jueves, enero 9, 2025

Veracruz puerto, la Joya de la Corona

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Después de la “debacle” electoral priista de 1973 cuando el partido “invencible” perdió en cinco municipios cabeceras de Distritos Electorales (Coatzacoalcos, Acayucan, Papantla, Poza Rica y Pánuco), todo en el PRI volvió a tomar el cauce de las victorias de “carro completo”. Hasta que se presentó el parteaguas electoral en 1988 después del cual ya nada volvió a ser igual en el predominio político-electoral del PRI. Junto a la crisis provocada por la ruptura de 1987 cuando la formación de la Corriente Crítica al interior del PRI comenzó el periodo de fuertes dolores de cabeza en ese partido, porque en 1989 perdió por vez primera un gobierno estatal, el de Baja California, frente al PAN. Ese síntoma se reflejó en Veracruz en la elección municipal de 1994 cuando el PRI perdió 52 municipio, una cantidad inédita de derrotas municipales, en calidad de catastrófica si se toma en consideración la importancia de los municipios involucrados. Si bien el antecedente de 1973 destacaron Coatzacoalcos, Acayucan y Poza Rica entre las pérdidas más sonadas, en la elección de 1994 el PAN dio el campanazo electoral en municipios de mayor envergadura y en mayor número. La oposición obtuvo 52 municipios, una cifra extraordinariamente alta, nunca esperada. El PRD triunfó en 23 municipios; el PAN en 19; el PFCRN en 4; el PPS en 3; el PT en 2 y el PDM en 1. El PRI obtuvo 930 mil votos, el 52% de la votación; pero el PAN con el 16% sorprendió ganando el municipio de Veracruz, que era la joya de la corona, además se adjudicó Córdoba, Orizaba, Perote, Naranjos, Zontecomatlan, Tlacojalpan, Chumatlán, Acatlán, Tlacotepec de Mejía, Tepetlán, Río Blanco, Fortín, Tlacotalpan, Zozocolco, Mecatlán, Gutiérrez Zamora, Fortín, Ixmatlahuacan y Rafael Delgado. Entre los triunfos del PRD sobresalieron Martínez de la Torre, Acayucan, Jaltipan, Cosoleacaque, Zaragoza, Benito Juárez, Ixhuatlán del Café, Otatitlán, Oteapan, Huiloapan, Banderilla, Tlacolulan, Coacoatzintla, Rafael Lucio, Yecuatla, Chocamán, Juchique de Ferrer, Magdalena, Azueta, Soledad Atzompa, Tlaltetela y Jalcomulco. La diferencia de votos entre el PRI y el PAN en el municipio de Veracruz (5 270 sufragios margen de ventaja para este último) disipaba toda duda de la derrota priísta. En Córdoba el margen fue apretado, de sólo 300 votos favorables al PAN, pero en los mandos priìstas y en el gobierno había azoro por las derrotas previamente insospechadas. No habían avizorado problemas electorales para el PRI en el municipio de Veracruz, ésa era al menos la percepción ciudadana, que hacía correr el rumor de una entrega generosa para contribuir a la campaña del PAN denominada “de las cien ciudades medias” impulsada desde el centro para todo el país con el propósito de que el PAN ganara grandes ciudades. Ese mismo año también hubo victorias panistas en Aguascalientes, Guanajuato, León, Querétaro, Mérida, entre otras importantes ciudades.

En la euforia por haber triunfado en el municipio de Veracruz, el dirigente estatal panista, Cesar Leal Angulo, declaró que su estrategia había consistido en aprovechar las debilidades estructurales del PRI. Reconoció que “la limpieza electoral de esta jornada la tengo que acreditar a la honestidad humana y política de Patricio Chirinos, y para rematar su apologético reconocimiento al gobierno aseguró que la victoria en el puerto jarocho era más importante que ganar Guanajuato. Treinta y un año después el partido que se perfila para ganar la elección en la ciudad y puerto de Veracruz es MORENA, sin duda su dirigencia persigue ese propósito con similar afán del panismo en 1994, no falta mucho tiempo para despejar esa incógnita, no muy profunda por cierto porque al menos hasta hoy no se advierte por el lado del PRI, del PAN y de Movimiento Ciudadano la figura ciudadana cuya convocatoria podría poner en duda la posible victoria de MORENA para llevarse la Joya de la Corona. Y después vino la elección de 1997, desastrosa para el PRI, pero esa es otra historia

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