiernos estatales y municipales. Ejemplo fresco de esto último fue la reunión hecha pública por la alcaldesa morenista de Chilpancingo con un jefe de plaza; otro más reciente es el de la alcaldesa de Coalcomán en Michoacán, Anabel Ávila Castrejón, de Movimiento Ciudadano, Michoacán, quien sin recato alguno encabezó el 10 del mes en curso un festejo donde el jefe de plaza y su gente distribuyeron juguetes a niños de la población entonando el corrido del gusto de Nemesio Oseguera. Pero nada para el espanto en ese lugar porque la propia alcaldesa tiene antecedentes por haber sido acusada de secuestro y desaparición forzada, un ejemplo de pasmosa impunidad. Otro caso de similar semblante, de entre muchos, se produjo en Culiacán, donde un elemento de la policía de investigación fue exhibido en mantas acusándolo de estar coaligado con los grupos criminales del lugar, a lo cual la fiscalía declaró que ya tenían referencias de ello y “se estaba investigando”. Y ya para el museo de lo más risible está la desaparición de una jirafa del zoológico de Culiacán cuyos administradores juran que no la vieron salir, pero están investigando. Pero allá en los dominios de Donald Trump también hace aire con visos de ventarrón porque si en México se habla de una fuente de poder domiciliada en Palenque, allá en los EEUU el chisme político habla de un poder tras del trono personificado por Elon Musk, el super magnate que interviene en política nacional e interfiere en la actividad legislativa de aquel país. Las apuestas corren en base a saber si habrá o no ruptura entre Trump y Musk. Sin duda, estos tiempos serán vistos en retrospectiva desde la lupa de lo increíble, pero cierto.