miércoles, diciembre 18, 2024

Transformación Digital de la Educación: Reimaginar escenarios

IBM, empresa multinacional de tecnología, describe la transformación digital como una iniciativa estratégica que incorpora la tecnología digital en todas las áreas de una organización. Evalúa y moderniza los procesos, productos, operaciones y pila tecnológica de una organización para permitir una innovación continua y rápida.  

En el documento “Un Marco Común: Seis Pilares para la Transformación Digital de la Educación», publicado por la UNESCO en 2024, se presenta un enfoque en un marco común para esta transformación. El documento ofrece una perspectiva integral donde se describen estrategias y principios esenciales destinados a mejorar las prácticas educativas a través de la transformación digital.  Se enfatiza la importancia de la innovación, la inclusividad y la colaboración para crear un entorno de aprendizaje más efectivo y accesible para todos.

La transformación digital en la educación ha adquirido vital importancia debido al rápido avance de la tecnología y la constante evolución de las necesidades educativas. El documento establece que esta transformación no solo se centra en la implementación de herramientas tecnológicas, sino que también abarca aspectos como la coordinación y el liderazgo, la sostenibilidad de costos, la capacidad y la cultura, el contenido y las soluciones, así como el uso de datos y evidencia. Estos elementos son considerados los pilares fundamentales de la transformación digital en la educación.

Este proceso complejo requiere el establecimiento de un marco común basado en prioridades, propósito y los principios. Además, es necesaria la colaboración de múltiples actores, incluyendo líderes educativos, profesionales, estudiantes, gobiernos, educadores y el sector privado. La participación activa es fundamental para co-crear un plan de implementación que sea inclusivo y transparente.

El marco subraya la necesidad de un enfoque humano y centrado en el sistema, que permita a los países reflexionar sobre sus trayectorias de transformación educativa e identificar oportunidades para mejorar la calidad, equidad e inclusividad de sus sistemas educativos. Este reto pone de relieve que ningún gobierno puede abordar este desafío por sí solo. Las estrategias y acciones deberán fundamentarse en la transparencia y la rendición de cuentas, asegurando que la educación se mantenga como un bien común y que los recursos se distribuyan de manera efectiva para maximizar su impacto en las áreas que más lo necesitan.

Aunque la equidad y la inclusión son ideales loables, en muchos países persisten disparidades en el acceso a la tecnología y la capacitación de los educadores. Durante mucho tiempo, las iniciativas digitales se han desarrollado de manera fragmentada y han estado guiadas por la innovación tecnológica más que por las necesidades humanas y educativas. En la mayoría de los casos, estas iniciativas han ignorado cuestiones clave de equidad, sostenibilidad y relevancia cultural.

La promesa de la tecnología como igualadora en la educación se enfrenta a la dura realidad de las brechas digitales que persisten y, en algunos casos, se amplían. Según un informe conjunto de UNICEF y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), dos tercios de los niños en edad escolar en todo el mundo (aproximadamente 1,300 millones de entre 3 y 17 años), no tienen conexión a Internet en sus hogares. Esta cifra ejemplifica la magnitud de la brecha digital, y pone en evidencia cómo esta desigualdad perpetúa las barreras al acceso a una educación de calidad.

El enfoque centrado en el ser humano es crucial, pero es necesario cuestionar cómo se define y se implementa. La tecnología debe ser utilizada para empoderar a los educadores y estudiantes, no para reemplazarlos. La formación continua de los docentes en el uso de herramientas digitales es imprescindible, pero a menudo se pasa por alto en las políticas educativas. Sin una capacitación adecuada, la tecnología puede convertirse en un obstáculo en lugar de una herramienta de apoyo.

Otro aspecto significativo es la interconexión entre los diferentes pilares del marco propuesto. La coordinación y el liderazgo son fundamentales para garantizar que las iniciativas de transformación digital sean coherentes y efectivas. Sin embargo, la fragmentación en la toma de decisiones y la falta de comunicación entre los diferentes niveles de gobierno y las instituciones educativas pueden dificultar este proceso. La creación de un lenguaje común, como sugiere el documento, es un paso positivo, pero debe ir acompañada de acciones concretas que promuevan la colaboración y la transparencia.

La importancia de utilizar datos y evidencia para informar las decisiones en la transformación digital es decisiva para evaluar el impacto de las iniciativas y ajustar las estrategias según sea necesario. Sin embargo, es indispensable que los datos se recojan y analicen de manera ética, garantizando la privacidad y la seguridad de los estudiantes.

La aplicación de los principios del marco para la transformación digital en entornos educativos reales se puede establecer de varias maneras. El desarrollo de políticas y estrategias que integren la tecnología de manera efectiva en el sistema educativo, incluyendo la creación de un plan claro que alinee a todos los actores involucrados en la educación hacia objetivos comunes, y la autoevaluación para entender su nivel de desarrollo en la transformación digital, permitiendo identificar áreas de fortaleza y oportunidades de mejora, facilitando así un enfoque más estratégico en la implementación de tecnologías, son elementos básicos para su éxito.

El marco propuesto para la transformación digital en la educación ofrece varios beneficios significativos, entre ellos un enfoque holístico, la mejora de la coordinación entre diferentes actores del sistema educativo, la identificación de oportunidades para mejorar la calidad educativa, la sostenibilidad de las iniciativas, el establecimiento de políticas y prácticas efectivas adaptadas a las necesidades reales del sistema educativo. También se destaca la alineación con objetivos globales como el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4), el fomento de una cultura de innovación y aprendizaje continuo entre educadores y estudiantes, y la promoción de enfoques inclusivos.

El documento ofrece un enfoque basado en principios éticos, inclusivos y sostenibles con la perspectiva de que la transformación digital debe ser vista como una oportunidad para reimaginar y repensar los sistemas educativos para hacerlos más resilientes, equitativos y adaptados a las necesidades del presente. Con un enfoque crítico que priorice el bienestar y el desarrollo integral de los estudiantes, garantizando que la tecnología sirva como un verdadero catalizador para el cambio positivo en el ámbito educativo. Un cambio que modernice y humanice los sistemas educativos para garantizar que, en cualquier lugar del mundo, los niñas y niños tengan acceso a una educación de calidad.

Ideario en Perspectiva

Al pueblo se le pide austeridad mientras se esgrime una narrativa de austeridad republicana, afirmando que se acabaron los privilegios. Se proclama que hay transparencia y que se acabó la corrupción. Sin embargo, en los hechos el dispendio y el uso de recursos públicos para intereses personales contradicen estas afirmaciones. Por si faltara, la reserva hasta por 20 años y los premios a la ineficiencia y la corrupción revelan una realidad distinta.

A mis tres lectores les deseo felices fiestas. Nos leemos en el 2025. Felicidades, les abrazo con afecto.

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