lunes, enero 20, 2025

Llegó el Día “D”. Inicia la era Trump

Nunca en la historia una toma de protesta de un presidente de los Estados Unidos había desatado tanta expectación, preocupación e incertidumbre como la que hoy estará ocurriendo en Washington, DC, este mediodía de lunes. Los líderes, la prensa y las sociedades de buena parte del planeta han seguido de cerca los pormenores de la segunda asunción al poder de Donald Trump, el magnate que, por segunda vez, jurará sobre una Biblia defender la Constitución y los intereses de su país y de sus ciudadanos ante el mundo.

Desde Europa hasta Latinoamérica, pasando por Asia y el Medio Oriente, no hay diario o medio de comunicación en el mundo que no transmita y publique en sus portadas o titulares la llegada al poder del presidente número 47 de la Unión Americana, no sólo por la importancia que tiene la superpotencia mundial, sino porque se tiene claro que el Trump amenazante y recargado que a partir de hoy despachará en la Casa Blanca, vendrá a modificar el actual orden internacional con sus medidas proteccionistas, ultranacionalistas, antiinmigrantes y expansionistas.

México, Groenlandia y Panamá son los tres primeros objetivos del arranque de Trump, que con deportaciones masivas de migrantes, imposición de aranceles al comercio internacional y la intención de anexarse y apropiarse el territorio groenlandés –hoy perteneciente de Dinamarca– y de reclamar para Estados Unidos el Canal de Panamá, arrancará una administración que pretende reivindicar y relanzar, a niveles de volverse “el faro de la derecha y el capitalismo en el mundo”, el liderazgo políticodiplomático económico de Estados Unidos en el planeta.

No hay país ni región del mundo que se pueda sentir a salvo de las nuevas y agresivas políticas que iniciará el gobierno de los Estados Unidos, pero a ningún país le afectarán tanto como a México. Nuestra frontera común, difícil relación bilateral y mutua dependencia comercial nos colocan en la primera línea de fuego de las 25 “Acciones Ejecutivas” que ya tiene listas Donald Trump y como ningún otro país, el gobierno mexicano deberá estar preparado para enfrentar, negociar y hacerle frente a lo que disponga el nuevo inquilino de la oficina oval.

A estas alturas todos los escenarios son posibles y están siendo considerados y analizados en el equipo de la doctora Claudia Sheinbaum. La presidenta y su equipo se dicen, en el discurso, “preparados” para negociar y confían plenamente –según repite como mantra la mandataria–, en que “habrá diálogo y buena relación con el presidente Trump”. Pero más allá del optimismo oficial, hacia adentro del gabinete presidencial hay preocupación en serio por las posturas que asumirá el nuevo mandatario estadunidense.

Y es que, más allá del tono amenazante y altivo de Trump, las señales políticas diplomáticas hasta ahora no han sido nada halagüeñas para México. Primero fue el envío de un embajador exmilitar, exagente de la CIA, especialista en combate al crimen organizado y con el antecedente de haber sido el artífice, junto con el presidente Bukele, de la estrategia de sometimiento y control de las violentas pandillas salvadoreñas a las que se declaró “terroristas” y se les metió en cárceles especiales de máxima seguridad.

Luego fueron las versiones que llegaron desde Washington sobre la apertura de un expediente en contra el expresidente López Obrador, por haber hecho pactos con los cárteles del narcotráfico, que pusieron más que nerviosos a la 4T, a sus dirigentes y a sus propagandistas, a tal grado de que desataron rumores de que al exmandatario lo trasladarían a Cuba en aviones del Ejército mexicano, como una medida de seguridad. El exilio cubano, nos dicen fuentes de la 4T, sí se ha considerado y se maneja como una posibilidad en caso de que se concrete alguna investigación que involucre o mencione al hoy inquilino del rancho “La Chingada”.

Para colmo, nos dicen, a pesar de varios intentos, el secretario Juan Ramón de la Fuente, cabeza de la estrategia para negociar con Estados Unidos, no ha logrado hacer contacto con los próximos integrantes del gabinete de Trump y no ha tenido respuesta a mensajes y llamadas que les hizo a varios de los funcionarios que hoy asumen sus cargos. Ni si quiera el nuevo embajador de Washington, Ron Johnson ha querido hablar, hasta el pasado fin de semana, con la cancillería. Hay preocupación por la falta de contacto en los días previos, aunque en el equipo claudista esperan que a partir de hoy, que ya tendrán todos sus nombramientos formales, le tomen al menos la llamada al canciller mexicano.

