«Sin maíz, no hay país» «Sin agua, no hay maíz»
Ángel kú
Mientras el gobierno de la señora Sheinbaum anunció con bombo y platillo la incursión a la fabricación de chips utilizados en el ensamblado de procesadores gráficos y la construcción de autos eléctricos a bajo precio, los pronósticos a mediano plazo indican que seguirá persistiendo el déficit de lluvias en todo el territorio.
El cambio climático y el aumento poblacional de México han contribuido a la escasez de agua, entre otros factores.
Tan solo en junio de 2023 llovió 61% menos en relación con el promedio del mismo mes de 1991 a 2020, de acuerdo con datos de la CONAGUA. En el tema de los chips y los autos llamados olinia que significa movimiento en náhuatl, están involucrados instituciones de renombre como el Instituto Politécnico Nacional IPN, la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM y el Tecnológico Nacional de México TecNM.
Al tener un problema de tal magnitud como la crisis del agua a nivel nacional, que no discrimina y afecta a todos por igual, es preferible privilegiar los esfuerzos académicos, institucionales y gubernamentales en establecer estrategias reales para resolver la problemática del agua.
No hay industria, no hay ganadería, no hay agricultura, no hay vida.
Pensar en que México pueda entrar en la industria tecnológica con los chips y autos eléctricos es parte del cuento populista de la 4T.
Claro que es posible, México puede lograrlo pero no es el momento. Primero atendamos lo que se requiere para llegar a ese momento.
Creer que en el orden de prioridades está primero invertir hasta $20,400 millones de dólares en diseño y construcción en la planta de chips y después otros millones en desarrollo y fabricación de autos eléctricos para dejar al final el tema del agua es ingenuo, incomprensible e irresponsable.
Mexico ya lo vivió, se eligió un tren y una refinería y nos quedamos sin salud pública y medicinas.