Una señal de que la estrategia mexicana para dialogar con Trump no está del todo lista es que no se ha nombrado todavía al nuevo embajador de México en Estados Unidos, a pesar de que la salida de Esteban Moctezuma de la sede diplomática en Washington fue decidida prácticamente desde el inicio del gobierno de Sheinbaum; pero la falta de decisión desde la Presidencia y la búsqueda de un representante que tenga “contactos directos y gran experiencia política y diplomática” con el círculo cercano del presidente Trump es lo que ha complicado la decisión. Desde la SRE se ha impulsado con insistencia el nombre de Julián Ventura, exsubsecretario de la cancillería que participó en las negociaciones del TMEC con la anterior administración trumpista, pero el perfil no ha convencido a la presidenta.

Y es ahí donde suenan dos nombres que se han mencionado y puesto sobre la mesa en las reuniones del llamado “war room” donde se discute la estrategia para dialogar con el nuevo gobierno de los Estados Unidos: sólo hay dos mexicanos, se dice, que tienen “derecho de picaporte” con Trump y su círculo de confianza: el primero es el empresario y copresidente de Televisa, Bernardo Gómez, a quien incluso se ha mencionado la posibilidad de invitarlo como embajador en Washington, y el segundo es el ingeniero Carlos Slim, que podría servir de “puente” entre Palacio Nacional y la Casa Blanca, pero de manera extraoficial.

Así que, preparados o no, en México y en el resto del mundo, arranca hoy la segunda era Trump. Llegó el día “D”, pero de Donald, y quizás como en aquel 6 de junio de 1944, cuando el desembarco de las tropas aliadas en Normandía marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de lo que a la postre sería un nuevo orden mundial, empezaremos a ver cambios significativos, unos más tersos y otros violentos y hasta dolorosos en los próximos cuatro años de la administración trumpista.

NOTAS INDISCRETAS… La presencia hoy de Javier Milei y de Nayib Bukele en la toma de protesta de Donald Trump es todo un mensaje que confirma a quiénes está viendo Estados Unidos como sus “aliados estratégicos” en América Latina. No sólo porque serán los únicos dos presidentes del continente invitados oficialmente al Capitolio, sino porque tanto El Salvador, como Argentina, son los modelos de gobierno que Trump pretende impulsar tanto en América Latina como en el resto del mundo: gobiernos de derecha liberal y con un modelo de seguridad que controlen, gobiernen y sometan a los criminales que amenazan a su país y al mundo. El desaire a México, su principal socio y vecino es más que evidente y no deja de ser una ironía y una paradoja que los gobiernos de la 4T se ufanaban de exportar “Sembrando Vida” y le pedían a Estados Unidos financiamiento para ello, y ahora, El Salvador, terminará exportándonos la “bukelización” que se avecina en México, que esa sí estaría dispuesto a financiarla y a operarla Washington con la política de seguridad que pretende designar a los Cárteles de la Droga mexicanos como “organizaciones terroristas”. Ahora sí que, lo queramos o no, los mexicanos pasaremos de los infames y cómplices “Abrazos, no balazos” de López Obrador a los “Misilazos, no abrazos”, con los que Trump quiere acabar con los empoderados e impunes narcos mexicanos… Quién sabe si sea el timing por los rumores que circulan o tal vez también reacción a los desvíos e irregularidades detectados por la Auditoría Superior de la Federación, pero ayer domingo el Inai publicó un comunicado con su resolución a la solicitud de información de un ciudadano que pidió saber cuál es la cantidad exacta y las condiciones con las que México envió millones de barriles de petróleo al gobierno del dictador Miguel Díaz Canel, en Cuba. Pemex debe informar a la ciudadanía, dijo el agonizante Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales en su resolución, la cantidad de combustible enviado a Cuba durante el sexenio de López Obrador y también tiene que transparentar los envíos que se han efectuado durante el primer mes del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. La persona solicitante le pidió al Inai que la petrolera nacional entregue la información desglosada por cantidad de combustible, valor comercial, fechas de envío y recepción, nombre y cargo en la persona responsable de los envíos, la partida presupuestal utilizada y las condiciones comerciales de los envíos junto con los importes. Así que, aunque ya extinguido en la Constitución por la mayoría de Morena, pero aún con funciones constitucionales hasta mediados de este año, el Inai sigue haciendo su trabajo y pide transparencia al gobierno sobre los generosos envíos de petróleo que el expresidente le hizo a su amigo el dictador cubano. Y de que tienen que responder, tendrán que hacerlo, aunque la muina que harán confirma por qué quisieron matar a al derecho a la transparencia y al instituto que la defiende… Los dados abren con Escalera Doble. Apostamos por subidas en momentos en que acecha la Serpiente.

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